Agorafobia: qué es, causas, síntomas y tratamiento

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, limitando su capacidad para desenvolverse en entornos sociales y públicos.

Se estima que afecta a alrededor del 1 al 2 por ciento de la población mundial en algún momento de sus vidas, según datos de organizaciones de salud mental y estudios epidemiológicos.

¿Qué es la agorafobia?

Se caracteriza por el miedo intenso a situaciones o lugares en los que escapar podría resultar difícil o embarazoso, o en los que la ayuda podría no estar disponible en caso de experimentar síntomas de ansiedad. A menudo, las personas con agorafobia evitan lugares como centros comerciales, transporte público o espacios abiertos, limitando significativamente su vida diaria.

Principales causas

Las causas exactas de la agorafobia no son completamente comprendidas, pero diversos factores pueden contribuir al desarrollo de este trastorno. Investigaciones sugieren que factores genéticos, experiencias traumáticas pasadas, y desequilibrios químicos en el cerebro pueden desempeñar un papel importante en su aparición.

Síntomas de la agorafobia

Quienes sufren de agorafobia a menudo experimentan una amplia gama de síntomas que afectan significativamente su calidad de vida. Aunque varían de una persona a otra, comúnmente incluyen ataques de pánico, sudoración excesiva, palpitaciones, mareos y una sensación abrumadora de miedo. Estos síntomas pueden ser desencadenados por la anticipación de estar en lugares o situaciones específicas, llevando a la persona a evitarlos a toda costa. Los principales son:

  • Miedo a lugares públicos. Las personas afectadas pueden evitar acudir a centros comerciales, teatros, o incluso espacios al aire libre concurridos.
  • Ansiedad anticipatoria. A menudo experimentan una ansiedad intensa incluso antes de enfrentarse a la situación temida. Este miedo anticipado puede ser tan abrumador que puede llevar a evitar completamente la actividad o el lugar en cuestión.
  • Necesidad de compañía. La presencia de un compañero puede brindar un sentido de seguridad y aliviar la ansiedad asociada con la agorafobia.
  • Miedo a perder el control. Las personas pueden temer experimentar síntomas de ansiedad intensa, como ataques de pánico, y preocuparse por no poder manejar la situación.
  • Evitación de situaciones desencadenantes. Puede incluir evitar el transporte público, espacios cerrados o cualquier lugar que perciban como difícil de escapar.
  • Síntomas físicos. Hablamos de palpitaciones, sudoración excesiva, temblores y dificultad para respirar. Estos síntomas pueden intensificarse durante las situaciones temidas.

Los síntomas generalmente persisten durante seis meses o más y pueden afectar significativamente la vida diaria. Buscar ayuda profesional es crucial para el diagnóstico y tratamiento adecuado.

Diagnóstico y Evolución

La agorafobia requiere un diagnóstico preciso para guiar el tratamiento efectivo y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen, ya que es un trastorno de ansiedad incapacitante. Para su diagnóstico el psiquiatra tiene en cuenta:

  • Criterios diagnósticos. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), establece los criterios oficiales para el diagnóstico de esta patología. Para cumplirlos, una persona debe experimentar un miedo o ansiedad intensa acerca de dos o más de las siguientes situaciones:
    • Uso de transporte público.
    • Estar en espacios abiertos.
    • Estar en lugares cerrados.
    • Estar en una fila o multitud.
    • Fuera de casa solo.
  • Entrevistas clínicas estructuradas. Permiten una evaluación detallada de los síntomas y experiencias del paciente, facilitando así un diagnóstico más preciso.
  • Evaluación de la severidad. Determinar la gravedad es crucial para desarrollar un plan de tratamiento adecuado. La Escala de Severidad de la Agorafobia (AIS) proporciona una medida cuantitativa de la intensidad de los síntomas, lo que ayuda a los profesionales de la salud a ajustar intervenciones y terapias de manera efectiva.
  • Exclusión de otras condiciones médicas y psiquiátricas. Un examen médico completo y la colaboración entre profesionales de la salud mental y médicos generales son cruciales para un diagnóstico preciso.
  • Evaluación del impacto en la vida diaria. Esto incluye la capacidad para realizar actividades cotidianas, mantener relaciones sociales y llevar a cabo responsabilidades laborales.
  • Diagnóstico diferencial. Dado que los síntomas pueden superponerse con otros trastornos de ansiedad, es esencial realizar un diagnóstico diferencial. Esto implica distinguir la agorafobia de trastornos como el trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social y trastorno de ansiedad generalizada.

Tratamiento

Aunque la agorafobia es un trastorno de ansiedad incapacitante, existen enfoques terapéuticos efectivos para ayudar a las personas a superar este desafío. Los métodos de tratamiento respaldados por la investigación y la práctica clínica son:

  • Terapia Cognitivo conductual (TCC). Ha demostrado ser uno de los enfoques más efectivos. Se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos evitativos. La exposición gradual a situaciones temidas, combinada con técnicas de reestructuración cognitiva, ayuda a los individuos a enfrentar y superar sus miedos.
  • Exposición Gradual. Los terapeutas trabajan con los pacientes para enfrentar progresivamente las situaciones que evitan debido al miedo intenso. Este enfoque ayuda a desensibilizar a las personas, reduciendo gradualmente la ansiedad asociada con esas situaciones.
  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT). Se enfoca en desarrollar la aceptación de las emociones y pensamientos negativos, al tiempo que fomenta acciones alineadas con los valores personales. Esto implica aprender a vivir de manera plena a pesar del miedo, permitiendo una mayor flexibilidad y adaptación a diversas situaciones.
  • Farmacoterapia. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y las benzodiazepinas son medicamentos comúnmente recetados para reducir la ansiedad. Sin embargo, se debe tener precaución debido a posibles efectos secundarios y riesgos de dependencia.
  • Apoyo social. Desempeña un papel fundamental en el tratamiento de esta patología. La participación en grupos de apoyo, ya sea en persona o en línea, proporciona un entorno comprensivo donde los individuos pueden compartir experiencias, obtener consejos prácticos y sentirse respaldados en su proceso de recuperación.
  • Mindfulness y relajación. Prácticas como la meditación mindfulness y las técnicas de relajación pueden ayudar a reducir la ansiedad asociada con la agorafobia. Estas prácticas enseñan a los individuos a estar presentes en el momento actual y a manejar eficazmente las respuestas físicas y emocionales al estrés.

Si crees que puedes tener agorafobia te recomendamos que acudas a un psiquiatra para que realice un diagnóstico temprano y así poder iniciar lo antes posible el tratamiento. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles.

5 efectos del estrés en la salud

¿Qué es el estrés? 

El estrés es una respuesta natural de las personas a un cambio significativo en sus vidas. Es una señal química enviada por el cerebro a todos los órganos del cuerpo que indica que hay algo que requiere una respuesta y una forma de afrontar una situación concreta. Puede estar causado por numerosas situaciones, tales como problemas laborales, académicos, financieros, personales o cambios en el entorno. Asimismo, los efectos del estrés en la salud suelen ser negativos, causando problemas físicos y psicológicos en muchas personas.

El estrés también puede afectar de manera positiva. El estrés positivo ayuda a la persona a adaptarse a las situaciones y a tener una visión optimista sobre el futuro. Esta sensación de «estar listo» puede tener un efecto motivador y facilitar el realismo. 

Síntomas de estrés

Existen varios síntomas físicos, emocionales y psíquicos que puede presentar una persona como consecuencia de los efectos del estrés. Estos pueden incluir: 

  • Físicos: fatiga, problemas para dormir, sudoración, dolor de cabeza, tensión muscular, trastornos digestivos e incluso problemas estomacales. 
  • Emocionales: ansiedad, depresión, irritabilidad, dificultad para concentrarse e ira son algunos de los síntomas de estrés emocional.
  • Cognitivos: olvidos, confusión mental, problemas para concentrarse, decisiones erróneas, preocupación excesiva y problemas para pensar con claridad. 

Otros síntomas que ponen de manifiesto cómo afecta el estrés al cuerpo son la sensación de vértigo, náuseas, pérdida de apetito, fuertes latidos cardíacos o dolor en el pecho. Se conocen como síntomas de los ataques de pánico y requieren tratamiento médico inmediato. 

Principales efectos del estrés

El estrés es la respuesta natural del cuerpo a una situación desafiante o amenazante. Aunque puede ser útil para motivar a una persona a actuar, el estrés crónico puede tener un efecto negativo en la salud. Puede manifestarse a través de ansiedad, insomnio, depresión y otros efectos negativos. A continuación, exponemos los 5 efectos del estrés en la salud más frecuentes.

1.Problemas de salud mental

El estrés crónico puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Esto se debe a que altera las vías neurotransmisoras del cerebro que son responsables de nuestro estado de ánimo y estado emocional.

A nivel físico conlleva síntomas como:

  • Dolor de cabeza. Puede causar cefaleas musculares (dolores de cabeza) y migrañas.
  • Dolor muscular.
  • Opresión en el pecho.
  • Fatiga. Puede provocar o exacerbar el cansancio y la fatiga.
  • Malestar estomacal. Aumenta la secreción de ácido estomacal, lo que puede provocar problemas digestivos, como úlceras, gastritis, colitis y síndrome del intestino irritable.
  • Insomnio.
  • Cambios en el deseo sexual.

Todos estos síntomas se reflejan a nivel psicológico con ansiedad, depresión, irritabilidad, tristeza o falta de motivación. Esto muchas veces lleva a situaciones indeseadas de ataques de ira, consumo de sustancias perjudiciales para el organismo como el tabaco, el alcohol o loas drogas y problemas para socializar.

Estos problemas de salud mental pueden presentarse a largo plazo, por lo que la prevención sigue siendo la mejor defensa. A menudo pueden ser tratados a través de terapias conductuales y psicológicas. Además, recientemente se ha demostrado que la terapia farmacológica también puede tener un impacto significativo en la gestión del estrés y la prevención de problemas de salud mental, especialmente al medir y reducir los niveles de cortisol.

Cada vez más especialistas coinciden en que la mejor forma de tratar los problemas de salud mental relacionados con el estrés, o prevenirlos, es crear un entorno que respalde el óptimo equilibrio bioquímico del cerebro. Esto no sólo conlleva conseguir soluciones mediante un tratamiento adecuado – como terapia conductual o medicamentos – sino también un cuidado a través de la educación y el empoderamiento, el apoyo social y la creación de redes comunitarias.

2.Enfermedad cardíaca

El estrés crónico puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas como enfermedad coronaria, hipertensión y debilitamiento del corazón.

Según la Asociación Americana del Corazón, el estrés crónico puede afectar la salud de la misma forma que la mala alimentación y la falta de ejercicio. En este sentido, puede alterar el sistema vascular de una persona haciéndolo menos eficaz para enfrentar la presión de la sangre, lo que repercute directamente en la estructura y función cardíaca.

De igual forma el estrés puede afectar los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, lo aumenta el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardíaca.

Por este motivo los médicos recomiendan hacer cambios significativos en el estilo de vida y estrategias de manejo del estrés como la meditación, el yoga, el ejercicio y la acupuntura, entre otras medidas para reducir los síntomas e incluso prevenir la aparición de enfermedades cardíacas relacionadas con el estrés.

3.Diabetes

Varios estudios han demostrado que el estrés crónico se asocia con el desarrollo de diabetes tipo 2. Esta enfermedad autoinmune ocurre cuando el cuerpo no es capaz de producir o utilizar eficazmente la hormona insulina. Si bien hay muchos factores, la investigación ya ha demostrado que el estrés crónico y el abuso de ansiolíticos también pueden afectar al sistema inmunitario.

Así, cuando una persona está expuesta a largos períodos de estrés, es más propensa a desarrollar problemas inmunológicos, que conducen a la aparición de la diabetes. El estrés puede causar un aumento de la producción de cortisol en el cuerpo, que a su vez crea un terreno propicio para una respuesta inmune disminuida. Esto puede provocar que el nivel de glucosa en la sangre se ve afectado. A largo plazo, existe el riesgo de que el cuerpo se vuelva resistente a la insulina, lo que finalmente terminará asociándose con la diabetes.

Es importante que las personas que están en riesgo de desarrollar diabetes tomen medidas para disminuir el estrés, aumentar la actividad física y comer de manera saludable.

4.Problemas cutáneos y trastornos del cabello

El estrés a largo plazo puede contribuir al desarrollo de problemas cutáneos como el acné y la psoriasis, así como condiciones más graves como el lupus eritematoso sistémico. También puede desencadenar una disminución de la salud del cabello, incluyendo una mayor predisposición al cabello fino o excesivamente graso.

Es importante tener en cuenta que el envejecimiento natural también puede afectar la condición de la piel y el cabello, pero el estrés excesivo, la ansiedad y las preocupaciones crónicas pueden agravar la situación.

La buena noticia es que hay muchas maneras para minimizar el impacto negativo en la piel y el cabello. Pueden ayudar las técnicas de relajación como la meditación y participar en actividades al aire libre.

5.Enfermedades infecciosas y autoinmunes

Las enfermedades infecciosas también están estrechamente vinculadas al estrés. Las investigaciones demuestran que la respuesta del cuerpo al estrés crónico en realidad puede debilitar la función inmune y aumentar las probabilidades de contraer enfermedades o infecciones respiratorias.

El estrés crónico también puede reducir o inhibir la capacidad del cuerpo para lidiar con las infecciones virales, bacterianas y fúngicas. Es importante comprender que el estrés no solamente puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes o infecciosas, sino también complicar el proceso de recuperación de estas.

Es importante reducir el estrés a través de diversas estrategias, como descansar, hacer ejercicio, practicar técnicas de reducción de estrés y tener buenas relaciones sociales. El estrés crónico no solo puede aumentar la susceptibilidad a desarrollar enfermedades autoinmunes e infecciosas, sino también puede dificultar su tratamiento y recuperación.

Cómo evitar los efectos del estrés en la salud

Existen tratamientos y terapias para aliviar el estrés y sus efectos. El primer paso consiste en identificar las situaciones estresantes y buscar una solución adecuada. Es importante aprender a relajarse y disminuir los niveles de estrés con ejercicios respiratorios, meditación o actividades recreativas. 

Algunas formas de reducir el estrés y los síntomas físicos y emocionales que lo acompañan incluyen: 

  • Ejercicio. Se deben realizar ejercicios regulares como caminar, correr, nadar o practicar algún deporte. Esto ayuda a liberar el estrés y las hormonas relacionadas con el bienestar y mejorar los niveles de energía. 
  • Descanso y relajación. Es importante tener suficientes horas de sueño y relajación para recargar sus energías. El yoga, el Tai Chi o el mindfulness son buenas formas para controlar sus efectos y alcanzar un mayor equilibrio mental. 
  • Habilidades de auto control. El desarrollo de estrategias personales para la gestión del estrés puede ayudar a la persona a afrontar determinadas situaciones y a controlar el pensamiento y la respuesta a las mismas. Cuidar de las plantas en casa puede ser uno de los hábitos que ayuden a gestionar el estrés. 
  • Psicoterapia. La terapia para el estrés proporciona un espacio seguro para explorar y comprender el estado emocional de una persona. Puede ayudar a las personas a entender mejor las situaciones y a encontrar soluciones. Un psicólogo puede hacer que las personas aprendan a lidiar con los efectos del estrés. También existen tratamientos médicos que pueden ayudar a aliviar los síntomas de estrés y ansiedad
  • Terapia de relajación. Incluyen la respiración profunda, la meditación, la imaginación, los ejercicios de relajación muscular y la hipnosis, entre otras.
  • Abandonar malos hábitos. Está probado, por ejemplo, que el tabaco afecta al estrés y favorece la depresión.

Si crees que los efectos del estrés están afectando a tu rutina diaria y necesitas ayuda para revertir la situación te recomendamos que acudas a un psicólogo. Este profesional te ayudará a reconducir tu día a día y mejorar tu salud mental. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte y a precios muy competitivos. Puedes comprar una consulta de psicología desde 25€

Trastorno Límite de la Personalidad: Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un trastorno caracterizado por un patrón crónico de inestabilidad en la idea de sí mismo, en la relación con otros y en el control de los estados de ánimo. Se caracteriza por una preocupación intensa sobre la aceptación, temor al rechazo y pensamientos catastróficos. Las personas que lo padecen tienen una personalidad inestable, lo que puede hacer que experimenten dificultades en muchas áreas de la vida diaria.

La mayoría de las personas con TLP presentan síntomas como patrones emocionales irracionales, imposibilidad de controlar el comportamiento, tendencia a la impulsividad e incapacidad de relacionarse con los demás. Pueden albergar sentimientos profundos de soledad, vacío e incluso desesperanza.

Esta patología no recibe la atención que debiera, por eso a menudo los síntomas no se tratan adecuadamente. Se puede decir que la única forma de controlar el trastorno límite de la personalidad es a través del diagnóstico y el tratamiento adecuados.

Síntomas del trastorno límite de personalidad

Aunque los síntomas son variados y cambian de una persona a otra, hay elementos comunes como impulso autolesivo, rasgos de personalidad antisociales, cambios rápidos de humor y problemas en el funcionamiento laboral y social.

Las personas con TLP también suelen tener una percepción inestable de sí mismas y su autoimagen puede estar fluctuando entre extremidades de idealidad y desvaloración. Pueden tener problemas para mantener relaciones de manera estable e incluso proponerse metas significativas a largo plazo.

Los síntomas del trastorno límite de la personalidad generalmente comienzan durante la edad adulta temprana. Los principales incluyen:

  • Patrones irracionales de reacción emocional, como brotes de ira, ansiedad y culpa profunda.
  • Una fluctuación constante entre el bienestar y un estado de depresión. Cambios emocionales extremos e impulsividad con la necesidad de obtener satisfacción inmediata, irritabilidad y rabia, inquietud excesiva y tristeza. Estas variaciones en el estado de ánimo son repentinas e intensas.
  • Ideas distorsionadas acerca de uno mismo. Los individuos con TLP tienden a tener una imagen de sí mismos distorsionada y cambiante, lo que puede llevar a tener baja autoestima.
  • Pensamientos suicidas.
  • Tendencia a la impulsividad. Dificultades para controlar los impulsos, lo que puede llevar a riesgos inusuales, abuso de sustancias y conductas autodestructivas.
  • Dificultades para relacionarse con los demás. Pueden tener problemas para desarrollar y mantener relaciones con otros, lo que provoca sentimientos de rechazo profundo, soledad y vacío. Estas personas pueden luchar contra la codependencia, el abuso emocional y físico y la manipulación.
  • Pensamiento intrusivo. Ideas obsesivas y recurrentes sobre relaciones pasadas, temor a la pérdida de control y miedo al fracaso. Estos pensamientos generalmente se acompañan de ansiedad y depresión profunda.
  • Dificultad para adquirir compromisos y para aceptar responsabilidades.

Aunque el trastorno puede ser difícil de manejar, hay tratamientos que pueden ayudar a alguien a vivir una vida más satisfactoria. El tratamiento típico para el TLP incluye terapia comportamental dialéctica, farmacoterapia y grupos de apoyo.

Diagnóstico del TLP

El trastorno límite de la personalidad (TLP) afecta aproximadamente al 2% de la población. Se caracteriza por el patrón de inestabilidad en los ámbitos de autoimagen, relaciones interpersonales y estado de ánimo.

El diagnóstico se hace generalmente basado en criterios establecidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). El punto de partida es una evaluación exhaustiva durante la cual se controlan los síntomas y comportamientos patológicos. Incluye una entrevista detallada del paciente en la que se realiza la historia clínica y un cuestionario de síntomas, así como la observación in situ. Esto puede ayudar a los profesionales médicos a detectar señales potenciales de esta afección y confirmar el diagnóstico.

Además, pueden realizarse varias pruebas de laboratorio, incluyendo una evaluación neurológica y neuropsicológica, para descartar la existencia de otras afecciones que podrían reproducir los síntomas de esta enfermedad. Un diagnóstico adecuado es extremadamente importante para asegurar el adecuado inicio de un tratamiento.

El trastorno se puede tratar con diversas herramientas como terapia cognitivo-conductual, farmacoterapia, grupos de apoyo y terapia de aceptación y compromiso. Con el tratamiento adecuado, se puede controlar considerablemente permitiendo que la persona lleve una vida productiva y satisfactoria.

Tratamiento del Trastorno Límite de la Personalidad

La mejor manera de tratar el trastorno límite de la personalidad es acudir a un profesional de la salud mental cualificado, como un psiquiatra o un terapeuta. Existen varias terapias indicadas en estos casos, que se enfocan en mejorar la autoestima, construir habilidades sociales adecuadas, encontrar estrategias para enfrentarse a los sentimientos difíciles, desarrollar más saludables conductas impulsivas y abordar los problemas en las relaciones. Las principales son:

  • Cognitivo-conductual.
  • De grupo de conversación.
  • De manejo de la ira.
  • De comportamiento dirigida.
  • Interpersonal.

Además, el uso de medicamentos, como antidepresivos y estabilizadores del estado de ánimo, puede ayudar a aliviar los síntomas.

Actualmente, el tratamiento más prometedor es el enfoque psicodinámico. Se centra en explorar la manera en que los problemas emocionales en la infancia y el estilo de vida actual influyen en el comportamiento actual.

Enfoque psicodinámico para tratar el TLP

En primer lugar, se busca establecer un vínculo de confianza entre el terapeuta y el paciente. Esto ayuda a crear un entorno seguro y libre de juicios para el paciente. Además, el enfoque psicodinámico permite obtener información sobre el entorno y la personalidad del paciente. Hace que el especialista comprenda mejor el comportamiento del paciente para establecer objetivos de tratamiento. Éstos se centran en cambiar la manera en que el paciente percibe y reacciona ante situaciones estresantes. El terapeuta también trabaja con el paciente para identificar patrones desadaptativos y ayudarlo a afrontar situaciones difíciles.

Además, en un enfoque psicodinámico es posible centrarse en aumentar su autoestima y ayudarlo a establecer relaciones sociales adecuadas.

También hay grupos de apoyo, terapias familiares y programas de prevención de recaídas, que ofrecen un entorno de apoyo y comprensión a aquellos que viven con el trastorno. De esta forma, los pacientes tienen la oportunidad de discutir sus problemas con personas con las que se sienten más cómodos.

Aunque el tratamiento del TLP puede ser difícil, con la ayuda de un terapeuta calificado, un programa de apoyo adecuado y actitudes positivas, pueden aprender a manejar mejor sus síntomas y experimentar una mejoría significativa en su estado mental y emocional.

Prevención del trastorno límite de personalidad

Un trastorno mental no se adquiere solo, sino que viene dado por una variedad de factores, como el estrés crónico, el abuso de drogas, el trauma en la infancia y problemas familiares. A veces, estos problemas pueden ser heredados o adquiridos a temprana edad. Una de las mejores formas de prevenir el trastorno límite de la personalidad es identificar los factores de riesgo temprano y tomar medidas para abordarlos. Esto puede incluir comunicarse con los seres queridos para abordar problemas familiares, llevar una vida saludable y buscar tratamiento si es necesario.

Además, hay varias formas de tratamiento que pueden ayudar a prevenirlo. Uno de los más comunes es la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a descubrir patrones de pensamiento y comportamiento negativos y a aprender estrategias para superar los impulsos efectivos. También mejora la regulación emocional y el desarrollo de habilidades para lidiar con el estrés.

Las terapias de apoyo también son útiles, ya que pueden ayudar a las personas a construir relaciones saludables y a desarrollar habilidades para expresar sus sentimientos y solucionar sus conflictos. Son muy buenas para quienes tienen antecedentes traumáticos, al ayudarles a desarrollar un sentido de control de sí mismas.

Finalmente, los medicamentos pueden ser una opción para personas con antecedentes. Aunque no pueden curar el trastorno, ayudan a controlar los síntomas, como la depresión, el trastorno bipolar o los trastornos de ansiedad. Asimismo, hacen que mejore la regulación emocional, reducen el riesgo de ideas suicidas y mejoran los problemas de autoestima.

El trastorno límite de la personalidad es un trastorno mental grave, pero es tratable. Las tendencias emocionales inestables, la impulsividad y los desafíos en las relaciones característicos de la condición pueden ser adecuadamente abordados con el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

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Delirium tremens y el síndrome de abstinencia alcohólica

La abstinencia alcohólica es la ausencia de consumo de bebidas alcohólicas. Para las personas que sufren problemas relacionados con el abuso del alcohol, la abstinencia alcohólica forma parte de su tratamiento. Esta estrategia tiene muchos beneficios, desde una mejor salud mental hasta una mayor productividad, así como un deseo de llevar un estilo de vida saludable.

¿Qué es el delirium tremens?

El delirium tremens (DT) es una forma grave de abstinencia del alcohol y los sedantes, caracterizada por escalofríos, temblores, insomnio, alucinaciones, alucinaciones auditivas y una agitación psico motora severa. Es una manifestación típica del Síndrome de Abstinencia de Alcohol (SAA), pero es particularmente dura de experimentar y puede ser potencialmente mortal.

Si los síntomas no se tratan con rapidez, pueden llevar a consecuencias graves, como pérdidas de memoria a corto y largo plazo, discapacidad motora y ​​daños orgánicos. Esta situación a menudo incluye el desarrollo de síntomas psicológicos como ansiedad, irritabilidad y estado de ánimo depresivo. La persona también puede experimentar alucinaciones auditivas o visuales, temblores en los brazos y espasmos musculares.

Cuándo aparece el Delirium Tremens en el Síndrome de abstinencia alcohólica

El Delirium tremens (DT) a menudo se produce en una etapa tardía de la desintoxicación del alcohol y se caracteriza por una variedad de síntomas, incluida una confusión mental aguda, alucinaciones, un ritmo cardíaco acelerado y fluctuaciones emocionales extremas.

Es fundamental comprender en qué punto de la abstinencia se desarrolla el delirium tremens para lograr un tratamiento eficaz. Por lo general, el inicio del DT ocurre entre los días 4 y 10 después del consumo último del alcohol. Los pacientes con una dependencia de alcohol o benzodiacepinas pueden desarrollarlo antes.

El DT puede ser el resultado de una abstinencia brusca del alcohol en una persona que no está acostumbrada a experimentar sus efectos. Una vez que se desarrolla, es importante buscar tratamiento inmediato con un psiquiatra o neurólogo para prevenir complicaciones graves. Debe comenzar con hidratación endovenosa y administración de benzodiacepinas para calmar los síntomas. Otros tratamientos incluyen antipsicóticos, antidepresivos y estrategias psicoeducacionales.

Síntomas de abstinencia de alcohol y delirium tremens

Las personas con abstinencia alcohólica presentan síntomas como ansiedad, irritabilidad, depresión, sudoración, palpitaciones, náuseas, mareos, dificultades para conciliar el sueño, falta de apetito y fatiga y agotamiento.

El delirium tremens se asocia con síntomas muy graves, que pueden ser muy intensos y alarmantes. A los que ya aparecen en el síndrome de abstinencia se unen:

  • Alucinaciones auditivas y visuales.
  • Fiebre alta.
  • Temblores musculares y debilidad motora.
  • Taquicardia.
  • Desorientación.
  • Problemas cognitivos y comportamentales.
  • Agitación.
  • Desorientación y confusión.
  • Estado de alerta psicomotora.
  • Paranoia.

La desorientación desaparece cuando el cuerpo se recupera del consumo reducido o suspendido de alcohol, pero los síntomas de alucinación pueden persistir varios días.

Aunque el tratamiento farmacológico puede ayudar a aliviar los efectos de la abstinencia de alcohol, es importante recordar que el único tratamiento duradero a largo plazo es la abstinencia definitiva del alcohol.

Etapas del delirium tremens

¿Cuánto tiempo dura el síndrome de Abstinencia alcohólica? Esta afección se compone de diferentes etapas en las que los síntomas se hacen cada vez más graves. Para una recuperación completa es necesario seguir el tratamiento recomendado por un profesional.

Debido a la severidad del DT, hay tres etapas con leves cambios en el curso de la enfermedad.

  • Aparición de síntomas. La persona sufre insomnio, cambios de humor, alucinaciones visuales y temblores. Además, también puede sentir ansiedad y sufrir de aumento en el pulso y en la presión arterial. Esta etapa es más fácil de superar, pero el individuo debe buscar tratamiento médico para evitar un desenlace fatal.
  • Comienzo del delirium tremens. Supone un grado extremo de los síntomas anteriores, así como la aparición de síntomas nuevos, como el estado de delirio. El individuo vive confundido y puede tener episodios de delirio, alucinaciones y problemas para controlar los movimientos voluntarios. Estos síntomas pueden ser muy peligrosos, por lo que el individuo debe ser ingresado y tratado en un hospital.
  • Recuperación. Durante esta etapa, los síntomas pueden disminuir y la persona puede comenzar a volver a un estado de salud normal. Sin embargo, se recomienda que el paciente siga con el tratamiento y la recuperación para evitar recaídas posteriores.

Causas de Delirium tremens

Las principales causas del delirium tremens son:

  • Consumo excesivo de alcohol. Perjudica el cerebro, provocando cambios en el sistema nervioso y afectando la capacidad del cerebro para regular el estado de ánimo y funciones cognitivas.
  • Retirada repentina del alcohol. Dejar de consumir alcohol bruscamente es otra de las principales causas. Esto se debe a que el cuerpo depende de los niveles de alcohol para mantener el equilibrio químico en el cerebro. Cuando una persona deja de abusar del alcohol abruptamente, el cuerpo experimenta un shock químico que puede causar esta forma de abstinencia de alcohol.
  • Hipoglucemia. Los niveles bajos de glucosa en suero son otra causa que se ha asociado con el consumo y la abstinencia del alcohol. La hipoglucemia se asocia con el delirium tremens debido a que afecta la transmisión de los neurotransmisores y puede causar una disfunción en el cerebro.
  • Trastorno metabólico. Los trastornos metabólicos, como la enfermedad de la vesícula biliar, la diabetes o los trastornos del hígado, también pueden contribuir al desarrollo de este tipo de abstinencia alcohólica. Pueden afectar la función cerebral y el equilibrio químico.

Diagnóstico del Delirium Tremens

El delirium tremens afecta por igual a hombres y mujeres. Está caracterizado por un patrón de signos clínicos similares a los del shock, con algunas variaciones, ya que además de la ansiedad, la sudoración, la sequedad en la boca y los temblores, los pacientes suelen tener episodios de delirios alucinatorios breves, sueños vívidos, agitación, desorientación y disminución de la aptitud para realizar tareas.

Aunque el delirium tremens puede ser diagnosticado clínicamente, los médicos necesitan excluir todos los demás factores que contribuyen a la confusión mental previamente. Para ello:

  • Se pregunta a la familia del paciente sobre factores como el uso de drogas ilegales y la presencia de enfermedades del sistema nervioso central, pulmonares, síndrome del hombre medio y algunas presencias muy leves de los síntomas de tétanos.
  • Se realiza un examen físico para excluir otras dolencias que puedan haber contribuido a los síntomas de la persona.
  • Pruebas de orina, examen neurológico y tomografía cerebral.

Una vez que se descarta otra patología, el diagnóstico de delirium tremens generalmente se confirma por la observación de los síntomas durante un período de al menos 24 horas. Si el paciente no mejora con la atención médica adecuada, los médicos recomendarán un tratamiento apropiado para restablecer el equilibrio físico y mental.

Tratamiento del delirium tremens y abstinencia alcohólica

La recuperación del síndrome de abstinencia y delirium tremens es un proceso de largo recorrido. El tratamiento tiene como objetivo ayudar al paciente a lidiar con los síntomas a corto plazo y encontrar una solución a largo plazo para sus problemas de alcohol. Esto significa que se necesita tiempo y dedicación para recuperarse plenamente.

Seguir un tratamiento de síndrome de abstinencia alcohólica y delirium tremens es muy eficaz, y se puede administrar tanto en un entorno ambulatorio como en una clínica de desintoxicación, según las necesidades del paciente. En primer lugar, los médicos deben evaluar al paciente antes de recomendar un tratamiento específico. Después indican los pasos a seguir, que pueden ser:

  • Desintoxicación para ayudar a controlar los síntomas del DT. Puede incluir el uso de medicamentos para controlar la ansiedad, calmar los temblores y tratar las alucinaciones. En algunos casos, se recomienda una terapia de reemplazo de opioides para ayudar a reducir los síntomas.
  • Terapia psicológica para ayudar a los pacientes a enfrentar sus problemas de alcoholismo. Pueden incluir terapia conductual, terapia cognitiva y apoyo de grupo. El objetivo de estas terapias es ayudar a los pacientes a desarrollar herramientas para prevenir el uso excesivo de alcohol y equilibrar su estado mental. La terapia debe ayudar a las personas a comprender las causas de su abuso de alcohol, así como a desarrollar habilidades para prevenir o controlar la ingesta excesiva de alcohol.

Si el Síndrome de Abstinencia alcohólica y el DT no se tratan adecuadamente, pueden causar discapacidades graves, así como daños físicos y psicológicos a largo plazo. Los programas de rehabilitación de largo plazo pueden ayudar a prevenir recaídas. Con el tratamiento adecuado, un alto porcentaje de pacientes puede recuperarse completamente.

Si tú, o una persona cercana, estáis experimentando síntomas de Delirium Tremens, es importante llamar a un médico o profesional de la salud mental para obtener ayuda. Si el paciente tiene un historial de alcoholismo, el tratamiento especialmente diseñado para el trastorno de abstinencia del alcohol puede ser la mejor elección. En SaludOnNet contamos con psiquiatras dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a los mejores precios. Puedes comprar una consulta con un psiquiatra desde 34 euros. Cuidar la salud mental y el bienestar es fundamental para la prevención de recaídas y el cuidado de la salud a largo plazo.

Cómo se puede prevenir el suicidio

El suicidio es el mayor problema de salud pública en Europa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que actualmente la tasa de prevalencia se encuentra cerca del 12% por cada 100.000 habitantes. De esta forma se ha convertido en la primera causa de muerte no natural en España, triplicando a los fallecidos por accidentes de tráfico.

El año 2020, el año de la pandemia del Covid 19, marcó un punto de inflexión. 3941 personas se suicidaron en España, un 7,4% más que en 2019. Cada año fallecen en el mundo por suicidio 800.000 personas. La OMS considera que esta cifra podría duplicarse en los próximos 20 años.

Además, por cada persona que se quita la vida hay otras 20 que lo intentan. Es un problema importante que hay que abordar y poner los medios necesarios.

Rangos de mayor incidencia

Desde que empezó la pandemia los casos se han triplicado. Cada día 10 personas se quitan la vida en España. El 75% de las personas que se suicidan son hombres, aunque las mujeres lo intentan 3 veces más. Cada caso no solo afecta a quien lo lleva a cabo, sino a un mínimo de 6 personas de su entorno, con el drama que eso conlleva.

Si hablamos en porcentaje de población, los adultos entre 40 y 60 años son los más propensos a llevar a cabo este tipo de actos; también es cierto que esta franja de edad es la más numerosa. Los varones mayores de 80 años también aparecen en las estadísticas por sus conductas autolíticas, muchas veces por la soledad no elegida.

Si hablamos de lugares, las personas que viven en localidades de menos de 20.000 habitantes son las que sufren más este fenómeno, ya que es donde hay mayor población envejecida.

Causas del suicidio en España

En 2022 ha comenzado a funcionar el teléfono 024, una ayuda gratuita y accesible para todas las personas que en algún momento se plantean dejar de vivir. Desde su puesta en marcha los datos muestran que 1 de cada 3 personas que llama tiene menos de 30 años.

Las causas por las que una persona quiere quitarse la vida son variadas y muchas veces no están claras. El clima y el aislamiento social pueden ser factores a tener en cuenta. En España las principales causas son:

  • Depresión.
  • Esquizofrenia y brote psicótico.
  • Alcohol y drogas.
  • Petición de ayuda.
  • Enfermedad terminal.
  • No querer ser una carga.
  • Miedo al fracaso.
  • Estrés traumático.
  • Aislamiento social.

Cuando alguien piensa que la única salida a sus problemas es el suicidio no desea morir, sino dejar de sufrir. Es importante hacerle saber que existen otras opciones y que acudir al psicólogo o al médico le puede ser de gran ayuda.

Medidas preventivas para evitar el suicidio

Más del 70% de las personas que se suicidan han visitado en el último mes a su médico de cabecera. Por eso es muy importante aumentar el número de profesionales que pueden detectar las señales en atención primaria.

Se necesita tomar una serie de medidas que ayuden a las personas a seguir adelante. La clave es adoptar un enfoque multisectorial integral. Hay que visibilizar, hablar y compartir los problemas y tratar el tema con naturalidad. Todo esto ayuda a salvar vidas.

Algunas de las medidas son:

  • Informacion responsable en los medios. Es un trabajo que deben hacer los medios de comunicación, para acabar con los mitos, estigmas y la culpa. De este modo se consigue que las personas con ideaciones suicidas pidan ayuda. El denominado “efecto llamada” no se produce si la información se da con rigor. Deben evitar tratar la información de forma sensacionalista, especialmente en el caso de las personas famosas, que pueden tener más impacto mediático.
  • Puesta en marcha de políticas sobre el alcohol y las drogas.
  • Identificación y tratamiento temprano de las personas con conductas autolíticas.
  • Formación del personal sanitario para que puedan detectar este tipo de consultas.
  • Seguimiento y apoyo de la sociedad.
  • Visibilidad de las personas con problemas mentales. Sentir ansiedad o tristeza es normal, pero cuando una persona se siente así con mucha frecuencia y llega a pensar en la muerte, existe el riesgo de suicidio.

Ayuda de profesionales para evitar el suicidio

Ponerse en manos de profesionales como médicos de familia, psicólogos o psiquiatras ayuda a evitar este tipo de conductas. Muchas depresiones cogidas a tiempo no desembocarían en suicidio. Por eso, es importante buscar ayuda y hablar de los problemas con la familia y los amigos, además de con los especialistas.

Hay que tener claro que la persona que habla de suicidio no lo hace porque quiere llamar la atención. Es fundamental saber que hay salida, y que muchas personas que han intentado quitarse la viday no lo han conseguido, con el tiempo han tenido vidas plenas.

Lo más importante es la comunicación y hacerle sentir a la persona que no está sola. Sentirse acompañado y apoyado le ayuda a enfrentarse a las cosas de diferente forma. Acudir al especialista y contarle lo que le pasa puede ser muy gratificante.

Si alguna vez has dejado de tener ganas de vivir lo mejor que lo hables con tus personas cercanas y busques ayuda profesional. No estás solo y nada es tan grave como para tirar la toalla. EnSaludOnNet tenemos especialistas dispuestos a escucharte y ayudarte.

Bullying: cómo se puede detectar y qué hacer ante el acoso escolar

El bullying o acoso escolar es un tipo de conducta agresiva que se realiza a propósito y de manera continuada entre jóvenes. Consiste en una relación que no es igualitaria en la que un grupo de personas o una persona ejerce permanentemente una agresividad verbal o física o un ninguneo y aislamiento social hacia otro. No obstante, el bullying no solo se produce entre adolescentes, también se da en estudiantes de primaria e incluso de infantil.

Características del bullying

En ocasiones el bullying se confunde con las agresiones escolares, conflictos aislados que mantienen varios niños o niñas y que suelen resolverse de manera rápida. Por eso es importante saber que para hablar de acoso escolar tienen que darse 3 características:

  • Existir intencionalidad. Alguien hace daño físico, psicológico, verbal o social a propósito a otra persona.
  • Repetirse, ser sistemático y no aislado.  
  • Haber diferencia de poder entre quien o quienes lo hacen y quien lo recibe.

Cuando el bullying lo realizan chicos es frecuente que la agresión sea física o verbal. En el caso de las chicas predomina la exclusión social o el ninguneo.

Quiénes participan en el bullying

El acoso escolar puede durar semanas, meses e incluso años. Para que se produzca siempre debe de haber un niño o niña vulnerable e incapaz de defenderse y una persona o un grupo que ejerce una agresión.  Pero no solo participan ellos; las personas implicadas suelen ser:

  • Quien agrede directa o indirectamente.
  • La persona agredida.
  • Los espectadores pasivos de la agresión que, aun no ejerciéndola directamente, forman parte del grupo de quienes la ejercen y la aprueban.
  • El resto de las personas que lo saben y presencian. Estos deberían evitar que la víctima se quede totalmente sola, así como ofrecerle su ayuda. Es importante contarles a los adultos que existe un problema, para ayudar a quien lo tiene. No se trata de ser un chivato, sino de pensar en las consecuencias que puede tener no hacer nada en quien padece la situación de acoso.

Cómo detectar que tu hijo sufre acoso

Una de las principales características del bullying es la ocultación a los adultos de lo que está pasando, tanto a los familiares como al centro escolar. De hecho, ambos suelen ser los últimos en enterarse. El hecho de que el acoso sea continuado hace que se cree un pacto de silencio, por lo que muchas veces es complicado identificar.

Hay algunas señales que pueden indicar que tu hijo sufre bullying. Las principales son:

  • Bajada del estado de ánimo.
  • No quiere ir al colegio o instituto.
  • Aislamiento del resto de compañeros.
  • Tiene dolores de cabeza, estómago o sufre estrés y angustia.
  • Tiene accidentes frecuentes y llega a casa con cosas rotas.

Es importante que sea detectado por la familia y también por el colegio o instituto. Los padres deben mostrar su apoyo total y hacerle ver que el acoso no es su culpa, no hay nada que lo justifique.

Qué debe hacer el centro escolar ante los casos de bullying

El centro escolar, mediante el diálogo y la gestión de los conflictos, tiene que intentar solucionar la situación. Debe investigar y escuchar tanto a la presunta víctima como a los que han participado en el acoso. Primero de manera individual y después en grupo. También se debe hablar con los amigos de la víctima y trabajar con ellos para que la apoyen. Está probado que cuanto más aumenta el porcentaje de personas que apoyan a una víctima menos probabilidades existen de que se dé el bulllying. Es lo que se llama responsabilidad colectiva.

El centro escolar tiene que hacer ver a sus alumnos que la violencia no es el camino, que hay que utilizar la resonancia afectiva y la educación en valores emocionales. En el bullying hay espectadores directos que se divierten con lo que le hacen a otro compañero. Sin ese público el acoso no tiene el mismo efecto; entonces es importante cambiar las actitudes y comportamiento del grupo.

También es esencial trabajar de manera conjunta con los familiares. No obstante, es probable que el niño que sufre acoso requiera ayuda psicológica para recomponer su baja autoestima.  

La Asociación Española para la prevención del acoso escolar establece un protocolo de actuación que consideran, debe ponerse en marcha para prevenir.

¿Y si es mi hijo el que acosa?

Una persona que acosa no tiene por qué ser problemático o agresivo; muchas veces se deja llevar por el fenómeno del grupo. Si un estudiante está acosando a otro compañero o compañera hay que explicarle que no se pueden tolerar esas conductas; hacerle ver que no estamos en contra de él o ella, sino de sus acciones.

Cómo frenar el ciberacoso

En el caso del ciberacoso, el acoso escolar mediante internet, RRSS, WhatsApp…etc., es importante seguir unos pasos determinados:

  • Guardar las evidencias: hacer copias, pantallazos…donde quede reflejado el acoso.
  • Contactar con los administradores de la aplicación mediante la cual se está acosando, para ayudar a identificar de dónde vienen los mensajes.
  • Colaborar con la escuela o instituto. Aunque el bullying no ocurra durante el horario escolar, muchas veces comienza en él.
  • Denunciar a la policía si la situación se prolonga en el tiempo.

Las personas que sufren acoso deben aprender a decir que no, a responder de manera asertiva y trabajar su autoestima. No es fácil, pero con ayuda de la familia, la comunidad escolar y los profesionales se puede conseguir. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte a atajar el problema, sin esperas y a precios muy asequibles.

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