Causas y síntomas del síndrome de Guillain Barré

El síndrome de Guillain Barré (SGB) es una enfermedad rara neurológica en la que el sistema inmunitario de una persona ataca a su sistema nervioso periférico por error, causando debilidad muscular y, en algunos casos, parálisis temporal o permanente. Aunque las causas exactas del SGB aún no están completamente claras, se cree que hay varios factores que pueden desencadenar esta enfermedad. En la actualidad afecta a 1 o 2 personas por cada 100.000 habitantes cada año.

Principales causas

¿Qué provoca el síndrome de Guillain Barré? Una de las causas principales es la respuesta inmunológica del organismo a una infección bacteriana o viral previa. Se ha observado que aproximadamente el 60% de los pacientes con esta patología han experimentado síntomas gripales (Influenza) o gastrointestinales unas semanas antes de desarrollar la enfermedad. Los virus más comúnmente asociados con el SGB son: 

  • Epstein-Barr. 
  • Citomegalovirus. 
  • Virus del Zika. 

También se han registrado casos después de infecciones bacterianas por Campylobacter jejuni, que se encuentra comúnmente en alimentos contaminados y crudos, especialmente aves de corral.

Es importante destacar que el síndrome de Guillain Barré no se contagia, es decir, no se transmite de una persona a otra. Aunque la infección bacteriana o viral que puede desencadenar el síndrome sí puede ser contagiosa, el SGB en sí mismo no se propaga de esa manera.

Otra posible causa es la reacción autoinmune desencadenada por una vacuna. Aunque es extremadamente raro, se han documentado casos de personas que desarrollaron el síndrome después de recibir ciertas vacunas, como la de la gripe o la hepatitis. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los beneficios de la vacunación superan con creces el riesgo teórico de desarrollar el SGB.

¿Es hereditario el síndrome de Guillain Barré? Además de las infecciones y las vacunas, se ha sugerido que ciertos factores genéticos pueden predisponer a algunas personas al desarrollo del Síndrome de Guillain Barré. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente el papel de la genética en esta enfermedad.

Tipos de SGB

Una vez explicado qué es el Síndrome de Guillain Barré, es importante destacar que existen varios tipos , cada uno con características clínicas específicas. Los tipos de Síndrome de Guillain Barré más comunes son:

Polirradiculoneuropatía desmielinizante aguda inflamatoria (AIDP)

Esta es la forma más común y se caracteriza por una inflamación de la mielina, la capa protectora que envuelve los nervios. Como resultado, los impulsos nerviosos se transmiten de manera lenta e ineficiente, lo que provoca debilidad muscular y pérdida de la sensibilidad en las extremidades. La debilidad puede progresar rápidamente y resultar en parálisis en casos graves. Afortunadamente, la mayoría de los pacientes se recuperan con el tiempo.

Síndrome de Guillain-Barré axonal agudo (AAGBS)

En esta forma, los nervios periféricos se dañan directamente, lo que provoca una pérdida de la función muscular y sensorial. A diferencia del AIDP, en el AAGBS no hay inflamación de la mielina y los impulsos nerviosos se interrumpen debido al daño directo a los nervios. Es menos común, pero puede ser más grave y llevar más tiempo para recuperarse.

Síndrome de Miller Fisher (MSF)

Esta forma rara de SGB se caracteriza por una tríada de síntomas: 

  • Ataxia (falta de coordinación muscular).
  • Oftalmoplejía (parálisis de los músculos oculares). 
  • Arreflexia (pérdida de los reflejos tendinosos profundos). 

A diferencia de otras formas, a menudo se presenta con síntomas iniciales no motores, como visión borrosa, dificultad para tragar y debilidad facial. Afortunadamente, tiende a tener un pronóstico favorable y la mayoría de los pacientes se recuperan por completo.

Estos son solo algunos ejemplos de los diferentes tipos de SGB que existen. Sin embargo, es importante destacar que los síntomas y la gravedad de la enfermedad pueden variar ampliamente entre los pacientes. Algunos pueden experimentar síntomas leves y recuperarse por completo con el tiempo, mientras que otros pueden experimentar síntomas más graves y tener una recuperación más lenta y menos completa.

Síntomas de síndrome de Guillain Barré

Uno de los primeros signos de Guillain Barré es la debilidad muscular, que comienza en las piernas y se va extendiendo a los brazos y el tronco. Puede variar desde una sensación de cansancio hasta la imposibilidad de moverse, dependiendo de la gravedad del caso. Asimismo, puede afectar a ambos lados del cuerpo de forma simétrica.

Además, los pacientes con SGB también pueden experimentar hormigueo o adormecimiento en las extremidades. Esta sensación anormal, conocida como parestesia, puede ser muy incómoda y causar dificultades para realizar actividades diarias.

Otro síntoma característico es la falta de coordinación motora. Los pacientes pueden tener dificultades para caminar o mantener el equilibrio, lo cual se conoce como ataxia. Esta pérdida de coordinación puede ocurrir debido a la debilidad muscular y la afectación de los nervios encargados de controlar los movimientos.

En algunos casos, también pueden experimentar dolor muscular o sensibilidad al tacto. Este dolor puede variar en intensidad y ser constante o intermitente. Es importante tener en cuenta que el dolor muscular puede no estar presente en todos los casos de SGB, por lo que su ausencia no descarta necesariamente el diagnóstico.

Otros síntomas menos comunes, pero posibles, incluyen dificultades para tragar, hablar o respirar, así como ritmo cardíaco acelerado o irregular. Pueden aparecer en casos más graves de la enfermedad, por lo que es fundamental buscar atención médica de inmediato si se presentan.

El SGB es una enfermedad rara, por lo que no todos los casos van a presentar los mismos síntomas. 

Diagnóstico del Síndrome de Guillain Barré

El diagnóstico de la enfermedad de Guillain Barré es un proceso clave para identificar y tratar adecuadamente esta enfermedad neurológica potencialmente grave. Se basa en una combinación de síntomas clínicos, análisis de sangre y estudios de conducción nerviosa

Comienza con una evaluación minuciosa de los síntomas y el historial médico del paciente. El neurólogo también puede utilizar pruebas específicas para confirmar el diagnóstico. Una de las más utilizadas es el estudio de conducción nerviosa, que evalúa la velocidad y la eficacia de la transmisión de los impulsos eléctricos a lo largo de los nervios periféricos. Esta prueba puede ayudar a identificar cualquier daño en los nervios y determinar si se trata de una neuropatía desmielinizante, típica del SGB. También se utiliza la electromiografía para evaluar el funcionamiento del sistema nervioso.

Asimismo, la punción lumbar se lleva a cabo para conocer la presencia de inflamación en el líquido cefalorraquídeo.

Además, los análisis de sangre pueden ser útiles para descartar otras posibles causas de la debilidad muscular, como la presencia de toxinas o desórdenes metabólicos. Estos análisis pueden incluir marcadores de inflamación, como la velocidad de sedimentación globular (VSG) o la proteína C reactiva (PCR), que pueden estar elevados en personas con SGB.

Es importante destacar que el diagnóstico debe ser realizado por un médico con experiencia en enfermedades neuromusculares. Esto se debe a que puede presentarse en diferentes formas y en algunos casos puede ser difícil de distinguir de otras condiciones similares, como la mielitis transversa o el síndrome de Miller Fisher.

Tratamiento de Guillain Barré

El síndrome de Guillain Barré no tiene cura, pero se pueden emplear diferentes enfoques para controlar los síntomas, acelerar la recuperación del paciente y prevenir posibles complicaciones. Debido a la gravedad de la enfermedad, es fundamental iniciar el tratamiento lo antes posible para que el pronóstico de Guillain Barré sea lo mejor posible. Por lo general, las personas con esta patología deben ser hospitalizadas. Algunas opciones de tratamiento son: 

  • Administración de inmunoglobulinas intravenosas (IGIV). Estas proteínas se encargan de regular el sistema inmunológico y reducir la inflamación en el sistema nervioso. Se ha demostrado que el uso de IGIV acelera la recuperación y reduce la gravedad de los síntomas en pacientes con SGB.
  • Plasmaféresis, donde se extrae la sangre del paciente, se separa el plasma y se devuelve el resto de la sangre al organismo. Esta técnica se utiliza para eliminar los anticuerpos autodestructivos presentes en el plasma y reducir la inflamación.

Además, es fundamental el tratamiento de los síntomas derivados como el dolor, la debilidad muscular y las dificultades respiratorias. En muchos casos, se utilizan analgésicos y relajantes musculares para aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida del paciente.

Además de los tratamientos mencionados, se están investigando nuevas terapias, como el uso de esteroides y medicamentos inmunosupresores. Estas opciones pueden ser consideradas en casos más graves o en pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales. 

Complicaciones

En algunos casos, el SGB puede llevar a complicaciones graves, como dificultad respiratoria, problemas de presión arterial e incluso una disminución de la función cardíaca. Por lo tanto, es fundamental que los pacientes reciban atención médica especializada, así como un seguimiento adecuado para minimizar el riesgo de estas complicaciones y promover una recuperación éxitos para el Síndrome de Guillain Barré.

La mayoría de los pacientes experimenta una mejora gradual en los síntomas durante un período de semanas o meses. Muchas consiguen caminar de nuevo, tras pasar medio año del inicio de los síntomas. Sin embargo, la recuperación completa puede llevar más tiempo y, en algunos casos, pueden persistir secuelas del síndrome de Guillain Barré a largo plazo, como debilidad muscular residual o problemas de sensibilidad. 

Si tienes alguno de los síntomas de este síndrome es importante que acudas a un neurólogo para que evalúe tu estado y realice un diagnóstico temprano. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a unos precios muy competitivos. 

Migraña: causas, síntomas y tratamiento

La migraña es una enfermedad neurológica crónica que se caracteriza por episodios recurrentes de dolor de cabeza intenso y latente, acompañados de otros síntomas como náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido. Es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y que puede ser altamente incapacitante en algunos casos.

Causas de la migraña

La causa exacta de la migraña aún no se conoce por completo, pero se cree que hay varios factores que pueden desencadenar su aparición. Entre ellos se incluyen:

  • Genética. Existe una clara predisposición genética a padecer esta patología. Cuando se tienen familiares cercanos que la sufren, es más probable que también se experimente.
  • Cambios en los niveles hormonales. Las fluctuaciones hormonales, especialmente en las mujeres, pueden desencadenarlas. Es común que las mujeres las tengan relacionadas con su ciclo menstrual, embarazo o menopausia.
  • Factores ambientales. Estímulos externos como luces brillantes, ruidos fuertes, cambios en los patrones de sueño o falta de sueño, dolores intensos e incluso cambios en el clima pueden desencadenar ataques en algunas personas.
  • Alimentos y bebidas. Ciertos alimentos y bebidas, como el chocolate, el queso, los alimentos procesados, la cafeína y el alcohol, pueden provocarla en algunas personas.
  • Estrés y factores emocionales. El estrés y las emociones intensas, tanto positivas como negativas pueden hacer que aparezca.
  • Déficit de la enzima DAO. Una baja actividad de la enzima diaminooxidasa intestinal, es la culpable de muchas migrañas y cefaleas vasculares.

Síntomas de la migraña

Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen:

  • Dolor de cabeza intenso y pulsátil que puede durar de horas a días. El dolor suele estar localizado en un lado de la cabeza, pero también puede afectar ambos lados.
  • Sensibilidad a la luz, conocida como fotofobia. Las personas con este trastorno suelen preferir estar en habitaciones oscuras durante las crisis.
  • Sensibilidad al sonido, conocida como fonofobia. Los ruidos fuertes o incluso normales pueden resultar molestos y aumentar la intensidad del dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos. Muchas personas experimentan estos síntomas durante los ataques y pueden afectar la capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas.
  • Aura. Algunas personas experimentan síntomas visuales antes o durante un ataque, conocido como aura. Esto puede incluir destellos de luz, puntos ciegos o visión borrosa.

Tipos de migraña

Si bien es una condición común, también puede presentarse en diferentes formas. Las principales son:

  • Migraña sin aura. Este es el tipo más común y afecta aproximadamente al 70-90% de las personas que la sufren. Los síntomas incluyen dolor de cabeza latente en un lado de la cabeza, que puede durar desde unas pocas horas hasta varios días. A menudo, el dolor se agrava con la actividad física y puede ir acompañado de náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido.
  • Migraña con aura. Alrededor del 25% de las personas que las tienen, experimentan lo que se conoce como aura, que son síntomas neurológicos que ocurren antes o durante un ataque. Pueden incluir visión borrosa, destellos de luz, puntos ciegos y dificultad para hablar o entender el lenguaje. El aura generalmente dura unos minutos y es seguida por el dolor de cabeza típico.
  • Crónica. Se caracteriza por la presencia de ataques en 15 o más días al mes durante al menos tres meses. La migraña crónica puede ser extremadamente debilitante y afectar significativamente la calidad de vida de una persona. Se desconoce la causa exacta, pero algunos factores desencadenantes comunes incluyen el estrés, la falta de sueño y los cambios hormonales.
  • Menstrual. Se produce en relación con el ciclo menstrual de una mujer. Ocurre regularmente antes, durante o después de la menstruación y puede ser muy dolorosa. Los cambios hormonales en el cuerpo durante este tiempo se cree que la desencadenan, y los síntomas pueden incluir dolor de cabeza intenso, fatiga y cambios de humor.
  • Hemipléjica. Es una forma rara de migraña y se caracteriza por debilidad o parálisis temporal en un lado del cuerpo antes o durante un ataque. Otros síntomas pueden incluir dificultad para hablar, visión borrosa o doble y confusión. Aunque esta forma es poco común, puede ser muy aterradora y puede requerir atención médica urgente.

Diagnóstico de la migraña

El diagnóstico es crucial para el manejo adecuado de esta condición dolorosa y debilitante. Se basa principalmente en los síntomas reportados por el paciente. Es importante que el médico realice una evaluación exhaustiva de los síntomas y descarte otras posibles causas de los dolores de cabeza.

Los criterios de diagnóstico más comunes utilizados son los establecidos por la Clasificación Internacional de Cefaleas. Para que se pueda diagnosticar la migraña, el paciente debe haber experimentado al menos cinco episodios de dolores de cabeza que cumplan con los siguientes criterios:

  • Duración de los dolores de cabeza de 4 a 72 horas.
  • Dolor pulsátil o latente que generalmente afecta un solo lado de la cabeza.
  • Sensibilidad a la luz, al sonido o ambos.
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Exclusión de otras causas de los dolores de cabeza.

Además, los síntomas pueden variar de una persona a otra. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas premonitorios, conocidos como aura, que pueden incluir alteraciones visuales, entumecimiento o debilidad en una parte del cuerpo y dificultad para el habla.

Es importante destacar que el diagnóstico no se basa en pruebas médicas como radiografías o análisis de sangre. Estas pruebas generalmente se solicitan para descartar otras causas de los dolores de cabeza, como tumores cerebrales o enfermedades vasculares.

Tratamiento de la migraña

Si bien no hay una cura definitiva, existen diferentes enfoques de tratamiento para ayudar a controlar los síntomas y reducir la frecuencia e intensidad de los ataques. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Medicamentos. Los analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol pueden aliviar el dolor leve a moderado. Sin embargo, es importante seguir las indicaciones de dosis y no abusar de estos medicamentos. En casos de migraña más severa o frecuente, se pueden recetar medicamentos específicos para su tratamiento, como los triptanes o los ergotamínicos. Estos fármacos ayudan a reducir la inflamación y aliviar los síntomas.
  • Terapias no farmacológicas. Existen diferentes terapias alternativas que pueden ayudar a controlar los síntomas, como la acupuntura, la terapia cognitivo-conductual y la terapia de relajación.
  • Estilo de vida saludable. Adoptar un estilo de vida saludable puede ser beneficioso para reducir la frecuencia e intensidad de las crisis. Esto incluye mantener una rutina de sueño adecuada, evitar el estrés, hacer ejercicio de forma regular y llevar una dieta equilibrada.

Con el tratamiento adecuado, muchos pacientes pueden encontrar alivio y manejar sus síntomas de manera efectiva. Si experimentas síntomas de migraña, es importante buscar el consejo de un médico para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites. Ahora puedes comprar una consulta con un neurólogo desde 26 euros.

Distonía, la enfermedad por la que Jordi Roca perdió la voz

La distonía es un trastorno neurológico que afecta la flexibilidad y el tono muscular, obligando a los músculos a realizar movimientos involuntarios, rígidos e inestables. Esto puede conducir a una debilidad en la ejecución de los movimientos y una falta de control coordinado, limitando la capacidad de una persona para realizar tareas cotidianas. Estos movimientos anormales involuntarios pueden ser de corta duración o convertirse en un tic crónico.

El porcentaje de personas afectadas por la distonía en el mundo no se conoce con exactitud, pero se estima que uno de cada 1000 individuos puede estar afectado. Se considera una enfermedad rara y se calcula que en España podría haber 3000 personas con esa afección. Una de ellas, es el conocido chef Jordi Roca, que durante 7 años perdió la voz por culpa de esta patología. Tras un tratamiento que ha incluido reeducación vocal, ejercicios respiratorios y meditación, la ha conseguido recuperar.

Síntomas de la distonía

La distonía es un trastorno motriz crónico que afecta a personas, particularmente adultos jóvenes, en todo el mundo. La gravedad de los síntomas de distonía puede variar, incluyendo movimientos anormales en los músculos faciales, del cuello, del tronco y del brazo. En ocasiones, son tan leves que hay personas afectadas que no se dan cuenta de que tienen este trastorno.

Los síntomas de la distonía se pueden clasificar en tres categorías principales:

  • Rigidez. Es uno de los más comunes. Se caracteriza por una tensión muscular excesiva que limita el movimiento general del paciente. Puede ser dolorosa y con frecuencia es peor después de que el paciente se ha mantenido sentado o quieto por un período prolongado.
  • Movimiento excesivo. Es un síntoma característico. Puede incluir sacudidas, temblores, tirones inadvertidos, movimientos bruscos, movimientos rápidos e involuntarios o movimientos rítmicos. Estos movimientos excesivos pueden limitar la capacidad de una persona para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
  • Postura forzada. Se caracteriza por movimientos involuntarios que obligan al paciente a mantener una postura particular, que puede ser dolorosa y limitar su capacidad para realizar actividades cotidianas.

Los demás síntomas de distonía incluyen fatiga, dolor muscular, debilidad muscular y problemas de equilibrio.

Hay que tener en cuenta que pueden agravarse con el estrés, la fatiga o la excitación, por lo que los médicos recomiendan el tratamiento conductual para ayudar a aliviarlos. Es importante identificarlos lo antes posible para que el tratamiento sea más eficaz y se pueda reducir el impacto de los trastornos distónicos.

Causas de la distonía

Aunque la causa exacta de los trastornos distónicos no se conoce, los especialistas piensan que se debe a un problema en los circuitos cerebrales que controlan el tono muscular. Estos circuitos son sensibles a los cambios en el medio ambiente y los estímulos externos, como el estrés, los medicamentos y la ingesta de alcohol. También puede deberse a otros motivos como:

  • Sexo. Afectan más a los hombres que a las mujeres.
  • Exceso de trabajo.
  • Estrés mental o emocional.
  • Algunas enfermedades neurológicas como el lupus, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Huntington.
  • Correlación entre el trastorno distónico y las lesiones en la cabeza, el cuello o la espina dorsal.

Tipos de distonía

La distonía es un trastorno neurológico que se define como una disfunción de los movimientos voluntarios. A partir de los mecanismos que conducen a su desarrollo, se han definido varios tipos de trastornos relacionados con este trastorno. A continuación, mostramos una clasificación, atendiendo a lo que indican desde la Asociación de Distonía de España.

Clasificación según el área afectada del cuerpo

Esta enfermedad puede afectar a diferentes áreas del cuerpo, como la cervical o el blefaroespasmo, entre otras, creando una interrupción significativa en la vida diaria de quienes la padecen.

Focal

Se llama así cuando se refiere a un grupo muscular específico. Puede ser.

  • Cervical o tortícolis espasmódico. Afecta la parte superior del cuello y los músculos alrededor del cuello. Suele acompañarse de dolor, rigidez y contractura muscular en el cuello.
  • Blefaroespasmo. Se manifiesta en forma de parpadeo excesivo e involuntario, movimientos incontrolables de los párpados y de los músculos faciales, así como limitaciones en la expresión facial. Es importante señalar que, en muchos casos, también puede conducir a problemas en la visión, como visión borrosa, doble visión y problemas para mantener los ojos abiertos. Para aliviar los síntomas, los especialistas recomiendan el uso de medicamentos antiespasmódicos, bótox, estimulación electromagnética o cirugía.
  • Oromandibular. Es una condición clínica que causa contracciones musculares involuntarias, es decir, que el enfermo no tiene control sobre su movimiento y manifiesta una rigidez y una tensión muscular anormal en la región de la mandíbula y la boca. Estas contracciones pueden ocasionar dolores faciales, movimientos faciales anormales, ruidos involuntarios en los dientes, dificultades movimientos de la lengua y de los labios, dificultades para tragar, hablar y masticar, sensación de fatiga y retardo del lenguaje. El tratamiento suele incluir la fisioterapia, la medicación y la terapia del habla. En algunos casos, se recomienda tratamiento quirúrgico, como implante de estimuladores u otros procedimientos. Siempre se debe realizar un diagnóstico adecuado para determinar qué tratamiento se ajusta mejor a cada caso.
  • Laríngea o disfonía espasmódica. Se caracteriza por una voz alterada y paralizante, produciendo un sonido áspero y / o entrecortado. Esto se debe a la contracción involuntaria de los músculos del cuello y de la laringe, que están involucrados en la producción de la voz. Esta condición puede manifestarse en varios grados, desde una voz entrecortada leve hasta una voz completamente ausente. En algunos casos, el paciente puede tener problemas para hablar, tragar o hasta respirar. Este es el tipo de distonía del chef Jordi Roca. Los síntomas pueden variar en la voz:
    • Ronca o entrecortada de manera continua.
    • Ronca cuando tratan de hablar en voz alta.
    • Con un volumen bajo o que se apaga al hablar.
    • Incapaces de hablar en voz alta, lo que significa que no son capaces de emitir sonidos.

Los tratamientos generalmente implican medicamentos para reducir la contracción muscular. En algunos casos, se recomienda la terapia de voz para fortalecer los músculos implicados y aprender una forma más normal de hablar. Esta condición también puede ser tratada mediante cirugía, si el médico lo considera adecuado.

Generalizada

Puede afectar a todas las zonas del cuerpo, desde la cara hasta la espalda, los brazos y las piernas. Los síntomas más comunes incluyen temblores, movimientos musculares involuntarios y espasmos. Estas alteraciones pueden limitar la capacidad de una persona para realizar actividades diarias.

Segmentaria

Estos espasmos afectan, al menos, a dos secciones del cuerpo de una persona. Pueden ser desde movimientos leves hasta movimientos muy bruscos y dolorosos. El área afectada puede estar limitada a un grupo de músculos en una sola extremidad, una parte de la cara o un lado de la aurícula.

Multifocal

La distonía multifocal (DMF) es una enfermedad neurológica rara y progresiva que afecta a la manera en que los brazos, piernas, la cara y la lengua se mueven. Causa una variedad de síntomas como movimientos musculares incontrolables, espasmos, temblores, rigidez muscular y dificultades para hablar y deglutir. Las causas exactas son desconocidas, pero se cree que tiene un origen hereditario. La enfermedad a menudo comienza como un movimiento involuntario en una parte del cuerpo y luego progresa lenta y desigualmente hacia otras partes.

Los síntomas pueden variar en la severidad y en la ubicación de la distonía. Los tratamientos típicos incluyen medicamentos para controlar los síntomas, como los anticonvulsivos y los tranquilizantes. También se usan terapias físicas y ocupacionales para ayudar a los pacientes a mejorar su movilidad y habla. En casos graves, se puede recomendar la cirugía.

Hemidistonía

Es un tipo de distonía focal que afecta a un solo lado del cuerpo. Se caracteriza por espasmos musculares involuntarios, que pueden variar desde movimientos leves y leves inhibiciones hasta el desarrollo de contorsiones graves. Estos movimientos pueden pasar por movimientos leves, como alejarse o agarrarse, o movimientos más exagerados, como levantar los hombros, patear o agarrarse con los brazos.

Los síntomas de la hemidistonía varían entre los pacientes. Algunos pueden tener síntomas leves, con espasmos que ocurren en entornos estresantes o con cambios en el humor, mientras que otros pueden tener movimientos más severos, espasmos constantes y contorsiones. La condición no es reversible, pero hay muchos tratamientos disponibles para ayudar a aliviar los síntomas. Estos incluyen medicamentos, terapia de ejercicio suave, mejoras en el estilo de vida y tratamientos quirúrgicos invasivos.

Clasificación según el origen de la lesión

La distonía es un trastorno del movimiento involuntario, que se caracteriza por movimientos musculares anormales amplios y recurrentes, tanto en tono como en fuerza. Puede clasificarse según el origen de la lesión en dos tipos principales: primaria o secundaria.

  • Primaria. Se debe a un trastorno neurológico.
  • Secundaria. Es un trastorno que surge como resultado de una lesión cerebral, como un traumatismo craneal, un infarto cerebral, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, un accidente cerebrovascular y el Síndrome de Lévy-Compello-Zewu.

Clasificación según las causas

El diagnóstico de distonía implica la necesidad de realizar una clasificación etiopatogénica bien definida, con el objetivo de determinar el tipo de distonía según sus causas fundamentales.

  • Hereditaria. Se debe a factores genéticos y se produce al nacer o se manifiesta durante la infancia o entre los 25 y 40 años. Puede ser autosómica dominante, autosómica recesiva, recesiva ligada al cromosoma X o mitocondrial.
  • Adquirida. Su causa no es genética y es conocida. Algunos ejemplos son la reacción a un medicamento, una infección o un traumatismo craneal.   
  • Idiopática: de origen desconocido. Puede ser esporádica o familiar. Se conoce como enfermedad del movimiento no específica, porque el origen es desconocido.

Tratamiento de la distonía

Existen diversos tratamientos para la distonía que permiten a las personas aliviar sus síntomas y recuperar algunas de sus actividades normales. Pueden incluir:

  • Medicamentos. Los fármacos utilizados en el tratamiento de la distonía para reducir el tono muscular y aliviar los movimientos anormales, generalmente se dirigen a los neurotransmisores del cerebro, como la dopamina o la acetilcolina.
  • Terapias físicas. Junto con el ejercicio se consideran una de las formas efectivas de tratamiento. Ejercicios aeróbicos como nadar, montar en bicicleta, correr y caminar ayudan a fortalecer los músculos afectados y mejorar la coordinación. Si bien el ejercicio puede hacer que la persona se sienta cansada al principio, el esfuerzo vale la pena en el largo plazo. Debe ser el médico el que recomiende la cantidad y la intensidad adecuadas de ejercicio.
  • Terapia ocupacional. implica el uso de terapia adaptativa y aparatos especializados para ayudar a las personas a realizar tareas cotidianas, a pesar de su distonía. Los aparatos ayudan a las personas a alcanzar objetos, levantar objetos pesados ​​y usar un ordenador. Otros trabajan para bloquear los movimientos involuntarios. Los terapeutas ocupacionales también pueden ayudar a los pacientes a aprender a relajar los músculos afectados y a reducir los síntomas de distonía.
  • Inyección de toxina botulínica. Son una forma particularmente efectiva de tratamiento para la distonía de la garganta, los brazos y las piernas. Relajan los músculos, lo que ayuda a controlar los movimientos involuntarios.
  • Cirugía. Esta opción se usa como último recurso si los medicamentos, los aparatos y la terapia no son eficaces. Puede implicar la eliminación de los músculos afectados o implantar electrodos en el cerebro para bloquear los impulsos inadecuados. La cirugía no es reversible, por lo que es importante discutir los detalles con el médico antes de tomar una decisión.

También se pueden probar terapias alternativas como la acupuntura, la meditación y la terapia nutricional.

Si consideras que puedes estar experimentando síntomas de distonía, es importante que hables con un médico. El tratamiento temprano y el seguimiento marca una gran diferencia en la calidad de vida de los pacientes. En SaludOnNet contamos con neurólogos dispuestos a ayudarte en lo que necesites. Puedes comprar una consulta de neurología desde 25 euros. Además, podrás elegir entre 4000 clínicas y hospitales en toda España.

Demencia frontotemporal: la enfermedad que padece Bruce Willis

La demencia frontotemporal (DFT) es una enfermedad crónica que afecta la parte del cerebro relacionada con el lenguaje y las emociones. Esta patología cambia la personalidad y el comportamiento, y los síntomas generalmente son graduales, aunque cada persona la vive de manera diferente.

Aunque la DFT es un tipo de demencia, no es lo mismo que la enfermedad de Alzheimer. En este caso, en lugar de comenzar con la pérdida de memoria, afecta primero las habilidades sociales, las emociones y el habla. Los síntomas se desarrollan antes, entre los 45 y los 64 años, y suelen ser más comunes en los hombres.

La demencia frontotemporal perjudica principalmente a las áreas del cerebro involucradas en la regulación del lenguaje, la memoria y el comportamiento, incluyendo la corteza frontal y temporal. Estas son partes del cerebro involucradas en la toma de decisiones, el control de la conducta, el aprendizaje, la memoria, el lenguaje y las emociones. Como consecuencia de la enfermedad, se pierde la capacidad de comunicarse, de reconocer caras familiares, de disfrutar de actividades favoritas, de controlar la conducta y de realizar tareas diarias como ir de compras o cocinar una comida.

Síntomas de la demencia frontotemporal

Los síntomas de la demencia frontotemporal generalmente se presentan durante la edad adulta temprana. Es importante reconocer que son diferentes para cada individuo. Además, los tiempos de progresión hacia la demencia pueden variar enormemente. Por lo tanto, es imprescindible una evaluación detallada de la memoria y la función ejecutiva antes de que se diagnostique una DFT.

Los síntomas comunes de la DFT generalmente comienzan con el fallo de la capacidad para realizar tareas complejas, planificar y organizar, tomar decisiones más difíciles y controlar los impulsos. Además, hay síntomas conductuales asociados a la patología como cambios en actitudes y comportamientos sociales, baja tolerancia a la frustración, problemas de comportamiento inapropiado y agresión verbal o física.

En general, los cambios incluyen:

  • Aislamiento social.
  • Pérdida de interés en actividades que se solían disfrutar.
  • Comportamiento impulsivo, emocionalmente anormal o desinhibido.
  • Problemas para entender o usar el lenguaje (afasia). Pérdida de vocabulario, utilización de palabras incorrectas o dificultad para encontrar la palabra correcta.
  • Pérdida de memoria reciente relacionada con nombres, lugares y hechos.
  • Dificultad para recordar o aprender cosas nuevas.
  • Dificultad para realizar operaciones matemáticas básicas
  • Desorientación espacial y temporal.
  • Cambios en el estado de ánimo, con fluctuaciones entre la tristeza y la euforia.
  • Depresión y afectividad anormal. Compromiso emocional reducido y pérdida de interés en el entorno.

El tratamiento de la DFT se dirige principalmente a los síntomas conductuales y psicológicos, así como a la ayuda para aumentar el funcionamiento cognitivo, como la memoria y las habilidades ejecutivas.

Afasia como síntoma de la DFT

La afasia es una afección neurológica que consiste en problemas para expresarse con palabras u otros medios de comunicación. Puede manifestarse con dificultades para el lenguaje oral, el lenguaje escrito, la comprensión del lenguaje y la formación de frases. La afección puede ocurrir como resultado de una lesión o como parte de un trastorno de salud más amplio, como la demencia frontotemporal (FTD).

Los síntomas de afasia relacionados con la DFT generalmente comienzan con los primeros signos de la enfermedad, como la disminución de la habilidad para hablar o escribir correctamente, la pérdida de la memoria o problemas para trabajar con conceptos abstractos y cálculos.

Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo, lo que puede causar problemas de comunicación más graves. Debido a que la parte del cerebro que controla el lenguaje se ve afectada cuando se presenta esta enfermedad, los pacientes con demencia frontotemporal experimentan un tipo específico de afasia conocido como Afasia Primaria Progresiva o PPA. Esta forma de afasia suele afectar la comprensión del lenguaje y la capacidad de hablar.

Diagnóstico de la demencia frontotemporal

El diagnóstico de demencia frontotemporal es siempre un proceso difícil de realizar. Se realiza mediante una evaluación médica completa, que incluye historia clínica, exploración física y pruebas neuropsicológicas y de laboratorio. Estas evalúan la función cognitiva, sensorial y motora, así como el lenguaje, la memoria, la atención y los cambios en el humor y el comportamiento.

Las pruebas de imagen, como la resonancia magnética (RM) y la tomografía axial computarizada (TAC), pueden ser útiles para evaluar los cambios en el cerebro que se relacionan con la demencia frontotemporal. Ayudan a los médicos a descartar otras patologías, como el deterioro cerebral causado por un accidente cerebrovascular.

Las pruebas de medicina nuclear, como la tomografía por emisión de fotón único (SPECT) y la tomografía por emisión de positrones (PET), pueden ayudar a los médicos a diagnosticar con mayor precisión la DFT y a excluir otros trastornos del cerebro como el Alzheimer. Estas pruebas suelen ser más recomendables para los pacientes con síntomas atípicos o con alguna dificultad específica durante la evaluación clínica o neuropsicológica.

Causas de la demencia frontotemporal

La demencia frontotemporal está asociada con una reducción en la cantidad de ciertos químicos en el cerebro, que produce daños en los lóbulos frontal y temporal del cerebro. Afecta al pensamiento, el comportamiento y las habilidades para realizar las actividades diarias. Las causas exactas de esta enfermedad no se conocen. Sin embargo, hay algunos factores que pueden contribuir al desarrollo de demencia frontotemporal, como:

  • Mutaciones genéticas que se heredan (aunque más de la mitad de los pacientes no tienen antecedentes familiares).
  • Cambios en los lípidos cerebrales.
  • Exposición a sustancias tóxicas.
  • Factores ambientales.
  • Trastornos de depresión y ansiedad.
  • Cambios estructurales del cerebro, como daño o atrofia cerebral.

Tratamiento de la demencia frontotemporal

Aunque la DFT no se puede curar, se puede conseguir aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. El tratamiento para la demencia frontotemporal varía dependiendo del grado de deterioro cognitivo y los síntomas individuales.

Los médicos tratan los síntomas de la demencia frontotemporal con medicamentos entre los que se encuentran los antipsicóticos, ansiolíticos y antidepresivos. Estos fármacos pueden ayudar a disminuir los síntomas relacionados con el comportamiento, la memoria, la atención y la conducta social. Pueden ayudar a tratar los cambios de humor, la rigidez, la restricción de los movimientos y la confusión visual.

Los tratamientos psicológicos, como la terapia de comportamiento cognitivo (TCC), también se recomiendan para la demencia frontotemporal. Esta terapia se centra en ayudar a los pacientes a gestionar sus emociones y comportamientos, así como a aprender nuevas habilidades, como la comunicación, y desarrollar nuevas formas de manejar la enfermedad. Asimismo, la terapia ocupacional también se utiliza para ayudar al paciente a ajustar sus habilidades y reducir la dependencia.

Para los pacientes con demencia frontotemporal en etapas avanzadas, los cuidadores se centran en proporcionar un ambiente seguro y estable, así como en brindar el nivel adecuado de apoyo. Deben encontrar formas de mantener al paciente estimulado mientras se gestiona su comportamiento. La comprensión y el cuidado son esenciales para ayudar a los afectados por la DFT a vivir con esta enfermedad crónica.

Pronóstico y esperanza de vida de la DFT

El pronóstico para la demencia frontotemporal (DFT) es alentador en términos de mejora, pero no de curación. Los avances en tratamientos han mejorado y ayudan a mantener el nivel de actividad cognitiva y física, disminuir los síntomas y mejorar la calidad de vida a medida que la demencia empeora. Aunque los tratamientos ayudan a controlar y retrasar los síntomas, no siempre mejoran los resultados a largo plazo.

La esperanza de vida de un paciente con demencia frontotemporal varía según la edad y la variedad de los síntomas. Por lo general, la esperanza promedio de vida es de unos 8 a 10 años desde el diagnóstico, aunque algunos pacientes han vivido 20 años más. Se estima que, si el paciente recibe el tratamiento adecuado, puede mejorar la esperanza y la calidad de vida.

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¿Qué es el Síndrome de Ramsay Hunt o herpes zoster ótico?

El herpes zoster ótico es conocido comúnmente como Síndrome de Ramsay Hunt tipo II. Se trata de una patología que afecta a las células nerviosas del oído. Es una complicación del herpes zoster o culebrilla causado por la reactivación del virus de la varicela.

Virus varicela zoster

El virus varicela zoster provoca una infección primaria y otra latente. La primaria se produce cuando la persona tiene un primer contacto con el virus, y se manifiesta como varicela. Por lo general, aparece en niños, aunque también puede hacerlo en lactantes o personas adultas inmunodeprimidas. En estos últimos casos es más grave.

Cuando la persona se recupera del virus varicela zoster, éste entra en un estado latente y permanece inactivo en las neuronas de los ganglios sensitivos de la médula espinal. No se sabe cuándo, aunque no suele ocurrir en la infancia, pero puede reactivarse causando el herpes zoster. Es frecuente que aparezca en pacientes en edad adulta, sobre todo en mayores de 50 años.

El herpes zoster causa una parálisis facial periférica que provoca erupciones cutáneas vesicantes (ampollas) muy dolorosas. Suele darse en el tronco de las personas, aunque en ocasiones aparece en otras zonas.

Herpes zoster ótico

Cuando el virus varicela zoster se reactiva en el ganglio geniculado, que afecta el nervio facial y también el auditivo, produce el herpes zoster de oído, conocido como síndrome de Ramsay Hunt. Se llama así porque fue descrito por primera vez en 1907 por James Ramsay Hunt.

Estos nervios son los responsables de los movimientos faciales, la producción de saliva y lágrimas, la transmisión de sonido al cerebro y el equilibrio.

Síntomas del Síndrome de Ramsay Hunt

El Síndrome de Ramsay Hunt es la segunda causa de parálisis facial parcial o debilidad. Esta patología puede confundirse con la parálisis de Bell, al tener síntomas similares. Pero la diferencia está en que la parálisis de Bell no causa erupciones.   

Otros síntomas frecuentes del síndrome de Ramsay Hunt son:

  • Otalgia intensa, dolor fuerte de oído.
  • Erupciones o ampollas similares a las de la varicela o culebrilla, en el oído interno y externo, tanto en el canal auditivo como en el pabellón de la oreja. También pueden aparecer en la mucosa oral, en la boca y la lengua.
  • Pinzamiento o irritación nerviosa.
  • Ganglionitis o inflamación del ganglio nervioso.
  • Pérdida de audición o hipoacusia en el oído afectado. En ocasiones aparece un zumbido en los oídos, conocido como acúfenos o tinnitus.  
  • Problemas de equilibrio o mareos.
  • Cambio en el sentido del gusto. La producción de saliva puede disminuir o cesar.
  • Menor producción de lágrimas también, lo que causa ojos secos.
  • Nistagmo o movimiento involuntario de los ojos.

Diagnóstico del síndrome de Ramsay Hunt

El diagnóstico de esta afección se realiza tras un examen completo del paciente y sus síntomas. Asimismo, se pueden enviar muestras de líquidos extraídos de las ampollas del oído al laboratorio para confirmar el diagnóstico.

Así, se puede decir que el diagnostico se va a obtener mediante:

  • Historia clínica.
  • Exploración física.
  • Pruebas complementarias, como líquido de las erupciones del oído.

Tratamiento del síndrome de Ramsay Hunt

El tratamiento varía en función de la gravedad de los síntomas y la duración de la enfermedad. Así, hay personas que no necesitan ningún tratamiento y otras que deben tomar antivirales. El médico también puede prescribir corticoesteroides y medicamentos para el dolor.

Para el tratamiento generalmente se usan:

  • Antivirales. Principalmente aciclovir y valaciclovir. Se usa en las primeras 72 horas, tras la aparición de las primeras vesículas. Es fundamental en pacientes inmunodeprimidos, ya que acorta la evolución del cuadro agudo y disminuye los síntomas y las complicaciones.
  • Glucocorticoides orales. Se usan para limitar el daño neuronal y reducir el proceso inflamatorio.
  • Analgésicos. Para aliviar el dolor.

Factores de riesgo del síndrome de Ramsay Hunt

Aunque todo el mundo puede contraer el Herpes Zoster ótico, hay personas que tienen más riesgos que otras. Las investigaciones han determinado que las personas mayores, aquellas que cuentan con un sistema inmunitario debilitado, son más propensas a padecer esta patología que las que son más jóvenes.

El Síndrome Ramsay Hunt no es contagioso, pero es importante que el paciente tenga mucho cuidado si tiene ampollas, ya que estas pueden contagiar el virus de la varicela a otras personas que no lo hayan pasado o no estén vacunadas.

Asimismo, es fundamental realizar un diagnóstico temprano, para iniciar el tratamiento lo antes posible. En la actualidad, el 50% d ellos pacientes con Síndrome de Ramsay Hunt se recuperan completamente de las secuelas.

Si crees que puedes tener este tipo de herpes zoster debes acudir al médico para que realice un diagnóstico lo antes posible. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a unos precios muy asequibles.

Qué es el síndrome de las piernas inquietas (SPI)

El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno neurológico del movimiento que consiste en la necesidad irresistible de mover las piernas. También llamado enfermedad de Willis Ekbom provoca sensaciones desagradables y molestas en las extremidades inferiores, sobre todo durante las horas de reposo. Por este motivo, tal y como explican los especialistas, en la mayoría de las ocasiones interfiere en la instauración del sueño y disminuye la calidad de vida del paciente al provocar sensaciones desagradables, déficit del sueño y estrés.

La prevalencia de esta patología se sitúa entre el 2 y el 15% de la población, de los cuales un 70% son mujeres y un 30% hombres. Aunque la edad de aparición es variable, los casos más graves lo hacen antes de los 20 años. Es curioso que el 90% de las personas que padecen SPI desconoce que tiene esta enfermedad.

Principales síntomas

Este síndrome es muy incómodo para quien lo padece y puede ser causa de insomnio. Sus síntomas son reconocibles y suelen aparecer cuando la persona está relajada o en reposo. Las investigaciones han detectado que las molestias disminuyen al iniciar el movimiento. Los principales síntomas son:

  • Sacudida de las piernas de forma inconsciente.
  • Calor en las extremidades.
  • Pinchazos.
  • Cosquilleo u hormigueo.
  • Dolor.
  • Tirones.

Estos síntomas generalmente se producen en las extremidades inferiores, pero también pueden darse en los brazos u otra parte del cuerpo.

En consecuencia, el síndrome de las piernas inquietas produce cansancio, mal humor, dolor, bajo rendimiento tanto escolar como laboral, inapetencia sexual a causa del cansancio y, en algunos casos depresión por la imposibilidad de llevar una vida normal.

Por qué aparece el SPI

El Síndrome de las piernas inquietas tiene un componente hereditario importante. Pero también hay otras causas que pueden provocarlo, como un déficit de hierro o anemia. Las investigaciones han concluido que el SPI puede deberse a un trastorno en el funcionamiento de la dopamina, una sustancia presente en el sistema nervioso, que es la que regula el movimiento. La dopamina necesita hierro para funcionar adecuadamente; se ha comprobado que en los pacientes con SPI hay un mal funcionamiento del hierro y/o disminución de los depósitos o niveles de ferritina.

También puede estar relacionado con un estado de estrés o ansiedad importante, el consumo abundante de cafeína o una situación familiar mala.

En un 20% de los casos conlleva otras patologías asociadas como la insuficiencia renal, la neuropatía periférica, la polineuropatía y la anemia en sangre. Asimismo, a veces aparece en el último trimestre del embarazo.

Recomendaciones para vivir con SPI

El SPI afecta a la calidad de vida de la persona y es uno de los trastornos del sueño más frecuente, causando somnolencia durante el día y cuadros de ansiedad y depresión. Su evolución es crónica y progresiva y puede ser diagnostica en consulta por un neurólogo, a través de análisis de sangre en los que se valore el hierro o estudios del sueño.

Los médicos recomiendan seguir las siguientes indicaciones:

  • Tener un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada.
  • Mantener una buena hidratación.
  • Realizar ejercicio de manera frecuente, gimnasia suave y deporte de intensidad moderada.
  • Evitar el sobrepeso y el estreñimiento, ya que ambas aumentan la congestión del sistema venoso.
  • Utilizar compresas frías y calientes en las piernas y dar masajes. El drenaje linfático activa la circulación, evitando la hinchazón.
  • Practicar yoga o relajación.  
  • Hacer estiramientos al inicio y final del día.
  • Intentar no luchar contra la enfermedad.
  • No cruzar las piernas.
  • No usar calzado ni ropa ajustada.

El médico es el encargado de recomendar el tratamiento más adecuado, que consiste en adaptar algunos hábitos del sueño, así como tratamiento farmacológico.

Si crees que puedes tener síndrome de piernas inquietas te recomendamos que acudas al médico para que realice un diagnóstico y ponga un tratamiento adecuado. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin largas esperas y a precios muy ajustados.

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