Efectos negativos del tabaco en nuestra salud

El tabaco es una de las principales amenazas para la salud en el mundo. Cada año mata a 6 millones de personas, de las que 5 son consumidores directos y el resto personas que no fuman, pero están expuestas al humo ajeno. 

Qué sustancias contiene el tabaco

El tabaco es una planta que se utiliza principalmente para la producción de cigarrillos, puros y otros productos relacionados. A lo largo de la historia, se ha consumido de diferentes formas y por diversas culturas. Son conocidos los efectos negativos del tabaco, que contiene más de 4.000 sustancias químicas, muchas de las cuales son tóxicas y pueden causar enfermedades graves. Incluyen nicotina, alquitrán, monóxido de carbono y diversos aditivos que se agregan durante el proceso de fabricación.

  • Nicotina. Es una de las principales sustancias presentes en el tabaco y es responsable de su efecto adictivo. Cuando se inhala, se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y llega al cerebro en cuestión de segundos. Una vez allí, la nicotina estimula la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con la sensación de placer y recompensa. Los efectos del tabaco en el organismo son complejos y tienen múltiples consecuencias negativas. Además de ser adictivo, aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También afecta al sistema respiratorio, disminuyendo la capacidad pulmonar y causando irritación en los pulmones y vías respiratorias.
  • Alquitrán. Es altamente tóxico. Se forma cuando se queman las hojas de tabaco y se inhala junto con el humo del cigarrillo. Contiene numerosos compuestos químicos cancerígenos, como el benzopireno, que están directamente relacionados con el desarrollo de cáncer de pulmón, garganta, boca y otros tipos de cáncer.
  • Monóxido de carbono. Es un gas venenoso que se produce durante la combustión del tabaco. Cuando se inhala, se une a la hemoglobina en la sangre, impidiendo su capacidad de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Esto conduce a una disminución de la cantidad de oxígeno disponible, lo que puede afectar negativamente el funcionamiento de los órganos y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y pulmonares.
  • Una variedad de aditivos que se agregan durante el proceso de fabricación para mejorar el sabor, la estabilidad y la apariencia de los productos del tabaco. Algunos son altamente tóxicos y pueden tener efectos negativos en la salud. 

10 consecuencias del tabaquismo

A pesar de que existe mucha información sobre los efectos negativos del tabaco, muchas personas continúan fumando a diario. Esto provoca la aparición de enfermedades causadas por el tabaco. Las principales consecuencias son: 

1. Enfermedades cardiovasculares. El consumo de tabaco está directamente relacionado con enfermedades del corazón, como la hipertensión arterial, enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular. La nicotina y otros componentes del tabaco dañan los vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

2. Cáncer de pulmón. El tabaco es responsable del 90% de los casos de cáncer de pulmón en todo el mundo. Esta enfermedad es uno de los efectos del tabaco a largo plazo. Fumar causa mutaciones en el ADN de las células pulmonares, lo que lleva a un crecimiento descontrolado de las mismas.

3. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Es una enfermedad caracterizada por la obstrucción del flujo de aire en los pulmones. La tos crónica, dificultad para respirar y la producción excesiva de moco son algunos de sus síntomas.

4. Cáncer de boca y garganta. El tabaquismo aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer en la boca, lengua, labios, garganta y laringe. Fumar también es un factor de riesgo para el cáncer de esófago y páncreas.

5. Enfermedades respiratorias. Fumar afecta negativamente al sistema respiratorio, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades como bronquitis crónica, enfisema pulmonar y neumonía.

6. Enfermedades gastrointestinales. El tabaquismo se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades gastrointestinales, como úlceras pépticas, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad del reflujo gastroesofágico.

7. Problemas de fertilidad. En las mujeres, los efectos negativos del tabaco afectan la calidad de los óvulos y pueden causar trastornos hormonales. En los hombres, fumar afecta la calidad del esperma y puede llevar a la disfunción eréctil.

8. Daño a la piel. El tabaco acelera el proceso de envejecimiento de la piel y contribuye a la aparición de arrugas, manchas y sequedad. Fumar también puede empeorar condiciones como el acné y la psoriasis.

9. Problemas de visión. Fumar aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades oculares, como cataratas y degeneración macular relacionada con la edad. Estas condiciones pueden llevar a la pérdida de visión y ceguera.

10. Tabaquismo pasivo. Las personas expuestas al humo de segunda mano también sufren las consecuencias del tabaquismo. Los efectos negativos del tabaco en niños que están expuestos al humo del tabaco son un mayor riesgo de desarrollar problemas respiratorios, asma, infecciones de oído y síndrome de muerte súbita del lactante.

Adicción a la nicotina

La nicotina es una sustancia altamente adictiva que puede tener efectos perjudiciales, tanto en el estado de ánimo como en el cuerpo. 

  • Estado de ánimo. Los fumadores experimentan una sensación de relajación y bienestar temporal cuando inhalan el humo del cigarrillo. Esto se debe a que la nicotina estimula la liberación de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa.

Sin embargo, a medida que la adicción avanza, la persona necesita dosis cada vez mayores. Esto puede llevar a una dependencia física y psicológica más intensa, generando cambios significativos en el estado de ánimo. Además, la abstinencia de nicotina puede provocar síntomas como irritabilidad, ansiedad, depresión e incluso agresividad, por lo que los efectos del tabaco en el comportamiento son importantes. 

  • Efectos físicos. El consumo de tabaco está asociado con una serie de enfermedades graves como el cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, la nicotina también tiene efectos negativos en el sistema cardiovascular, elevando la presión arterial y aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. También puede tener un impacto en el sistema digestivo y el sistema reproductivo. Los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar úlceras estomacales, enfermedad de reflujo gastroesofágico y problemas de fertilidad tanto en hombres como en mujeres.

Síndrome de abstinencia

El síndrome de abstinencia del tabaco se produce cuando el organismo se ve privado de la nicotina a la que está acostumbrado. Los síntomas generalmente comienzan a aparecer dentro de las primeras 24 horas después de dejar de fumar y pueden durar hasta varias semanas, aunque su intensidad y duración varían de persona a persona.

Entre los síntomas físicos más comunes del síndrome de abstinencia del tabaco se encuentran los siguientes:

  • Muchas personas relatan que esta sensación se asemeja a un hambre incontrolable.
  • Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración.
  • durante los primeros días de abstinencia del tabaco.
  • La nicotina tiene un efecto supresor del apetito, por lo que muchas personas que dejan de fumar reportan un incremento en su apetito y aumento de peso.
  • Algunas personas pueden tener dificultades para conciliar el sueño o sufrir de insomnio durante las primeras semanas sin fumar.

Además, muchos fumadores que intentan dejar de fumar también experimentan síntomas emocionales y psicológicos. Algunos de los más comunes son ansiedad, depresión, cambios de humor, frustración y agitación. 

Existen numerosas estrategias y tratamientos disponibles para ayudar a superar este síndrome de abstinencia del tabaco. Las más populares son las terapias de reemplazo de nicotina, como parches o chicles y el uso de medicamentos recetados, como los antidepresivos. Además, contar con un sistema de apoyo, ya sea en forma de grupos de exfumadores o de amigos y familiares que brinden apoyo emocional, puede ser de gran ayuda durante este proceso. 

Problemas de fertilidad

Uno de los efectos perjudiciales del tabaco es el impacto negativo en la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres; es un enemigo silencioso.

En el caso de las mujeres, fumar puede dificultar la concepción e incrementar el riesgo de aborto espontáneo. Además, el tabaco disminuye la calidad de los óvulos y altera su capacidad de implantarse en el útero, lo que aumenta la probabilidad de infertilidad.

En cuanto a los hombres, fumar también puede afectar negativamente la fertilidad. El consumo de tabaco disminuye la calidad y cantidad de los espermatozoides, dificultando así la fertilización del óvulo. Además, el tabaco puede alterar la estructura del ADN en los espermatozoides, lo que se traduce en un mayor riesgo de anomalías genéticas en los hijos.

Riesgos en el embarazo

Los efectos negativos del tabaco durante el embarazo son importantes. Aumenta significativamente el riesgo de complicaciones y l problemas de salud a largo plazo. Los principales riesgos son: 

  • Mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y bajo peso al nacer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mujeres fumadoras tienen un 30% más de probabilidades de tener un parto prematuro y un 40% más de probabilidad de dar a luz a bebés con bajo peso en comparación con las no fumadoras.
  • Problemas respiratorios y cardiovasculares en el futuro bebé. Los bebés expuestos al humo del tabaco tienen más probabilidades de desarrollar asma y enfermedades respiratorias crónicas a lo largo de su vida. También tienen un mayor riesgo de sufrir anomalías congénitas del corazón y trastornos del desarrollo neurológico.

Incluso si la madre no fuma directamente, pero está expuesta al humo, los riesgos para el embarazo y el desarrollo del bebé siguen siendo significativos. Las sustancias nocivas del tabaco pueden atravesar la placenta y llegar al bebé, afectando su sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico.

Efectos nocivos del tabaquismo en el sueño

Numerosos estudios han demostrado que fumar antes de acostarse afecta la calidad del sueño y puede provocar trastornos del sueño a largo plazo.

El principal componente del tabaco, la nicotina, es un estimulante que provoca insomnio en muchas personas. Cuando se fuma antes de dormir, la nicotina aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que dificulta la capacidad de relajarse y conciliar el sueño. Además, fumar también puede causar problemas respiratorios como la tos crónica y la congestión nasal, lo que hace aún más difícil dormir correctamente.

Además, las personas que fuman mayores cantidades de tabaco tienen más riesgo de desarrollar trastornos del sueño, como el insomnio crónico y la apnea del sueño.

La apnea del sueño es un trastorno común asociado al tabaquismo, caracterizado por pausas respiratorias durante el sueño. Interrumpe el ciclo del sueño y puede llevar a somnolencia diurna, falta de concentración y aumento del riesgo de accidentes automovilísticos.

Además, el tabaquismo también puede empeorar los síntomas de otras condiciones relacionadas con el sueño. Por ejemplo, las personas que sufren de trastorno de movimiento periódico de las extremidades (PLMD) o síndrome de piernas inquietas (RLS), indican que fumar agrava sus síntomas y dificulta aún más su capacidad para conciliar el sueño.

Mayor riesgo de osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se vuelven más frágiles y propensos a fracturarse. Esto se debe a una disminución en la densidad ósea, lo que resulta en una mayor susceptibilidad a las lesiones.

El tabaco afecta negativamente la salud ósea de varias maneras. En primer lugar, se ha demostrado que el humo del cigarrillo disminuye la absorción de calcio, un mineral esencial para la fortaleza de los huesos. Además, el tabaco también reduce la producción de estrógeno, una hormona importante para la formación y el mantenimiento de la masa ósea en las mujeres.

Así, se sabe que las personas que fuman tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas óseas, especialmente en la columna vertebral y en las caderas. Además, los fumadores tienen una recuperación más lenta después de una fractura y tienen un mayor riesgo de complicaciones.

Más riesgo de padecer cataratas

Existe una fuerte asociación entre el tabaquismo y las cataratas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), fumar aumenta en un 50% el riesgo de cataratas y es responsable de alrededor del 20% de los casos de esta enfermedad en todo el mundo. Esto se debe principalmente a los efectos negativos del humo del cigarrillo en los ojos y los tejidos oculares.

El humo del cigarrillo contiene una amplia gama de sustancias tóxicas, incluidos los radicales libres y las toxinas, que pueden dañar el cristalino y afectar su transparencia. Además, el tabaco reduce la disponibilidad de antioxidantes esenciales en el cuerpo, que son importantes para proteger contra el estrés oxidativo y el daño celular. 

Para prevenir esta enfermedad ocular debilitante, es esencial evitar fumar y mantener un estilo de vida saludable. Además, es importante proteger los ojos de la exposición excesiva a la radiación ultravioleta mediante el uso de gafas de sol de calidad y sombreros cuando se está al aire libre.

Problemas hormonales

El tabaco también puede afectar negativamente el equilibrio hormonal en el organismo. Uno de los principales problemas hormonales causados por el tabaco es la disminución de los niveles de estrógeno en las mujeres. El estrógeno es una hormona clave para regular la menstruación, el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y la salud ósea. Fumar reduce la producción de estrógeno y puede resultar en trastornos menstruales, infertilidad y aceleración de la pérdida ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis.

Además, el consumo de tabaco ha sido relacionado con alteraciones en la función tiroidea. El tabaco puede interferir con la absorción del yodo, un mineral esencial para la síntesis de las hormonas tiroideas. Esto puede llevar a problemas como hipotiroidismo, hipertiroidismo e incluso tiroiditis.

Otro problema hormonal asociado al tabaco es el desequilibrio en los niveles de testosterona en hombres. Fumar disminuye la producción de testosterona, lo cual puede tener un impacto negativo en la función sexual, la masa muscular y la densidad ósea.

Efectos en la piel

Fumar puede causar daños visibles en la piel y acelerar el proceso de envejecimiento cutáneo. El humo del tabaco libera sustancias químicas como el monóxido de carbono, el cual reduce la cantidad de oxígeno que llega a la piel. La falta de oxígeno provoca una disminución de la producción de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales para mantener la piel firme y elástica.

Además, está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar arrugas prematuras. La nicotina, presente en el tabaco, estrecha los vasos sanguíneos de la piel, lo que disminuye el flujo sanguíneo y nutrientes hacia las células cutáneas. Esto provoca una piel más seca y menos elástica, lo que contribuye a la aparición temprana de arrugas.

El consumo de tabaco también puede causar manchas en la piel. La nicotina y otros productos químicos presentes en el humo del cigarrillo pueden estimular la producción de melanina, el pigmento que da color a la piel. Esto puede resultar en la aparición de manchas oscuras y desigualdades en el tono.

Por otro lado, el tabaco agrava diversas afecciones cutáneas como el acné, la psoriasis y el lupus eritematoso. Fumar puede aumentar la inflamación de la piel y empeorar los síntomas de estas enfermedades.

Consecuencias del tabaquismo pasivo

Aunque se puede pensar que solo aquellos que fuman están en riesgo, la realidad es que el humo también tiene efectos perjudiciales en la salud de quienes lo respiran. En particular, los niños son especialmente vulnerables debido a su sistema respiratorio aún en desarrollo. 

En los adultos, el tabaquismo pasivo ha sido asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, la bronquitis crónica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estas patologías pueden ser debilitantes y afectar la calidad de vida de quienes las padecen. Además, la exposición al humo también está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como patologías cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Sin embargo, son los niños los más vulnerables a los efectos perjudiciales del tabaquismo pasivo. Sus sistemas respiratorios están en desarrollo, lo que los hace más sensibles a las sustancias tóxicas presentes en el humo del tabaco. La exposición al humo en la infancia ha sido relacionada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias infantiles, como el asma, las infecciones del tracto respiratorio superior y las infecciones del oído.

Los niños expuestos al humo tienen un mayor riesgo de desarrollar asma, así como síntomas más graves y un menor control de esta enfermedad. Además, la exposición al humo del tabaco puede desencadenar ataques de asma en niños que ya padecen esta condición, empeorando su calidad de vida y aumentando la necesidad de medicamentos y visitas médicas.

Las infecciones respiratorias también son una preocupación importante en los niños expuestos al tabaquismo pasivo. El humo del tabaco debilita el sistema inmunológico de los niños, lo que los hace más propensos a contraer infecciones del tracto respiratorio superior, como resfriados, gripe y sinusitis. Además, estas infecciones pueden ser más graves y duraderas en los niños expuestos al humo de segunda mano.

Por otro lado, las infecciones del oído son otra consecuencia frecuente del tabaquismo pasivo en los niños. La exposición al humo del tabaco aumenta el riesgo de desarrollar otitis media, una inflamación del oído medio que puede causar dolor, pérdida auditiva temporal e incluso daño permanente en el oído si no se trata adecuadamente.

Beneficios de dejar de fumar para la salud 

Fumar es un hábito perjudicial para la salud que conlleva numerosos riesgos y enfermedades. Sin embargo, muchas personas no son conscientes de los beneficios que pueden obtener al dejar de fumar. 

La mejor noticia es que dejar de fumar tiene efectos inmediatos y a largo plazo sobre la salud. En solo 20 minutos después de haber fumado el último cigarrillo, la presión arterial y el pulso vuelven a la normalidad, y la temperatura de las extremidades mejora. A medida que pasa el tiempo sin fumar, los beneficios son aún más significativos.

Dejar de fumar reduce enormemente el riesgo de padecer enfermedades respiratorias como la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. Además, disminuye la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón, garganta y boca.

Asimismo, abandonar el hábito del tabaco mejora significativamente la capacidad pulmonar. De hecho, dejar de fumar durante un año puede aumentar la función pulmonar en un 30%, lo que se traduce en una mejor calidad de vida.

La salud cardiovascular también se ve beneficiada. Fumar aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias, como el infarto de miocardio y la angina de pecho. 

Además de los beneficios físicos, dejar de fumar también tiene un impacto positivo en la salud mental. Al dejar el tabaco, muchas personas experimentan una mejoría en su estado de ánimo y una reducción de los síntomas de ansiedad.

Otro beneficio es que puede mejorar la vida sexual. Fumar afecta negativamente la función eréctil en los hombres y la lubricación vaginal en las mujeres. Al abandonar este hábito, se incrementa el flujo sanguíneo a los órganos sexuales, lo que puede mejorar la función sexual en ambos sexos.

En definitiva, decir que el tabaco es malo es algo que todo el mundo sabe. Por eso es importante dejarlo cuanto antes, para evitar todos sus efectos perjudiciales. Si eres fumador y crees que ya ha llegado la hora de dejarlo te animamos a que lo hagas. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles. 

Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)

El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) es un tipo de insuficiencia respiratoria aguda que se produce sobre todo en personas adultas. Supone una urgencia médica y puede ser leve, moderado o grave. 

¿Qué es el SDRA?

El síndrome de dificultad respiratoria aguda es una enfermedad grave y potencialmente mortal que limita la capacidad para respirar de manera adecuada. Se produce por una inflamación en los pulmones, que provoca acumulación de líquido en los alvéolos (pequeños sacos de aire de los pulmones). Esto dificulta el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en los pulmones. 

Conocido también como síndrome de distrés respiratorio agudo, implica un rápido deterioro de la función pulmonar y una disminución significativa de los niveles de oxígeno en la sangre. Por ese motivo es muy importante la identificación temprana de los síntomas y su manejo oportuno, ya que pueden mejorar significativamente las posibilidades de supervivencia y recuperación del paciente.

Causas del síndrome del SDRA

Existen diversas causas de insuficiencia respiratoria aguda que pueden desencadenar el síndrome de dificultad respiratoria aguda. Entre estas se incluyen: 

  • Neumonía grave. Es una infección pulmonar que puede ser causada por bacterias, virus u hongos. Puede desencadenar una inflamación excesiva en los pulmones, aumentando así el riesgo de desarrollar SDRA.
  • Respuesta inflamatoria excesiva en los pulmones.
  • Inhalación de humo o productos químicos tóxicos. La exposición a gases tóxicos, como el humo de incendios o los productos químicos industriales, puede dañar los pulmones.
  • Quemaduras graves. Las quemaduras extensas pueden dañar los tejidos pulmonares y desencadenar una respuesta inflamatoria.
  • Lesiones graves en el pecho
  • Pancreatitis
  • Sepsis. Es una infección grave que se propaga por todo el cuerpo, desencadenando una respuesta inflamatoria generalizada. 
  • Transfusiones de sangre masivas. La transfusión de grandes cantidades de sangre puede causar una sobrecarga de líquido en los pulmones, lo que aumenta el riesgo de desarrollar SDRA.

Es importante destacar que el SDRA puede presentarse en cualquier persona, independientemente de su edad o estado de salud. No obstante, es más común en individuos mayores y en aquellos con condiciones médicas subyacentes.

Factores de riesgo del Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)

Algunos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar SDRA. Estos incluyen: 

  • Tener una infección grave. 
  • Tener una enfermedad pulmonar crónica. 
  • Ser fumador.
  • Abusar del alcohol.
  • Tener un sistema inmunológico comprometido. 

Además, ciertos genes pueden predisponer a una persona a desarrollar esta enfermedad. No obstante, es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo no siempre conducen a la SDRA, pero aumentan la probabilidad de desarrollarla. 

Síntomas de distrés respiratorio

Los síntomas de la SDRA pueden variar desde leves hasta graves, y es importante reconocerlos para buscar atención médica de manera oportuna. Generalmente se desarrollan en un período de tiempo corto y pueden incluir:

  • Dificultad para respirar. La persona afectada puede experimentar una sensación de falta de aire, lo que se conoce como disnea. Puede ser progresiva, empeorando con el tiempo, y hacer que la persona sienta la necesidad de utilizar músculos accesorios para respirar, como los del cuello y el abdomen.
  • Respiración rápida y superficial. Conocido como taquipnea, la persona puede respirar más rápido de lo normal en un intento de compensar la dificultad respiratoria. Esto puede llevar a una sensación de respiración agitada y fatiga.
  • Disminución de los niveles de oxígeno en la sangre
  • Tos seca y persistente, que puede ser acompañada de secreción espumosa y rosada, debido a la acumulación de líquido en los pulmones. 
  • Fiebre, confusión mental, debilidad generalizada y sudoración excesiva.

Es importante saber que estos síntomas pueden variar en su intensidad y aparición, dependiendo del estado de salud general de la persona y de la gravedad de la enfermedad. Algunos pacientes pueden presentar síntomas leves y responden adecuadamente al tratamiento, mientras que otros pueden experimentar síntomas más severos y requieren atención médica intensiva.

Diagnóstico del SDRA

El diagnóstico del síndrome de dificultad respiratoria aguda se basa en una combinación de los síntomas del paciente, así como en pruebas médicas. Estas pueden incluir análisis de sangre, radiografías de tórax, tomografías computarizadas y pruebas de función pulmonar. Además, el neumólogo puede llevar a cabo una broncoscopia para examinar directamente los pulmones.

La evaluación inicial de un paciente sospechoso de SDRA incluye una historia clínica detallada, un examen físico minucioso y pruebas de laboratorio para descartar otras posibles causas de dificultad respiratoria aguda. También se deben obtener radiografías de tórax para evaluar la presencia de opacidades pulmonares bilaterales.

El paciente con distrés respiratorio suele presentar: 

  • Dificultad respiratoria aguda. 
  • Hipoxemia refractaria (una saturación de oxígeno persistente por debajo del 90% a pesar de recibir oxígeno suplementario). 
  • Opacidades pulmonares bilaterales en una radiografía de tórax.

Tratamiento del SDRA

El síndrome de dificultad respiratoria aguda se considera una emergencia médica y requiere atención inmediata en un entorno hospitalario. Su tratamiento se basa en abordar las causas subyacentes de la enfermedad y en proporcionar el soporte respiratorio necesario para mejorar la función pulmonar y promover la curación.

El tratamiento para este tipo de insuficiencia respiratoria aguda depende de la causa identificada y puede incluir:

  • Uso de antibióticos. 
  • Eliminación de la fuente de la lesión pulmonar. 
  • Administración de terapias dirigidas.

Además, el soporte respiratorio es esencial en el tratamiento. Esto implica proporcionar oxígeno en altas concentraciones a través de una mascarilla facial, una cánula nasal o un tubo endotraqueal. En casos más graves puede ser necesario recurrir a la ventilación mecánica, en la que se utiliza un respirador para ayudar a los pulmones a funcionar correctamente. El uso de la ventilación mecánica debe ser cuidadosamente ajustado para evitar lesiones pulmonares adicionales.

El manejo adecuado de los líquidos es otro aspecto fundamental en el tratamiento del distrés respiratorio. Los pacientes con esta enfermedad suelen presentar un desequilibrio de líquidos en los pulmones, lo que puede dificultar aún más la función respiratoria. Es importante realizar un monitoreo estrecho y controlar el balance de líquidos a través de la administración adecuada de fluidos intravenosos y diuréticos.

Además de estos enfoques terapéuticos, se están investigando y desarrollando nuevas opciones de tratamiento. Algunas de estas incluyen terapias farmacológicas, como el uso de corticosteroides para reducir la inflamación en los pulmones, y terapias de soporte, como el uso de dispositivos de asistencia respiratoria.

Estilo de vida

El estilo de vida de los pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda puede verse afectado significativamente debido a la dificultad para respirar. Algunos cambios en la rutina diaria pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y a enfrentar los desafíos que esta enfermedad conlleva.

  1. Deben seguir un tratamiento médico adecuado, que incluya la administración de oxígeno suplementario y en algunos casos, ventilación mecánica. El seguimiento médico regular es vital para evaluar la progresión de la enfermedad, realizar ajustes en la medicación y brindar apoyo emocional.
  2. Tiene que adoptar hábitos de estilo de vida saludables. La alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio moderado, siempre y cuando sea aprobado por el médico, pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la resistencia física.
  3. Fisioterapia. Los ejercicios de respiración, la movilización temprana y la terapia pulmonar pueden contribuir a la expansión de los pulmones, prevenir la rigidez muscular y mejorar la capacidad respiratoria.
  4. Evitar el tabaquismo y reducir la exposición a toxinas y sustancias irritantes. El humo del tabaco y otros contaminantes del aire pueden agravar los síntomas respiratorios y empeorar la condición pulmonar.
  5. Recibir apoyo emocional y psicológico. La enfermedad puede acarrear ansiedad, depresión y estrés, por lo que contar con el respaldo de familiares, amigos y profesionales de la salud especializados en el manejo de enfermedades respiratorias crónicas puede resultar de gran ayuda.

Complicaciones

Existen varias complicaciones asociadas al síndrome de dificultad respiratoria aguda

que pueden agravar aún más el estado de salud del paciente. Entre estas se incluyen: 

  • Neumonía adquirida en el hospital. Se debe a que la inflamación pulmonar debilita las defensas del organismo, lo que facilita la invasión de microorganismos y el desarrollo de infecciones.
  • Disfunción multiorgánica, que ocurre cuando la inflamación pulmonar se propaga a otros órganos como el corazón, los riñones o el hígado. Puede desencadenar una cascada de reacciones en cadena que dificultan aún más el proceso de curación y aumentan el riesgo de muerte.
  • Hipoxemia refractaria. Es una disminución persistente de los niveles de oxígeno en sangre a pesar de recibir altas concentraciones de oxígeno suplementario. Esto puede llevar a una mayor disfunción orgánica y a la necesidad de soporte ventilatorio invasivo, como la ventilación mecánica.
  • Fibrosis pulmonar, que puede ocurrir en casos graves y prolongados de SDRA. Es una enfermedad crónica en la que se produce un endurecimiento y cicatrización del tejido pulmonar, lo que lleva a una disminución de la capacidad pulmonar y dificultades respiratorias crónicas.
  • Infecciones del torrente sanguíneo
  • Insuficiencia renal
  • Daño pulmonar permanente

Las personas que superan el SDRA pueden pasar por un período prolongado de recuperación, que incluye terapia física y ocupacional para recuperar la función pulmonar y reducir las secuelas físicas.

Si tienes dudas sobre el SDRA te recomendamos que acudas al médico para que te aclare todo lo que necesitas saber. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte a entender esta patología que tratan diversos especialistas como los médicos intensivistas o los neumólogos. Ahora puedes comprar una consulta de neumología desde 25 euros.  

Relación entre el tabaco y ansiedad, estrés y depresión

El tabaco es una adicción a la que muchas personas acuden cuando están estresadas. Sienten que fumando, sus niveles de ansiedad se reducen y se encuentran mejor. Pero ¿es cierto que produce este efecto? ¿Tabaco y ansiedad van de la mano? Diversos expertos han relacionado el tabaquismo con algunos trastornos psiquiátricos, como la depresión y el estrés. Se sabe que hay algunos aspectos farmacológicos de la nicotina que tienen relación con el estado de ánimo del consumidor de tabaco.

Estudios sobre tabaco y ansiedad

Algunas investigaciones han demostrado que tabaco y depresión o ansiedad están relacionados y que esta enfermedad mental es determinante en el inicio del tabaquismo. Se ha descubierto que es el cigarrillo el que aumenta la depresión y no al revés.

Un estudio sobre el papel de la nicotina en los trastornos de depresión, ansiedad y estrés, publicado en 2012 en la revista World Psychiatry y escrito por Andreas Strohle, Ina Bonsaksen, Irene Mergl, Anette Zobel y Peter Riederer encontró que los altos niveles de nicotina se asociaron con mayores síntomas de los trastornos de estrés, depresión y ansiedad. Así pues, tabaco y ansiedad van más unidos de lo que podríamos pensar.

Otro estudio publicado en 2017 por Floehler et al. en la revista Prevención en Salud y realizado en Baden-Württemberg, Alemania, examinó la asociación entre las concentraciones de nicotina en el aire y los síntomas de depresión en una muestra de adolescentes. Los resultados sugirieron que el tabaco aumenta la depresión en algunos casos, ya que las altas concentraciones de nicotina pueden contribuir de manera significativa al aumento de los síntomas de depresión en esta población. 

¿Por qué tabaco y estrés van unidos?

Cuando una persona da una calada a un cigarrillo, la nicotina que consume provoca una reacción en el cerebro, afectando a las neuronas y a los neurotransmisores. La nicotina se fija en la acetilcolina, haciendo que algunos neurotransmisores, como la noradrenalina y la dopamina, queden disminuidos.

La liberación de dopamina se relaciona con momentos de placer, sintiéndose más aliviado y con menos estrés. Es un dato importante para entender el efecto que causa en los fumadores más jóvenes. Pero los investigadores insisten en que no es el tabaco el que reduce el estrés, sino que es el estrés que causa la adicción a la nicotina el que se alivia al fumar.

De hecho, se sabe que los fumadores tienen unos niveles de estrés y ansiedad que son superiores al de las personas que no fuman. Por este motivo es fácil concluir que lo que causa estrés son los cigarrillos y que tabaco y ansiedad están muy relacionados.

Al sentirse mejor cuando consumen tabaco, muchos fumadores incrementan los cigarrillos que fuman al día. Asimismo, cuando están un tiempo sin fumar los niveles de nicotina en el cerebro descienden. En ese momento vuelven a tener un deseo incontrolable de fumar, que les crea estrés, porque quieren fumar. Esto hace que cada vez tengan más adicción al tabaco.

Lo importante es saber reconocer que quien provoca el estrés es el tabaco y su alivio al fumar no es más que un espejismo. Por este motivo, una forma de reducirlo es dejando de fumar. Cuando se deja el tabaco, tras las primeras semanas de síndrome de abstinencia, se reducen los niveles de estrés y ansiedad de manera considerable. Así, se considera que tabaco y ansiedad son malos compañeros.

Tabaquismo y depresión

Parece que tabaco y depresión también están relacionados. Cada vez hay más evidencias de que fumar puede provocar un aumento en la ansiedad, el estrés y los síntomas de depresión. Estos tres estados anímicos afectan negativamente la vida de miles de millones de personas alrededor del mundo, y estudios recientes demuestran que la adicción a la nicotina agrava el pronóstico de la depresión, en parte al empeorar los efectos de algunos medicamentos utilizados para tratarla (y otras condiciones psiquiátricas como la ansiedad y el estrés).

Fumar provoca depresión

Los estudios iniciales que tratan el tema de fumar como causa de la depresión comenzaron en los años noventa. Desde entonces, los científicos han logrado obtener más información, aunque todavía queda mucho por descubrir sobre el vínculo entre fumar y el estado anímico. Los resultados han sido contundentes: fumar es un importante desencadenante de la depresión, ansiedad y estrés.

Estos estudios han identificado explícitamente la conexión entre el síndrome de abstinencia a la nicotina y los trastornos del estado anímico. Así, se explica la naturaleza crónica de los estados de ánimo de aquellas personas que son adictas a la nicotina. Además, los estudios han avalado que la ansiedad, el estrés y los síntomas de depresión se agravan cuando una persona fuma. Se debe al hecho de que la nicotina afecta al cerebro y puede empeorar la sensibilidad a estas condiciones.

Entre las principales conclusiones que se han llegado a partir de la investigación realizada sobre fumar y los trastornos de la salud mental son:

1) Fumar puede producir un aumento significativo de la ansiedad, el estrés y los síntomas de depresión.

 2) La adicción a la nicotina puede ser un factor desencadenante en la depresión, ya que el síndrome de abstinencia a la nicotina está vinculado con la enfermedad.

3) Las personas que fuman tienen un mayor riesgo de sufrir problemas emocionales más graves y continuados.

Beneficios de dejar el tabaco

Un estudio de la Universidad de Navarra, en el que se ha examinado el comportamiento de más de 8.500 universitarios durante 4 años, ha puesto de manifiesto que entre los fumadores se da un 39% más de casos de depresión y ansiedad que entre los no fumadores. De igual forma, las personas que fuman más de un paquete diario tienen más riesgo de padecer depresión que los que no fuman. Ahora se sabe que el tabaco es igual de malo para el cuerpo que para la mente; por eso cada vez hay más casos de tabaco y ansiedad y tabaco y depresión.

Dejar el tabaco es la mejor opción. Tiene grandes beneficios para la salud y mejora algunos aspectos como:

  • La salud respiratoria. Las personas que dejan de fumar tienen menos irritación en los bronquios, mayor nivel de oxígeno y mejoran la sensación de respirar.
  • La salud dental.  El hábito de fumar provoca caries profundas, manchas en los dientes y la destrucción de encías, entre otros problemas.
  • La piel: Se ve una mejoría inmediata en la apariencia de la piel, ya que el tabaco reduce la cantidad de oxígeno y nutrientes esenciales necesarios para mantener una piel saludable.
  • Las relaciones interpersonales y la autoestima: Dejar de fumar puede aumentar la autoestima de una persona, ya que mejora su apariencia general. Esto puede hacer que su calidad de vida sea superior, que hagan nuevas amistades y que mejoren sus relaciones con los demás.
  • Disminuye el riesgo de sufrir patologías graves. Al dejar de fumar se reducen las probabilidades de sufrir enfermedades como el cáncer de pulmón, trastornos cardiovasculares, patologías crónicas respiratorias y otras enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

Actualmente las consultas sobre depresión, estrés y ansiedad son muy demandadas en las terapias de los psicólogos.

En resumen, los estudios demuestran que fumar está estrechamente vinculado con el aumento de la ansiedad, el estrés y la depresión. Por lo tanto, cualquiera que tenga estos trastornos mentales debe abstenerse de fumar. Además, es importante entender cuán fuerte es este vínculo y buscar ayuda profesional para tratar el problema.

Si quieres dejar de fumar y sientes que estás decaído podemos ayudarte. Olvídate del tándem tabaco y ansiedad o tabaco y depresión. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte, que te atenderán y darán las claves para que puedas lograrlo. Puedes comprar una consulta de neumología desde 25 euros, sin esperas y con una amplia oferta de centros médicos y hospitales.

Disnea o dificultad para respirar 

Disnea, ¿qué es? La disnea o dificultad para respirar es una condición médica que se caracteriza por una sensación de falta de aire. Puede estar causada por una variedad de factores, desde enfermedades pulmonares crónicas hasta enfermedades cardíacas. 

Esta patología puede aparecer a cualquier edad, aunque es más común en personas mayores de 65 años. El envejecimiento hace que los pulmones pierden elasticidad y, en consecuencia, la capacidad de absorber oxígeno disminuye. Además, los cambios en el corazón y los vasos sanguíneos también pueden contribuir a que haya dificultad para respirar. 

Es imposible determinar con exactitud cuántas personas en el mundo están afectadas por la disnea, ya que es un síntoma común de muchas enfermedades diferentes. Sin embargo, se estima que alrededor del 10% de la población mundial sufre de algún tipo de dificultad para respirar.

Dificultad para respirar: causas

Existen diferentes causas que provocan la dificultad para respirar. Las más frecuentes son: 

  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Es la principal causa de los problemas para respirar y se caracteriza por la inflamación y el estrechamiento de los conductos aéreos en los pulmones, lo que dificulta la respiración. Esta condición puede ser causada por el tabaquismo, la exposición a la contaminación del aire o el asma
  • Enfermedad cardíaca. Esta patología se caracteriza por la acumulación de líquido en los pulmones. Esto puede ser causado por una variedad de problemas cardíacos, como la insuficiencia cardíaca congestiva, la enfermedad coronaria y la hipertensión arterial.
  • Enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la neumonía y la gripe. Pueden causar inflamación en los pulmones, haciendo más difícil respirar. 
  • Trastornos no infecciosos como el asma, la bronquitis crónica y la fibrosis quística.

Disnea: Síntomas de la dificultad para respirar

Puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente o una condición médica aislada. En función de la causa subyacente se habla de disnea leve o disnea grave. Los síntomas incluyen diferentes sensaciones. 

Síntomas de disnea leve 

La disnea leve se caracteriza por una sensación de falta de aire leve, que puede ser intermitente o constante. Puede estar desencadenada por un esfuerzo físico ligero o por una actividad mental intensa. Generalmente no interfiere con las actividades diarias.

Los síntomas más frecuentes son: 

  • Respiración rápida y superficial.
  • Sensación de falta de aire.
  • Fatiga al realizar actividades físicas.
  • Tos con flema.
  • Opresión en el pecho.
  • Palpitaciones.
  • Mareos.
  • Sequedad en la boca.
  • Hormigueo en los brazos y piernas.
  • Náuseas.

Síntomas de disnea grave

La disnea grave se diferencia de la disnea leve en que los síntomas son más graves y pueden ser incapacitantes. Los síntomas son los mismos que los de la leve, aunque se añaden también otros como: 

  • Confusión
  • Hinchazón en los pies, tobillos y piernas
  • Coloración azulada de la piel, labios y uñas
  • Disminución de la actividad física

Tipos de disnea

La dificultad para respirar puede ser causada por una variedad de factores. Existen varios tipos de disnea, cada uno con sus propias características y tratamientos.

Disnea de esfuerzo

Es una de las formas más comunes. Se produce cuando el cuerpo no recibe suficiente oxígeno durante el ejercicio. Puede ser causado por una variedad de factores, como una enfermedad cardíaca, una enfermedad pulmonar o una lesión. El tratamiento para la disnea de esfuerzo generalmente implica el uso de medicamentos para ayudar a mejorar la función pulmonar y reducir la inflamación. 

Disnea paroxística nocturna

Se caracteriza por la sensación de falta de aire durante el sueño. Se produce cuando los músculos de la garganta se relajan demasiado durante el sueño, lo que impide que el aire fluya libremente. El tratamiento para la disnea paroxística nocturna generalmente implica el uso de medicamentos para ayudar a relajar los músculos de la garganta y mejorar la función pulmonar. 

Disnea de reposo

Se produce cuando hay sensación de falta de aire incluso cuando el cuerpo está en reposo. Ocurre cuando el cuerpo no recibe suficiente oxígeno, lo que puede estar causado por diversos factores. El tratamiento para la disnea de reposo generalmente implica el uso de medicamentos para ayudar a mejorar la función pulmonar y reducir la inflamación. 

Disnea de origen psicológico (disnea por ansiedad)

Provoca sensación de falta de aire causada por una respuesta emocional. Se produce cuando el cuerpo reacciona a una situación estresante o a una emoción intensa. El tratamiento para la disnea de origen psicológico generalmente implica el uso de terapia para ayudar a manejar la ansiedad y el estrés. Ansiedad y dificultad para respirar suelen ir juntas, por lo que es importante saber gestionar esta patología. 

Disnea agua y disnea crónica

La disnea también puede ser aguda o crónica. 

  • La disnea aguda se desarrolla de forma repentina y generalmente se asocia con una enfermedad subyacente.
  •  La disnea crónica se desarrolla de manera gradual y se asocia con enfermedades pulmonares crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la fibrosis pulmonar.

Diagnóstico de la disnea

El diagnóstico de la disnea se realiza con la historia clínica completa y un examen físico. El médico pregunta al paciente sobre sus síntomas, incluyendo cuándo comenzaron, cómo se siente, si hay alguna actividad que empeore los síntomas y si hay algún factor desencadenante. 

El médico también examina al paciente para buscar signos de enfermedad pulmonar o cardíaca. Una vez que el especialista ha recopilado la información necesaria, puede realizar pruebas adicionales para ayudar a confirmar el diagnóstico. Estas pruebas pueden incluir: 

  • Radiografías de tórax.
  • Pruebas de esfuerzo cardíaco.
  • Pruebas de función pulmonar.
  • Ecocardiografía.
  • Tomografía computarizada.
  • Pruebas de sangre.
  • Pruebas de alergia. 

Tratamiento de la dificultad para respirar

El tratamiento de la disnea depende de la causa subyacente. Si la disnea está provocada por una enfermedad, el tratamiento se centrará en tratar la enfermedad. Si la disnea es causada por una condición aislada, el tratamiento se centrará en aliviar los síntomas. 

Algunos de los fármacos y terapias que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la dificultad para respirar profundamente o de manera normal son: 

  • Los broncodilatadores, como el salbutamol, pueden ayudar a abrir los bronquios y mejorar la respiración. 
  • Los corticosteroides, como la prednisona, pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar la respiración. 
  • La terapia de oxígeno puede ayudar a mejorar la respiración en personas con disnea. Consiste en el uso de una máscara de oxígeno para suministrar oxígeno adicional al cuerpo. 
  • La terapia de ejercicio puede ayudar a mejorar la fuerza y la resistencia de los músculos respiratorios. También puede mejorar la capacidad de los pulmones para absorber oxígeno. 
  • Los cambios en el estilo de vida. Incluyen evitar el humo de tabaco, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso saludable y huir de lugares con mucho polvo y los alérgenos. 

Es importante que las personas que experimentan síntomas de disnea consulten a un médico para determinar la causa. El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones graves y mejorar la calidad de vida. 

Consecuencias y efectos de la dificultad para respirar

La disnea puede ser una condición temporal o crónica y afectar la calidad de vida de una persona. Esto tiene algunas consecuencias, como una disminución en la capacidad de realizar actividades diarias o un aumento en el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y pulmonares. 

Los principales efectos o consecuencias de la disnea son: 

  • Disminución en la capacidad de realizar actividades diarias. La disnea puede causar fatiga, lo que hace que sea difícil para una persona realizar tareas como caminar, subir escaleras o incluso hablar. Esta fatiga también puede afectar la capacidad de una persona para trabajar, lo que puede tener un impacto significativo en su vida laboral. 
  • Aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y pulmonares. La disnea puede afectar la cantidad de oxígeno que llega al corazón y a los pulmones, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y pulmonares. También incrementa la probabilidad de desarrollar enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico, como la artritis reumatoide. 
  • Afectar la calidad de vida de una persona. Puede causar ansiedad y depresión, afectando la capacidad de una persona para disfrutar de la vida y relacionarse con los demás. 

Por lo tanto, es importante que las personas que sufren de disnea busquen tratamiento para controlar los síntomas y mejorar su calidad de vida.

Si no sabes qué hacer si tienes dificultad para respirar te recomendamos que acudas al médico, para saber si tienes disnea. Es importante realizar una visita al neumólogo para que evalúe tu caso, realice un diagnóstico y ponga el tratamiento más adecuado. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy competitivos. 

Qué es la apnea del sueño

Hay personas que se levantan muy cansadas, después de haber dormido unas horas razonables, y no entienden la razón. Generalmente ocurre porque tienen un sueño poco reparador que les hace estar fatigados. En ocasiones la causa es la apnea del sueño, una patología que provoca que la respiración se detenga durante breves periodos de tiempo cuando se duerme. Según la revista The Lancet, casi un billón de personas en mundo tiene esta patología, afectando al 4-6% de los varones y al 1-2% de las mujeres.

De forma habitual las personas respiran por la nariz y la boca, el aire baja a la faringe, fluye por la tráquea y va hacia los pulmones. Cuando se está dormido los músculos de la boca, lengua y faringe se relajan ligeramente, pero no lo suficiente como para bloquear la vía de aire.

Por qué se produce la apnea del sueño

Con la apnea se producen episodios repetidos de pausas respiratorias, de unos 10 segundos de duración, por obstrucción de la vía aérea superior, durante el sueño profundo. Los músculos de boca y faringe se relajan demasiado, haciendo que la lengua caiga y presione la parte posterior de la garganta. La faringe se obstruye y se colapsa, a consecuencia de la pérdida del tono muscular de los músculos de la faringe durante el sueño. Esto bloquea completamente el flujo de aire hacia los pulmones.

La apnea conlleva que el descanso nocturno se vea interrumpido contantemente. Además, la falta de oxígeno en los pulmones causa micro despertares, que dan como resultado un sueño poco reparador. La prueba para detectar esta patología es la polisomnografía. En el artículo “Polisomnografía nocturna y métodos alternativos para el estudio de los trastornos respiratorios del sueño”, de los doctores Helena Larramona Carrera e Isidoro Cortell Aznar se explica cómo es la prueba de la apnea del sueño.

Tipos de apnea

Existen dos tipos de apnea del sueño.

  • Apnea obstructiva del sueño. Es la forma más común y severa. Las personas que la padecen pueden dejar de respirar durante 20 segundos o más, en multitud de ocasiones durante la noche.
  • Apnea central del sueño. En este caso la vía respiratoria puede mantenerse abierta, pero los músculos del diafragma y el pecho dejan de trabajar. Menos del 20% de quienes padecen apnea tienen apnea central del sueño.

Causas de la apnea del sueño

Las causas de la apnea suelen ser multifactoriales. Las más frecuentes son:

  • Obesidad. Más del 60% de los pacientes que sufre Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño son obesos. El exceso de peso hace que pueda haber más grasa en las paredes de la faringe (en el cuello y los tejidos blandos), lo que facilita la obstrucción.
  • Envejecimiento. Con el paso de los años se produce una pérdida de tono muscular en la faringe.
  • Anormalidades estructurales de las fosas nasales o de la oronasofaringe:
    • Desviación del tabique nasal.
    • Hipertrofia de los cornetes nasales.
    • Pólipos y tumores nasales.
    • Adenoides o tumores rinofaríngeos.
  • Trastornos musculares que afectan a la oronasofaringe.
    • Distrofia miotónica.
    • Siringomielia.
    • Poliomielitis.
    • Esclerosis lateral amiotrófica
    • Miopatías
  • Depósitos de grasa en las paredes de la vía aérea superior.
    • Bocios.
    • Lipomatosis
  • Mandíbula pequeña o que retrocede con una vía de aire estrecha.

Apnea del sueño: síntomas

Los síntomas comunes de la apnea obstructiva del sueño son:

  • Roncar. El síntoma principal es el ronquido. El paciente está dormido y no se da cuenta, así que es la persona que duerme con él la que se lo debe decir. Durante los ronquidos deja de respirar, hace una pausa larga. En ronquido es irregular y entrecortado por pausas respiratorias, de gran intensidad y acompañado de jadeos.
  • Somnolencia crónica diurna. El 90% de las personas con apnea del sueño se despierta cansado. Esto ocurre porque cada vez que hay una apnea se produce un micro despertar; el cerebro se despierta para poder respirar. Puede ocurrir decenas o centenas de veces durante la noche, lo que hace que el sueño sea muy superficial.
  • Interrupción del sueño.
  • Dolores de cabeza matutinos
  • Fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Concentración disminuida o pérdida de memoria.
  • Sequedad orofaríngea.
  • Somniloquias. Los pacientes hablan cuando duermen.

Por lo general, cuando una persona ronca, está cansada durante el día y tiene obesidad es casi seguro que tenga apnea del sueño.

Complicaciones de la apnea

Las principales complicaciones de la apnea obstructiva del sueño son:

  • Presión arterial alta.
  • Enfermedad cardiaca.
  • Latidos del corazón irregulares, llamados arritmias.
  • Accidente cerebro vascular.
  • Diabetes.
  • Se asocia a un aumento del riesgo, entre 3 y 7 veces, de padecer accidentes de tráfico.

Apnea del sueño en niños

Según los últimos estudios un 6% de los niños padecen apnea obstructiva del sueño. Son niños que, además de roncar, sudan, tienen pausas en la respiración, terrores nocturnos, enuresis y se muestran muy inquietos porque están luchando para abrir las vías aéreas.

Este descanso inadecuado se traduce en alteraciones del crecimiento, del comportamiento e incluso del rendimiento escolar.

Para su diagnóstico el especialista se basa en la polisomnografía y la exploración de la vía aérea superior.

Apnea del sueño: tratamiento

Existen dos posibles tratamientos, por lo que puede decirse que tiene cura la apnea del sueño.

  • Dispositivo CPAP. Es una máquina de presión positiva continua de la vía aérea con un respirador a través de una mascarilla y una interface. Abre la vía aérea y evita que se colapse por la noche. Este dispositivo es cómodo, pequeño y no hace ruido. Gracias a este tratamiento se terminan las apneas desde la primera noche, con lo que el paciente puede descansar y dormir bien.
  • Cirugía. Realizando una alteración anatómica en el paciente se puede ampliar el espacio necesario para respirar (extirpando las amígdalas, corrigiendo el tabique nasal, cortando el paladar o avanzando el maxilar inferior). En pacientes con indicación de cirugía se logra una remisión completa en un 90% de los casos.  Las cirugías más frecuentes son:
    • UPFP (úvulo palato faringo plastia).
    • Cirugía con láser.
    • Somnoplastia.
    • Traqueostomía.

Como recomendación, el médico puede sugerir al paciente que pierda peso. Si lo consigue, va a mejorar las apneas y no roncará tanto.

Prevención de la apnea del sueño

Para prevenir o evitar la apnea del sueño es importante llevar una vida saludable que incluya:

  • Evitar la obesidad.
  • Dormir de costado.
  • No fumar
  • Evitar sustancias que den somnolencia, como el alcohol y los sedantes.

Si te preguntas qué es la apnea del sueño, cómo saber si tengo apnea del sueño o crees que puedes tenerla te recomendamos que acudas a un neumólogo para que te diagnostique y ponga tratamiento. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles.

¿Son habituales las recaídas en los fumadores?

La recaída de las personas que han dejado de fumar supone un reto importante para los especialistas. Según diferentes estudios realizados durante el primer mes de la fase de abstinencia el 50% de las personas que ha dejado el tabaco vuelve a fumar. Este porcentaje aumenta si hablamos del primer año, hasta llegar incluso a un 70%.  Por este motivo, las recaídas no deben ser vistas como un fracaso, sino como parte del proceso de dejar de fumar. Según indican desde Pfizer, el 74% de los fumadores ha intentado dejarlo al menos una vez en su vida.

Cuando una persona vuelva a fumar, puede hacerlo por diferentes motivos que deben de estudiarse. Es importante saber cuáles son las causas que abocan a ese consumo y los puntos débiles de la persona, que lo hacen recaer. Con ese conocimiento será más fácil que la siguiente vez el abandono del hábito sea definitivo. Las recaídas generalmente tienen que ver con la aparición de algún elemento, suceso o estímulo que va unido en la memoria al consumo de tabaco, porque durante mucho tiempo así ha sido.  

Factores que determinan las recaídas

No es lo mismo un consumo puntual un día determinado, por un evento o una situación estresante, que una recaída en la que la persona vuelve a consumir como antes de dejarlo. Hay estímulos que favorecen el consumo de tabaco como tomar café, salir con los amigos, hablar por teléfono, tener estrés o estar aburrido. En el caso del tabaco es verdad que, muchas veces, una vez que se da una calada a un cigarrillo es complicado no engancharse de nuevo.

Según se indica en el Manuel de Tabaquismo, realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, en la recaída interactúan factores como:

  • Autoeficacia. Es un concepto parecido a la autoestima. Cuanta más se tenga más difícil es recaer.
  • Buenas expectativas del fumador de los efectos que puede obtener si vuelva a fumar. Cuantas más se tengan más grande es la probabilidad de volver a ser dependiente del tabaco.  
  • Efecto EVA o efecto que provoca en un exfumador volver al hábito, aunque sea de modo ocasional. En función de la intensidad con la que la persona sienta este efecto así serán las ganas de volver a fumar.

Tratamiento adecuado

El tratamiento de elección que indican los especialistas en las recaídas es una mezcla de terapias, en las que se incluyen los fármacos y el apoyo psicológico. Para no llegar a este punto es importante trabajar en la prevención, con programas de autocontrol que ayuden a afianzar un estilo de vida libre de malos humos.

Lo más importante es que la persona que quiere dejar de fumar realmente esté convencida de querer hacerlo y sepa frenar posibles momentos de estrés y situaciones de riesgo que pueden hacerle recaer. Las más frecuentes son:

  • Tener un estado emocional alterado. Puede ser de manera negativa por el estrés, la ansiedad o la depresión o positiva por la euforia o la alegría.
  • Problemas en las relaciones sociales con los más allegados (pareja, hijos, familiares, compañeros de trabajo o amigos).
  • Presión social que ejerce el entorno para que la persona vuelva a fumar.
  • Otras acciones cotidianas asociadas al tabaco. Cuantas más se tengan mayor es el riesgo de recaer.

Pautas para tener en cuenta

Para conseguir dejar de fumar, además de estar convencido de querer hacerlo, existen una serie de prácticas que deben realizarse. Algunas son:

  • Modificar los hábitos y realizar actividades saludables en los momentos en los que la tentación sea mayor. Se puede practicar deporte, leer, pasear al aire libre…etc.
  • Trabajar técnicas de distracción cuando las ganas de fumar aumenten.
  • Ser capaz de decir que no y rechazar el tabaco cuando el entorno lo ofrezca.
  • Utilizar técnicas de relajación.
  • Eliminar los pensamientos negativos.

Los expertos consideran que pasados 5 años sin fumar es difícil que se produzcan recaídas. Si has intentado dejar de fumar y has recaído alguna vez, quizá sea el momento de ponerte en manos de expertos. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites.

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