Qué son las cicatrices queloides y cómo quitarlas

Las cicatrices queloides son una forma de cicatrización anormal que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su raza, edad o sexo. Aunque no suponen un problema de salud grave, pueden ser antiestéticas y causar molestias en algunas personas. Pueden formarse en cualquier parte del cuerpo, pero suelen ser más comunes en el cuello, el pecho, los hombros, los brazos y la espalda.

Formación de cicatrices queloides

Una cicatriz es el resultado del proceso de curación normal de la piel después de una lesión. Cuando la piel se corta o se lesiona de alguna manera, el cuerpo inmediatamente comienza a repararla. Durante este proceso, se forman nuevas células cutáneas para reemplazar las dañadas y se produce colágeno para fortalecer y unir las capas de la piel. En condiciones normales, el resultado es una cicatriz que desaparece gradualmente con el tiempo.

Sin embargo, en el caso de las cicatrices queloides, el proceso de cicatrización va más allá. La producción de colágeno se vuelve excesiva y desequilibrada, lo que lleva a la formación de una cicatriz abultada y elevada. Suelen ser de color rojo, rosa o marrón y pueden variar en tamaño y forma.

Una vez que comienza a formarse una cicatriz queloide, es posible que continúe creciendo más allá del límite de la herida original. Precisamente esta es una de las principales diferencias entre una cicatriz queloide y una cicatriz hipertrófica, que se limita al límite de la herida original. Otra es que los queloides no desaparecen con el tiempo y pueden crecer más allá del área original de la lesión.

Causas de esta cicatrización

La causa exacta de las cicatrices queloides aún se desconoce, pero se cree que pueden ser el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunas personas tienen una predisposición genética, mientras que otras pueden desarrollarlas debido a lesiones cutáneas significativas como quemaduras, cirugías, piercings o tatuajes. También se ha observado que las personas con piel oscura tienen un mayor riesgo de desarrollar cicatrices queloides.

Si bien las cicatrices queloides no representan un problema de salud grave, pueden causar molestias físicas y emocionales en algunas personas. La presencia de una cicatriz prominente y antiestética puede afectar la autoestima y la confianza de una persona, especialmente cuando se encuentra en una parte visible del cuerpo.

Signos y síntomas que producen los queloides

Las lesiones queloides pueden aparecer en el momento de la lesión o herida o desarrollarse algunos meses o años después. Se pueden volver muy incómodas, especialmente si interfieren con los movimientos cotidianos. Así, son preocupantes para quienes tienen una vida profesional o deportiva activa.

Los principales signos y síntomas son:

  • Cicatrices anormalmente grandes y prominentes que se extienden aún más allá de los límites de la lesión original.
  • Apariencia brillante y sin vello.
  • Su tamaño, textura y color pueden variar notablemente.
  • Pueden producir picazón y dolor en la zona afectada, así como una sensación de molestias o de presión.

Es importante tener en cuenta que no hay una cura cien por ciento efectiva para eliminar las cicatrices queloides. Sin embargo, hay algunos tratamientos disponibles para ayudar a reducir su apariencia.

Tratamiento de las cicatrices queloides

Afortunadamente, existen diversas opciones de tratamiento disponibles para eliminar o reducir el aspecto de las cicatrices queloides. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los tratamientos funcionan igual de bien en todas las personas y que los resultados pueden variar.

Tratamiento médicos

El tratamiento médico incluye diversas opciones. Las principales son:

  • Corticoesteroides. Uno de los tratamientos más comunes para las cicatrices queloides es la terapia con corticosteroides. Este tratamiento implica inyectar esta medicación directamente en la cicatriz para reducir la inflamación y el exceso de producción de colágeno. Estas inyecciones contienen una mezcla de corticoides con lidocaína para reducir el dolor, y se deben inyectar en la zona afectada cada cuatro a seis semanas.  A menudo, se requieren múltiples sesiones para obtener resultados visibles y el proceso puede ser lento. Sin embargo, en muchos casos, la terapia con corticosteroides ha demostrado ser eficaz para reducir el tamaño y la apariencia de las cicatrices queloides, a veces incluso eliminándolas por completo. Existen algunos efectos secundarios, incluida la pigmentación de la piel y una formación temporal de acné, que pueden ser desagradables, pero por lo general desaparecen después de un tiempo.
  • Vendajes de presión. Otro enfoque de tratamiento es el uso de vendajes de presión. Ejercen presión constante sobre la cicatriz, lo que puede ayudar a aplanarla y suavizarla con el tiempo. Este método requiere el uso constante de vendajes o prendas de compresión durante varias semanas o meses, y los resultados pueden ser gradualmente visibles.
  • Otras opciones de tratamiento. Además de estos tratamientos, existen otras opciones disponibles, como la crioterapia (congelación de la cicatriz), la terapia con láser, la radioterapia y la cirugía. Estos métodos pueden ser más invasivos y generar resultados mixtos en términos de la eliminación completa de la cicatriz. Por lo tanto, es importante discutir las diferentes opciones con un dermatólogo o cirujano plástico antes de tomar una decisión.

Remedios caseros

Además de los tratamientos médicos, también existen algunos remedios caseros y naturales que pueden ayudar a reducir la apariencia de las cicatrices queloides. Son productos que deben usar tanto durante el período de curación como en el mantenimiento posterior.

  • Uso de aloe vera. Tiene propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. Aplicar gel de aloe vera fresco sobre la cicatriz varias veces al día puede ayudar a reducir la inflamación y promover la regeneración celular.
  • Aceite de rosa mosqueta. Contiene ácidos grasos esenciales y antioxidantes que pueden ayudar a hidratar la piel y promover la regeneración celular.
  • Masaje de la cicatriz con aceite de vitamina E. Se cree que este aceite ayuda a hidratar la piel y mejorar la circulación sanguínea, lo que puede contribuir a una mejor cicatrización.

Es importante tener en cuenta que estos remedios caseros pueden funcionar en algunos casos, pero no están respaldados por una amplia evidencia científica. Además, cada persona es única y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Por ese motivo siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de probar cualquier método de tratamiento.

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¿Cuáles son los efectos del tabaco en la piel?

El tabaco es uno de los problemas de salud pública de mayor alcance a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año más de 8 millones de personas fallecen en todo el mundo por este motivo. La mayoría lo hacen por un consumo directo y aproximadamente 1,2 millones por exposición al humo de los demás. 

Fumar tiene muchos efectos nocivos en la salud de las personas. Los más conocidos, por su gravedad, son el cáncer de pulmón, las enfermedades pulmonares como la EPOC y las patologías cardiovasculares. Esto es debido a que el tabaco contiene un amplio número de componentes químicos tóxicos, principalmente nicotina, glicerol, ácido cianhídrico y alquitrán. Pero se habla menos de los efectos del tabaco en la piel.

La exposición al humo de tabaco no sólo causa un daño severo a los pulmones, corazón y otros órganos internos, sino también a la piel. El humo de tabaco contiene nano partículas tan pequeñas que son fácilmente inhaladas en los pulmones, los tejidos cercanos y la circulación sistémica. Esta exposición puede perjudicar el flujo de sangre, disminuir la oxigenación de los tejidos y dar lugar a estrés oxidativo, provocando una serie de consecuencias negativas para la salud de la piel. Así, pueden producirse de manera directa, por contacto, o indirecta, como resultado del camino que recorre la nicotina y el alquitrán por la vía sanguínea tras ser inhalado.

Consecuencias del tabaco en la piel de forma directa

El tabaco deja secuelas en la piel, visibles a medida que la adicción aumenta, tal y como explican Marcela Le-Bert y Bernardita Prado, dermatóloga y médico experta en nutrición respectivamente,  en su artículo Tabaco y piel. A veces son signos muy evidentes y otras son pequeños detalles que muchas veces no se relacionan con el hábito de fumar, pero que tienen mucho que ver con los efectos de la nicotina en la piel. 

Arrugas en la cara

Algunos de los principales efectos del tabaco en la piel son las arrugas prematuras. Aparecen debido al daño que el tabaco provoca en forma de radicales libres, perjudicando la estructura profunda de la piel y contribuyendo a su flacidez, sequedad y pérdida de elasticidad. Además, se reduce la hidratación de la cara a causa del humo que se expulsa al fumar y el que suelta el propio cigarrillo. 

El tabaco también influye a la hora de aumentar la cantidad de líneas de expresión, así como a la formación de arrugas en áreas más susceptibles, como los ojos, la nariz y los labios. Esas líneas de expresión se hacen permanentes si alguien fuma una cantidad significativa durante periodos prolongados. Al final se convierten en arrugas profundas, que hacen que la piel esté más envejecida. 

Además, el tabaquismo también propicia la pigmentación prematura de la piel, lo que puede afectar su apariencia y hacer que el individuo se vea envejecido.

En definitiva, se puede decir que las personas fumadoras suelen presentar más arrugas que quienes no fuman, sobre todo a partir de los 40 años. A esto se suma que el gesto de fumar, en el que se contraen los labios, hace que se marque el llamado “código de barras” sobre los labios.

Comedones

Los comedones son uno de los efectos de la nicotina en la piel más directos y notorios del tabaquismo en la piel. Se trata de una afección cutánea común y benigna, causada por la acumulación de partículas de tabaco, grasa y células muertas en los poros. 

Son poros obstruidos que pueden presentarse en forma de espinillas o puntos negros. Generalmente se localizan alrededor de la boca, nariz y barbilla. Se pueden tratar, limpiando el área adecuadamente, usando cosméticos libres de grasas.

Los efectos antiinflamatorios y vasoconstrictores del tabaco ayudan en la formación de estas protuberancias, por lo que el mejor tratamiento para la piel afectada por el tabaco es evitar su consumo. 

Uñas de color amarillo 

Otro de los efectos del tabaco en la piel es un  cambio en el color de las uñas, haciendo que tomen un tono amarillo. Esto es debido a la acumulación de tóxicos, como la nicotina y el alquitrán, que se metabolizan en el tejido cutáneo y se amontonan principalmente en las uñas. Esto se traduce en cambios visibles en el color de las uñas, como la decoloración y el tono amarillo.

Además, la carencia de oxígeno frena el crecimiento de las uñas y puede debilitarlas y rizarlas. Dejando de fumar se puede detener la aparición de estas manchas y recuperar el color natural de las uñas. De hecho, en pacientes que abandonan el hábito se observa cómo la nueva uña sale de color rosáceo, mientras el resto permanece amarillento. 

Lesiones orales

Los fumadores también son más propensos a tener lesiones de la lengua, boca y encías. Pueden experimentar una rápida evolución de la caries dental, más dificultad para curar los problemas bucales después de tratamientos con anestesia local, y un aumento en los riesgos de desarrollar síndrome de boca ardiente, aparición de manchas marrones en la cara y cavidad bucal, que puede resultar irreversible a largo plazo. 

Las lesiones orales causadas por el tabaquismo son una consecuencia del tabaco en la piel. A continuación, hablamos de algunas de ellas.  

Enfermedad dental crónica

Las enfermedades en la boca y los dientes son uno de los efectos del tabaco en la piel. El humo del tabaco incluso puede destruir los tejidos de la boca, causar halitosis, daño en los tejidos que rodean a los dientes y caries. Las encías pueden agrietarse, sangrar y retroceder y los dientes se pueden volver amarillos y con manchas. 

Patologías periodontales

Los fumadores tienen más probabilidad de desarrollar enfermedades periodontales como gingivitis y periodontitis e incluso un mayor riesgo de pérdida ósea alrededor de los dientes. Además, fumar también puede aumentar la presencia de quistes y bolsas en los tejidos alrededor de la boca, lo que puede resultar doloroso.

Puedes consultar toda la información de algunas de las principales enfermedades bucales que hemos mencionado. 

Lesiones en las mucosas

El humo del tabaco contiene productos químicos tóxicos que irritan y dañan directamente la superficie de las mucosas, lesionándolas. Estas erosiones son visibles en todas las mucosas del cuerpo, desde la boca al aparato respiratorio y los órganos genitales. Esta irritación provoca sangrado, inflamación, ardor e incrementa el riesgo de infección en la zona afectada. Además, el tabaco disminuye la oxigenación de la piel, lo que contribuye a que las lesiones sean más graves. La única forma de evitar estas lesiones es evitar el consumo del tabaco.

Estomatitis aftosa recurrente

Es una complicación de salud comúnmente relacionada con los efectos del tabaco en la piel. Es una enfermedad común en los fumadores crónicos que consiste en la formación regular de petequias y úlceras en la boca, en la lengua, en las encías y en otras partes de la cavidad bucal. El tabaco además es un factor de riesgo para la piorrea, otra complicación dental seria relacionada con el tabaquismo. Esta enfermedad causa que los huesos y los dientes se desprendan de las encías, lo que puede provocar dolor, problemas de masticación y mal aliento. 

Úlceras de la lengua

Estas lesiones son profundas y dolorosas y ocupan una pequeña área de la lengua. Se presentan como una inflamación áspera y rojiza, que puede ser complicada de tratar, pudiendo provocar una hemorragia persistente y, en casos avanzados, la erosión de la lengua. Además de ser dolorosas, las úlceras también pueden causar problemas durante las comidas o para la deglución.

Xerostomía 

La xerostomía, también conocida como boca seca, es un efecto frecuente del consumo de tabaco que afecta a todos los tejidos bucales. Cuando se inhala el humo del tabaco reseca la boca provocando sequedad, sensibilidad, cambios en el gusto y en algunos casos dolor

Esta sequedad puede contribuir a un mayor riesgo de infecciones orales, caries, enfermedades de las encías, mal aliento y una mayor susceptibilidad a problemas de salud en la boca. Además, los labios también pueden desarrollar fisuras, retracción de los bordes y descamación. 

Pigmentación gingival

El humo del tabaco contiene una cantidad significativa de nitrosaminas que tienen propiedades pigmentantes. Estas se depositan en el tejido gingival, haciendo que se torne más oscuro de lo normal. Afecta a la estética y también a la enfermedad periodontal, ya que el exceso de pigmentación gingival puede acelerar el desarrollo de enfermedades periodontales. 

Melanosis o boca del fumador

Esta afección puede causar manchas oscuras, hematomas y decoloración marrón en la piel. La mayoría de las especialistas cree que los radicales libres del humo del tabaco son los principales alérgenos involucrados en la melanosis de la boca del fumador.

Lengua vellosa negra

La lengua vellosa negra, también conocida como leucoplasia lingual, es una enfermedad bucal comúnmente relacionada con el fumar. Se caracteriza por la aparición de una capa gruesa, de color marrón, en la lengua, a veces con una base blanquecina. Suele ser bastante dolorosa, da sabor amargo a la boca y también provoca mal aliento. 

Lesiones cutáneas asociadas al tabaco

Además de las consecuencias directas que hemos mencionado, fumar también perjudica la salud de otras maneras. Algunas son más graves, como las diferentes enfermedades pulmonares que provoca o patologías como la Enfermedad de Crohn, cuyo riesgo es cuatro veces mayor en el caso de los fumadores. Hablamos de las principales consecuencias de los efectos del tabaco en la piel. 

Cáncer de piel

La exposición al humo del tabaco provoca un gran daño a la piel, ya que los componentes químicos que tiene pueden dañar el tejido, lo que lleva a la aparición de lesiones con la exposición prolongada. Estas lesiones pueden llevar a la formación anormal de células, que se conocen como melanoma. Diversos estudios también ponen de manifiesto que el tabaquismo aumenta el riesgo de tener cáncer de piel no melanocítico

Mala cicatrización

La mala cicatrización es uno de los efectos del tabaco en la piel que muchas personas desconocen. El tabaco es un vasoconstrictor que reduce el tamaño de las arterias. Esto hace que llegue menos sangre a los tejidos periféricos, aumentando la liberación de radicales libres e inhibiendo la vasodilatación. Las heridas necesitan bastante sangre para cerrarse y el tabaco lo impide, con el riesgo de posibles infecciones que eso conlleva.   

Esto significa que las heridas abiertas y las cicatrices post quirúrgicas tardan en curarse y suelen ser mucho más grandes de lo normal. Por otro lado, el tabaco también puede inhibir el crecimiento de tejido cicatricial y llevar a la formación de cicatrices atípicas, marrones, grises o amarillentas en la piel. 

Por último, el tabaco también provoca una aceleración del proceso de envejecimiento cutáneo, por lo que las cicatrices producidas por el fumar pueden resultar más notorias con el paso del tiempo. 

Aumenta el riesgo de desarrollo de psoriasis 

El tabaquismo se ha identificado como un factor de riesgo para el desarrollo de psoriasis, una enfermedad de la piel caracterizada por parches enrojecidos, hinchazón y una descamación seca y a veces escamosa. Esto se debe principalmente al daño tisular causado por el humo de tabaco, que daña las células y los tejidos productores de colágeno y elastina. Puede provocar inflamación, así como un aumento en la producción de sebo, lo que causa psoriasis sobre todo en su forma pustulosa, es decir, con protuberancias pequeñas en la piel que tienen líquido o pus en su interior. También hace que el tratamiento sea menos efectivo en personas que ya tienen la enfermedad.

Asimismo, inhalar el tabaco aumenta el riesgo de desarrollar otros desórdenes autoinmunes tales como la artritis reumatoide, contribuyendo a un mayor riesgo de desarrollar psoriasis.

Caída del cabello

El tabaco contiene más de 70 sustancias químicas que pueden afectar la salud y la textura del cabello. Además, el monóxido de carbono que tiene el humo reduce la cantidad de oxígeno disponible para el cuero cabelludo y el cabello. Esto hace que el pelo se vuelva seco, sin brillo, apagado y con posibilidad de caída. 

Asimismo, se ha comprobado que las personas fumadoras son más propensas a tener canas que quienes no fuman.

Dermatitis de contacto

La dermatitis de contacto por tabaquismo es otro de los efectos del tabaco en la piel cuando se produce una exposición crónica. Causa irritación y enrojecimiento de la piel. El humo que se genera al fumar irrita la piel y disminuye su barrera protectora, dejándola más expuesta a la lesión. Además, el pH ácido del tabaco también puede dañar la piel, lo que resulta en una mayor susceptibilidad a infecciones. Este tipo de dermatitis aparece sobre todo en las personas que trabajan en la elaboración del tabaco.

Si notas alguno de estos efectos del tabaco en la piel, quizá sea el momento de dejarlo. Te animamos a que acudas al médico para que valore qué te ocurre y te olvides de fumar para siempre. En SaludOnNet contamos con especialistas muy bien preparados y con ganas de ayudarte. Además, ahora puedes comprar una consulta con un dermatólogo desde 26 euros

Qué es la gangrena: causas, síntomas y tratamiento

¿Qué es la gangrena? 

La gangrena es una afección que implica la muerte de una parte del tejido corporal debido a una lesión, ausencia de flujo sanguíneo o infección bacteriana. Es una complicación potencialmente mortal en la que algunas partes del tejido del cuerpo se descomponen por falta de irrigación. Puede afectar diferentes áreas del cuerpo como la piel, tejido muscular y otros tejidos u órganos internos.

La gangrena o putrefacción tisular generalmente comienza a manifestarse en miembros inmovilizados o afectados por una lesión grave, así como en personas con pérdida de sangre extrema, diabéticos, insuficiencia renal crónica o en estado de shock. Por suerte, la gangrena se puede prevenir y tratar.

Causas de la gangrena 

La necrosis tisular, un proceso patológico en el cual el tejido se muere, es la principal causa de la gangrena. Por lo general se produce por lesiones graves, pérdida de flujo sanguíneo, infección bacteriana, shock, envenenamientos, golpes, atrapamiento, altas temperaturas, o en casos raros, por enfermedades autoinmunes. 

La necrosis aparece por diferentes causas. Las principales son: 

  • Enfermedades relacionadas con el aparato circulatorio. Esto incluye patologías en las arterias como la aterosclerosis y la enfermedad de Buerger (una afección que daña los vasos sanguíneos del extremo inferior del cuerpo). Además, la diabetes puede producir esta enfermedad debido a los problemas de circulación sanguínea que la acompañan, provocando gangrena por diabetes.
  • Lesiones traumáticas o quirúrgicas. Pueden dañar los vasos sanguíneos que le permiten al tejido recibir la irrigación necesaria. 
  • Infecciones. Puede estar causada por la infección de algunos de los insectos que transportan diversas bacterias, así como la infección a través de heridas abiertas, cortes profundos o incluso cirugía

Tipos de gangrena

Hay varios tipos de gangrena, y se pueden clasificar en base a la causa que los provoca. Los principales son: 

  • Gangrena seca. Es poco común y no tan grave; se forma cuando el flujo sanguíneo a los tejidos es interrumpido, pero hay una escasa cantidad de tejido muerto. Esto puede deberse a una herida profunda o una fractura. La gangrena seca suele aparecer en las extremidades, especialmente los pies y las manos. Los signos incluyen la descamación de la piel, la formación de bordes en la piel y un área donde la piel se vuelve marrón o negra. El tratamiento para la gangrena seca debe incluir una mejoría de los factores desencadenantes, un aumento en el flujo sanguíneo, control y/o tratamientos para la enfermedad de base, así como medicamentos para el dolor, fármacos para la inflamación y terapia antibiótica. La cirugía está indicada solamente en algunos casos. 
  • Gangrena húmeda. Es mucho más común que la seca, y también más severa. Puede ocurrir cuando la herida es infectada con bacterias y se puede extender rápidamente, lo que provoca que se desprenda tejido con mayor facilidad. Los signos de la gangrena húmeda incluyen una área roja e hinchada en la piel, además de un flujo de líquido de color amarillo o verde. Este líquido es el resultado de las bacterias en la herida. 
  • Gangrena gaseosa. Esta es una de las formas más graves de gangrena. Se forma cuando hay una fuerte infección en la herida, la cual no está recibiendo suficiente flujo sanguíneo. Causa una infección dañina que suele afectar profundamente los tejidos. La intensidad de la infección podría causar la aparición de gas entre tejidos. Los síntomas incluyen graves dolores, tejido necrosado, un olor desagradable y pus blanco. 
  • Gangrena necrotizante. Esta es la forma más severa de gangrena. Ocurre cuando no hay suficiente flujo sanguíneo a la zona afectada, además de una infección grave. La gangrena necrotizante también se conoce como necrosis. Suele afectar a la piel profundamente, lo que provoca la destrucción de los tejidos. Esto puede llevar a la amputación de la zona afectada del cuerpo. Los signos de esta gangrena incluyen: 
  • Lesión que no cura. 
  • Dolor intenso. 
  • Descamación de la piel. 
  • Ampollas. 
  • Fiebre.

Otros tipos de gangrena 

 Además de los mencionados anteriormente, existen otros tipos de gangrena menos comunes:

  • Gangrena interna. Es una rara forma de necrosis que se produce en un órgano o tejido (abdomen, intestinos, hígado, riñones, estómago…). Esta complicación puede desarrollarse a partir de infección, enfermedad sistémica o circulatoria. La gangrena interna tiene efectos adversos graves que requieren tratamiento inmediato. 
  • Gangrena de Fournier. Otra forma muy rara de gangrena interna que afecta a los tejidos situados en los genitales y la zona perineal. Esta lesión se cree que se desarrolla debido a una reacción alérgica, una infección bacteriana, un trauma o una enfermedad isquémica, como en el caso de la diabetes.
  • Gangrena de Meleney. Tiene una prevalencia baja a nivel mundial; sin embargo, provoca cuadros clínicos muy agudos y potencialmente mortales. Se trata de una forma especial de necrosis multifocal que afecta el tejido profundo y que suele estar producida por estreptococos hemolíticos del grupo A (SGA).

Síntomas de la gangrena 

Los síntomas de la gangrena varían de acuerdo con el tipo y al área del cuerpo dañada. Afecta principalmente a miembros inmovilizados o lesionados, así como a personas mayores con problemas de circulación sanguínea. Algunos de los principales síntomas de la gangrena son: 

  • Dolor. Puede ser leve o intenso y es una de las señales de advertencia de que la gangrena puede estar presente. 
  • Cambios en la apariencia del tejido. Cuando el tejido afectado por la gangrena empieza a morir suele cambiar la textura, el color y la consistencia. La piel alrededor de la lesión puede parecer lisa, más brillante y ceniza. También puede aparecer hinchazón.
  • Ampollas llenas de pus. 
  • Olores desagradables. Los tejidos muertos son susceptibles a la infección y producen un olor desagradable causado por bacterias patógenas.
  • Cambio de color de la piel. El tejido dañado generalmente empieza a tomar un tono verdoso o purpúreo. 
  • Fiebre. Si la gangrena es el resultado de una infección bacteriana, puede provocar fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. 
  • Incremento del tejido circundante. Toda la zona alrededor de la lesión puede hincharse y adquirir un color morado o marrón. 
  • Abscesos. Si alguna bacteria penetra en el tejido afectado, es posible que se formen abscesos tóxicos. Son dolorosos y pueden aparecer uno o más con el tiempo. 
  • Desconexión nerviosa. Si la gangrena aguda invade la conexión con los nervios, el individuo puede sentir entumecimiento profundo y hormigueo en el área afectada.

Diagnóstico de la gangrena

Para realizar un diagnóstico esta enfermedad, el médico puede seguir los siguientes pasos: 

  • Historia clínica, para saber la causa de la infección y los síntomas presentados. 
  • Examen de la piel en la zona afectada. 
  • Biopsia de la zona para determinar el tipo de gangrena. Esto implica tomar una muestra de tejido de la zona para analizarla en un laboratorio. 
  • Pruebas de imagen como radiografías o ultrasonidos, para ver con más detalle la afectación de la piel y los tejidos alrededor. Pueden ayudar a determinar si hay alguna complicación, como una infección.
  • Analítica, para determinar si hay presencia de ciertas infecciones o enfermedades bucales. Estas pruebas permiten detectar el nivel de inflamación en el área.

El diagnóstico de la gangrena es un procedimiento que se realiza para identificar la causa y el grado de progresión de la enfermedad. Esta información proporciona al médico una idea clara sobre el tratamiento a seguir. Si se detecta la presencia de alguna complicación, puede obligar a realizar otros tratamientos adicionales.

Tratamiento de la gangrena

El tratamiento de la gangrena varía dependiendo del tipo y la rapidez con la que se diagnostique. Se basa en: 

  • Aumento de la circulación sanguínea. 
  • Oxigenación. 
  • Control de la infección

La mayoría de los tratamientos plantean la eliminación quirúrgica del tejido afectado para prevenir que se propague la infección. También es frecuente utilizar medicamentos, como antibióticos, antifúngicos y antivirales para tratar la infección. Asimismo, los anticoagulantes se pueden administrar para reducir el riesgo de coágulos sanguíneos.

En muchos casos, la amputación de la extremidad afectada se considera una opción de tratamiento, pero sólo cuando está ampliamente comprometida, es decir en casos graves. 

Las personas diabéticas y con cuadros de enfermedad cardíaca tienen necesidades especiales. Los pacientes diabéticos suelen necesitar el control de la glucosa antes de recibir tratamiento para evitar cualquier complicación. Los pacientes con enfermedad cardiovascular deben recibir terapia con medicamentos tales como anticoagulantes para prevenir que la gangrena se extienda. 

Prevención de la gangrena

Hay algunas medidas de autocuidado adicionales que se deben seguir para ayudar a prevenir la presencia de gangrena. Incluyen cuidar correctamente y limpiar todas las heridas, especialmente aquellas en áreas difíciles de mantener limpias y secas. Las personas también deben mantener un control y un seguimiento cuidadoso de cualquier área de la piel afectada por esta enfermedad.

La dieta juega un papel importante en la prevención y el tratamiento de la gangrena. En general, una dieta saludable y equilibrada con micronutrientes esenciales y suplementos vitamínicos ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de gangrena. Además, hay que evitar el tabaquismo, ya que contribuye a la mala circulación sanguínea.

Los suplementos vitamínicos y las hierbas medicinales pueden ser útiles. Se recomienda tomar una combinación de hierbas medicinales avanzadas como la cúrcuma y el jengibre para ayudar a disminuir el dolor y restablecer el flujo sanguíneo al tejido afectado. 

La acupuntura también puede ser una forma de aliviar el dolor y ayudar al tejido a curarse más rápidamente

En conclusión, si te preguntas qué es la gangrena debes saber que es una enfermedad grave que debe ser tratada de inmediato. Los cambios de estilo de vida saludables y una mejor alimentación pueden ayudar a prevenirla. Si ya se detectan síntomas, se recomienda buscar tratamiento médico de inmediato. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios asequibles. Ahora puedes comprar una consulta de dermatología desde 26 euros

Picaduras de medusas: cómo son y cómo tratarlas

Estamos ansiosos por ir a la playa y bañarnos en el mar, y cuando llega ese momento tan esperado… ¡Zas! Nos pica una medusa y nos estropea el día. Las medusas son organismos marinos que durante la primavera y el verano son arrastradas a las costas. En España hay cuatro tipos de medusas diferentes. Se trata de un animal marino cubierto con una cáscara gelatinosa, que pertenece a la clase Cnidaria (celentéreos) y que tiene unas células urticantes que se concentran en los tentáculos. Se disparan por simple contacto o al sentir la temperatura corporal de una persona.  

Qué es una picadura de medusa

Las picaduras de medusas son el resultado del contacto con una determinada variedad de medusas que se encuentra bajo el agua. Aunque hay cientos de variedades de estas medusas, las picaduras se producen de la misma forma y generalmente solo producen una leve sensación de quemazón en la piel

Las picaduras de medusas son, en realidad, pequeñas heridas en la piel que producen sus tentáculos, los cuales tienen unas células urticantes llamadas cnidocistos, con filamentos tóxicos que contienen veneno. En cuanto el tentáculo entra en contacto con la piel, estas células se rompen y liberan el veneno mediante un filamento equipado con espinas. Es decir, con el simple contacto con la presa las células se disparan

Las picaduras de medusas causan una inflamación dolorosa en la zona y, en algunos casos, pueden provocar problemas de salud como vómitos y sensación de mareo. Si el veneno entra en la sangre también puede provocar enrojecimiento, hinchazón y náuseas

Estas picaduras generalmente son leves y responden bien al tratamiento. Las heridas que provocan son de color blanco, rojo o rosado y pueden tener distintos tamaños, desde pequeñas manchas hasta marcas de unos 10 o 20 centímetros de diámetro. 

Estas manchas suelen ser dolorosas al tacto y pueden producir una sensación de ardor y picazón. Aunque las picaduras de medusas generalmente no son graves, algunas personas desarrollan reacciones alérgicas a los venenos. Esto normalmente se manifiesta con síntomas como erupciones cutáneas, picazón, hinchazón de la zona lesionada y fiebre. 

Tipos de picaduras de medusas

Existen diferentes tipos de medusas, y su picadura puede ser distinta en cada clase. Los tipos de picaduras más comunes son: 

  • Picadura de medusa de boxeador. Se caracterizan por tener tentáculos largos y anillos de un color marrón o verde oliva. Esta especie libera un veneno extremadamente potente al entrar en contacto con la piel de un ser humano. Los efectos pueden ser muy graves, como la dificultad respiratoria, sensación de ahogo y dolor intenso. Los síntomas de una picadura de medusa boxeadora son fiebre, erupciones cutáneas intensas y picazón. 
  • Picadura de medusa de tono. Se conoce también como medusas de capitán, y suelen encontrarse en zonas tropicales y subtropicales. Miden entre 2 y 5 cm de diámetro, aunque puede llegar a medir hasta un metro. Tienen una cabeza con cuatro lóbulos en forma de estrella y tentáculos con diminutas cerdas urticantes. Los efectos de la picadura de tono son fatiga, dolor intenso en la zona afectada, erupciones cutáneas, nuevas urticarias y, en algunos casos, dificultad para respirar. 
  • Picadura de medusa de luna. Vive entre los 3 y los 6 metros de profundidad marina. Se caracteriza por una gran luna situada en el centro del cuerpo, cerca del anillo central. Sus tentáculos están hechos con cerdas urticantes. Los efectos de la picadura de luna incluyen dolor agudo, hormigueo intenso, sensación de quemazón, erupciones cutáneas, enrojecimiento de la piel y ampollas. 
  • Picadura de medusa de malayo. Es una medusa que se puede encontrar en aguas tropicales y subtropicales. Está cubierta parcialmente por una cáscara gelatinosa, con tentáculos largos y cerdas urticantes. Los afectados suelen sentir dolor intenso, picazón, enrojecimiento, hinchazón, ampollas y dificultad para respirar. 

Se recomienda no tocar estos animales, pues su veneno puede ser muy dañino para el ser humano. Es importante acudir al médico en caso de haber sido picado por una medusa.

Síntomas de las picaduras de medusas

El principal síntoma de la picadura de medusa es el dolor, que quema y es punzante. El contacto con los tentáculos provoca una elevada acción urticante inmediata, similar a la de una quemadura de un cigarro. Cuanto más rápido pasa el veneno a la sangre antes aparecen los síntomas. 

En la mayoría de las ocasiones las picaduras de las medusas causan lesiones que se localizan en los miembros inferiores, sobre todo en los muslos, la pierna y el pie, en menor medida. Con menos frecuencia también se dan en el resto de la superficie corporal, predominando el tórax, la mano, la cabeza, el abdomen y el antebrazo. 

Para que la medusa pique no hace falta que esté viva. Muchas veces los accidentes se producen con el animal ya muerto, al ser tocado de manera inconsciente por la persona.

Síntomas leves

Las reacciones locales leves más frecuentes son: 

  • Erupciones cutáneas persistentes.
  • Eritema o enrojecimiento de la piel.
  • Edema o acumulación de líquido.
  • Petequias o pequeñas lesiones de color rojo.
  • Urticarias y dolor agudo en la zona
  • Vesículas o ampollas pequeñas llenas de líquido. 
  • Prurito intenso.

Síntomas graves y complicaciones

En algunos casos se producen reacciones graves que llevan a complicaciones. Son: 

  • Dolor intenso, que puede durar varias horas. 
  • Náuseas y vómitos, generalmente después de una reacción grave a la picadura.
  • Dolor de cabeza intenso y dolores musculares.
  • Fiebre alta.
  • Anafilaxis, sobre todo en personas que han sufrido previamente una picadura de medusa. 
  • Lesiones permanentes. 
  • Estado de shock.
  • Hinchazón e irritación alrededor de los ojos. 
  • Picadura de medusa infectada. Hay Infecciones graves en la piel que pueden presentarse, incluso después de tratar la picadura.
  • Necesidad de ventilación artificial, en raras ocasiones. 
  • Parálisis (poco frecuente).

Picaduras de medusas: Fotos

A continuación mostramos algunas fotos de picaduras de medusas.

picadura de medusa en muñeca y muslo
Lesiones en muñeca y muslo por picadura de medusa
picadura medusa en muslo
Picadura de medusa en el muslo de un hombre
habones por picadura de medusa
Habones en antebrazo por picadura de medusa
Picadura de medusa en antebrazo
Picadura de medusa en antebrazo

Como curar una picadura de medusa

El dolor y la incomodidad son los síntomas más comunes de las picaduras de medusas. Pero hay formas de tratarlas, ya sea de manera natural o utilizando medicación. 

Picadura de medusa. Tratamiento natural 

¿Qué hacer ante la picadura de una medusa? Existen remedios naturales para curar una picadura de medusa de una forma segura, eficaz y barata. Con ellos se alivia el dolor y se reduce la inflamación. Incluyen: 

  • Agua salada. Aplicada en la zona afectada ayuda a reducir el picor y calmar el dolor. Esto se debe a que contiene sales con propiedades antisépticas y antiinflamatorias que pueden contribuir a reducir el enrojecimiento y la inflamación. Además, también puede ayudar a disminuir el riesgo de infección y aliviar el dolor. No obstante, el agua salada no debe usarse durante demasiado tiempo, ya que puede exacerbar la irritación.
  • Vinagre. Debido a sus propiedades antisépticas el vinagre reduce la inflamación, alivia la picazón y previene la infección. Simplemente hay que mezclar una taza de vinagre con dos tazas de agua tibia en un tazón, sumergir un trozo de algodón en el líquido y colocarlo en el área afectada durante al menos diez minutos. Este proceso se debe repetir varias veces al día hasta que los síntomas desaparezcan. Es importante tener en cuenta que el vinagre no se debe aplicar directamente sobre la piel, ya que puede irritar más la zona afectada.
  • Limón. Es una opción segura para las personas que no pueden usar vinagre. El limón es fuente de vitamina C y contiene antioxidantes que ayudan a deshacerse de las toxinas en la zona afectada. Es una sustancia segura y fácil de usar. Simplemente hay que mezclar una cucharada de jugo de limón con una de agua tibia, sumergir un algodón en el líquido y colocarlo en la zona afectada durante diez minutos. Después, enjuagar con agua tibia.
  • Piña. Las proteínas y otros nutrientes presentes en la piña ayudan a calmar el dolor y reducir la inflamación causada por la picadura. Para usar la piña, se recomienda aplicar la pulpa de la fruta directamente sobre el área afectada y dejar reposar de cinco a diez minutos. Se debe repetir el proceso varias veces al día para obtener mejores resultados. Es importante recordar que se debe evitar el uso de la piña si hay una herida abierta.

Para obtener los mejores resultados, se recomienda buscar atención médica inmediata, si los síntomas empeoran o si hay alguna razón para preocuparse. 

Tratamiento de las picaduras de medusas 

Una vez que la picadura de la medusa se ha producido hay que seguir unas indicaciones, necesarias para que el dolor disminuya. 

  • No hay que rascarse ni frotar la zona que molesta o en la que hay un dolor intenso. 
  • Lavar la zona con agua salada. 
  • Salir del agua e intentar quitar los restos de tentáculos que puedan haber quedado adheridos a la piel, si son visibles. Debe hacerse con guantes o pinzas, por lo que es recomendable buscar un puesto de socorrismo, en el que puedan tener instrumental más cualificado.  
  • No hay que secarse la piel con toallas ni utilizar arena. 
  • Aplicar compresas frías sobre la zona durante unos 10 minutos. Se pueden preparar con una bolsa de plástico con hielo, pero nunca poner el hielo directamente sobre la piel. El frío evita que la toxina pase a la sangre. 
  • Lavar la herida con tintura de yodo o una crema antihistamínica para evitar las infecciones.

Es importante que estas medidas se realicen desde el primer momento de la picadura. Cuando el dolor persiste y se acompaña de temblores, náuseas, mareos o dolor intenso se recomienda seguir con el tratamiento de antihistamínicos sistémicos e ir al hospital.

Para el dolor lo recomendable son los antiinflamatorios no esteroideos. El médico también puede aconsejar la aplicación de corticosteroides sistémicos, si existe urticaria papular. Si la persona tiene mucha ansiedad se puede indicar la toma de algún relajante. 

En caso de que las heridas se infecten está aconsejado el uso de antibióticos. Cuando el dolor persiste varios días se aconseja acudir al médico para que realice una valoración adecuada.

Cuánto dura la picadura de medusa

La picadura de una medusa generalmente solo causa molestias durante unas horas. Los síntomas varían desde una leve a una fuerte inflamación, dolor, enrojecimiento y comezón. Por lo general desaparecen después de unas horas, si bien en algunos casos pueden durar varios días. Cuando los síntomas persisten, es recomendable acudir al médico.

La Picadura de medusa 10 días después

La duración de los efectos de la picadura de medusa varía de una persona a otra y depende del tipo de medusa y del tamaño de la picadura. Las enzimas contenidas en el veneno se agotan gradualmente a medida que se disuelven en la sangre y, una vez que esto sucede, el sistema inmune comienza a reparar la dañada piel. Esto significa que, aunque los síntomas pueden desaparecer en algunas personas al cabo de unos 10 días, en otros pueden persistir por varias semanas. Durante ese tiempo la persona puede sentir dolor localizado, erupciones cutáneas, enrojecimiento, hinchazón, ampollas, picazón o irritación.

Cuando los síntomas no mejoran o empeoran, se pueden recomendar medicamentos para reducir la inflamación, el dolor o la picazón. Si los síntomas de la picadura de medusa no desaparecen y persisten durante más de 10 días, o empeoran, es importante buscar atención médica

¿Cómo evitar las picaduras de medusas?

Las personas deben saber cómo prevenir las picaduras para evitar sus molestas consecuencias. Estos son algunos consejos que ayudan a prevenir y protegerse de la picadura de medusas: 

  • Usar traje de baño de lycra o materiales similares que cubra bastante. 
  • Restringir el tiempo que se permanece en el agua. En el caso de que se detecte una medusa, nunca hay que tocarla. Es bueno recordar que no todos los animales marinos tienen la capacidad de producir picaduras. 
  • Evitar nadar en aguas turbulentas y zonas en las que haya muchas medusas.
  • Mantenerse a distancia de estos animales marinos.
  • Estar lejos de las algas marinas, lugar en el que suelen anidar las medusas. 
  • Si no es posible evitar el contacto con la medusa, no tocarla con las manos desnudas. 

Los peligros de las picaduras de medusas son reales y están presentes en todas las partes del mundo. Afortunadamente, hay formas de reducir el riesgo de padecer estas picaduras. Si este verano te ha picado una medusa y te molestan los síntomas, lo mejor es que acudas a un médico para que compruebe si necesitas seguir un tratamiento específico. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y con precios muy competitivos.

Cómo tratar la piel seca o xerosis

La piel seca, también conocida como xerosis o sequedad cutánea, se refiere a la pérdida de la humedad de la superficie de la piel, causando síntomas como picazón, enrojecimiento, descamación, grietas, estrías y comezón.

La sequedad cutánea es una condición común y generalmente benigna que afecta a la mayoría de las personas en algún momento de su vida, especialmente durante los meses fríos. Además, es una condición común que se presenta en todas las edades, pero con mayor incidencia en los mayores de 65 años.

La falta de lluvias hace que el clima y el ambiente cada vez sean más secos, afectando también a la piel. Puede provocar molestias importantes si los síntomas permanecen sin tratar durante periodos prolongados de tiempo.

Causas de la xerosis cutánea o piel seca

La causa es multifactorial y su origen tiende a variar dependiendo de la persona afectada. Los principales factores desencadenantes están relacionados con:

  • Edad. Los cambios asociados con el envejecimiento limitan la capacidad de la piel para retener la humedad.
  • Deficiencias hormonales. Las alteraciones hormonales tienen un papel importante en el desarrollo de la xerosis cutánea. Las hormonas tienden a afectar la producción de sebo, lo que afecta la cantidad de humedad en la piel.
  • Exposición a productos químicos y agentes irritantes. Incluyen el lavado con jabones y detergentes, así como el uso de perfumes y cosméticos.
  • Algunas enfermedades sistémicas. Estarían el Síndrome de Sjögren y el Síndrome de Atopic. Otras enfermedades, como la diabetes o el hipotiroidismo, también se han relacionado con la piel seca.
  • Exposición al tabaco, fármacos y a otros irritantes ambientales.
  • Bajo nivel de hidratación.

Factores de riesgo de la piel seca

La prevalencia de la piel seca varía dependiendo de la ubicación geográfica, clima y edad. Diversos estudios realizados en todo el mundo han demostrado que:

  • Los adultos mayores son los más propensos a desarrollar sequedad cutánea.
  • La toma de medicamentos, como los corticosteroides, antidepresivos y fenitoína, también aumentan el riesgo de padecer xerosis.
  • La exposición crónica al sol puede ser un factor de riesgo importante.
  • Estrés emocional.

Diagnóstico de la sequedad cutánea

El diagnóstico de la piel seca debe contemplar una evaluación clínica completa, ya que el tratamiento depende de causas relacionadas con el estilo de vida de la persona y medicación. Esta evaluación incluye un interrogatorio detallado sobre el día a día de la persona y, además la observación de:

  • Identificación de otros síntomas.
  • Examen directo de la piel para detectar zonas secas o con descamación excesiva.
  • Inflamación de la epidermis.
  • Disminución del espesor de la capa córnea.
  • Pigmentación anormal.
  • Presencia de grietas o erupción cutánea.

El médico también puede recomendar la realización de una biopsia, que es un método eficaz para determinar la condición de la piel seca. Tanto el diagnóstico como el tratamiento deben estar dirigidos por un dermatólogo, ya que es el profesional más adecuado para diagnosticar y tratar los síntomas y para encontrar la solución a este problema común.

Síntomas de la sequedad cutánea

Los síntomas de la xerosis son esencialmente los mismos que los de otras afecciones cutáneas crónicas. Son particularmente notorios en climas fríos, pero pueden presentarse durante todo el año. Los más comunes incluyen:

  • Sensación de piel seca y tirante.
  • Descamación excesiva.
  • Enrojecimiento.
  • Hiperemia o incremento en la cantidad de sangre en una parte del cuerpo o en un órgano.
  • Picor de la piel.
  • Irritación. No se deben confundir con las ronchas o habones de la urticaria.
  • Prurito.
  • Erupciones cutáneas.

Estos síntomas pueden empeorar y desaparecer durante el transcurso del día, dependiendo del estado y la cantidad de la humedad en el ambiente.

Tratamiento de la piel seca

El tratamiento de la piel seca o xerosis cutánea generalmente implica tanto medicamentos tópicos como mejora de hábitos conducta. En la mayoría de los casos, los tratamientos tópicos son efectivos para tratar los síntomas relacionados con la sequedad cutánea. Los habituales incluyen ungüentos de crema, aceites, lociones, geles, limpiadores suaves, exfoliantes, bloqueadores solares y humectantes. Algunos ejemplos son aceites ricos en vitamina E, aceites de oliva, aceites de almendras dulces, ureas, lanolina, péptidos, hidroxiprolina, sales de magnesio, ceramidas y ácido hialurónico. Es importante que la utilización de estos productos se haga de forma exclusiva, ya que el uso simultáneo de diferentes cremas puede empeorar los síntomas y dificultar la recuperación. Deben aplicarse inmediatamente después del baño o ducha para prevenir la pérdida adicional de humedad.

Los tratamientos preventivos también son importantes e incluyen:

  • Evitar la exposición al sol y al aire frío y seco.
  • Abstenerse de lavarse con jabón y detergentes demasiado fuertes.
  • Usar aplicadores de maquillaje limpios y evitar las lociones perfumadas y otras sustancias irritantes.
  • Usar ropa holgada y delicada.
  • Limitar la duración del baño.

En algunos casos, puede ser necesario el uso de medicamentos orales. Estos fármacos pueden incluir isoflavonas, ácido ascórbico y omega 3. También se han descripto ciertos fármacos para mejorar la retención de humedad y la barrera cutánea.

Muchos estudios han demostrado efectos positivos del uso de alimentos ricos en ácidos grasos, así como el uso de sal marina. En algunas situaciones, los baños de urea pueden ser una alternativa útil.

Si bien el tratamiento de la sequedad cutánea no siempre es fácil, los esfuerzos en la prevención y el cuidado diario pueden ayudar a mejorar significativamente la salud cutánea y evitar el empeoramiento de los síntomas.

Si tienes la piel seca descamada e hiperreactiva, es posible que sufras xerosis. Esta afección cutánea afecta la producción natural de la materia grasa cutánea, lo cual provoca la pérdida gradual de agua y nutrientes clave para la salud de la piel. Si además te molesta con frecuencia te recomendamos que acudas al dermatólogo para trata esta afección. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles. Ahora puedes comprar una consulta de dermatología desde 26 euros.

¿Cada cuántos días debemos lavar el pelo y por qué?

¿Sabías que el cabello es la parte del cuerpo que se lava menos? Aunque el pelo acumula grasa y proteínas constantemente, eso no significa que haya que sentirse mal si no se limpia todos los días. De hecho, lavar el pelo demasiado a menudo puede causarle daño. Entonces, ¿cada cuánto debes lavarte el pelo? y ¿por qué es importante el lavado del cabello?

Su cuidado está evolucionando y cada día hay nuevas tendencias de salud y belleza que ayudan a mejorar la apariencia y la salud del pelo. La mayoría de las personas necesitan lavarlo una o dos veces a la semana para mantener un buen aspecto capilar. Esto garantiza que se mantenga sano, brillante y libre de la acumulación de grasa, polvo y cualquier otra sustancia perjudicial. Pero la cantidad de veces que hay que lavarse el cabello dependerá de la textura, el estilo y la edad.

Cómo hay que lavar el pelo

Cuando se trata de lavarse el cabello correctamente es importante mantener un enfoque en diversas rutinas. Esto significa no lavarse el cabello demasiado a menudo para evitar resecarlo y destruir sus aceites naturales. Según los especialistas, es recomendable que los adultos se laven el cabello dos veces por semana.

Durante el proceso de limpieza se debe enjuagar mucho. Esto ayuda a eliminar la suciedad y la acumulación de productos. También se recomienda usar un champú suave para no resecar excesivamente. Los que están hechos a base de sulfato tienen una mayor tendencia a resecar el cabello que los sin sulfato, por lo que estos últimos pueden ser una mejor opción para quienes desean mantener un cabello saludable y fuerte. Se recomienda también utilizar un acondicionador que sea compatible con el cabello para evitar la producción excesiva de aceite.

El lavado del cabello debe ser realizado con cuidado para evitar el aumento de las puntas abiertas y el encrespamiento. A diferencia de muchos especialistas, la American Academy of Dermatology sugiere que el cabello se debe cepillar desde la raíz para abajo hasta eliminar los nudos, y luego pasar al proceso de enjuague. Esta técnica ayuda a romper los nudos y distribuir el champú de manera uniforme en toda la longitud del cabello. Además, le da al cabello un aspecto más suave, saludable, liviano y sedoso.

Una vez que toda la suciedad ha sido removida, el pelo debe aclararse cuidadosamente con agua tibia para eliminar cualquier rastro de jabón y aplicar después el tratamiento con acondicionador necesario. Al final de esta rutina, es necesario enjuagar los residuos con agua tibia.

Beneficios de un buen lavado

El cabello puede verse más brillante y saludable con un buen lavado. Por eso es importante elegir el adecuado champú y acondicionador. Los beneficios de lavarse el pelo pueden ser los siguientes:

• Ayuda a prevenir la caspa. La acumulación en exceso de aceites en el cabello puede ser la causa de la producción de caspa. Lava tu cabello con regularidad para prevenirla.

Deshacerse de la suciedad. Es importante que sea removida de las hebras del cabello. Limpiar con regularidad ayuda a terminar con la suciedad que indeseablemente se acumula en el cabello.

Prevenir el daño del cabello.  Es importante, si el pelo es muy fino, lavarlo con menos frecuencia para que no se debilite y quiebre.

• Ayuda a mantener la humedad.

Fortalece el cabello.

Cabellos grasos y cabellos secos

Lavarse el cabello es una parte importante de la higiene personal y, según el tipo de pelo, sus necesidades de higiene varían. El cabello graso necesita lavarse con mayor frecuencia, mientras que el seco requiere menos lavado.

Cabello graso

El cabello graso necesita ser lavado con un producto específico cada dos o tres días. Para mantener el cabello graso saludable, hay que lavarlo con un jabón específico diseñado para cabellos grasos con un pH natural más alto, ya que los sulfatos contenidos en el jabón común pueden irritar la piel y provocar una producción aún mayor de aceites.

El cabello graso se siente sucio y puede apelmazarse con el tiempo, haciendo que se vea grasiento y desaliñado, por lo que es importante no esperar demasiado entre cada lavado.

Cabello seco

Algunos tipos de cabello necesitan menos frecuencia para ser lavados. Así, el cabello seco debe lavarse entre una y dos veces por semana. Es la mejor forma de mantener la producción natural de aceite en el cabello. De esta manera seayuda a mantener la humedad y previene el excesivo daño.

Los especialistas explican que un exceso de lavado puede provocar que el cabello esté más seco y susceptible a los daños como rotura y sensación eléctrica.

Los cabellos ondulados o rizados tienen una cutícula más áspera, lo que los hace más susceptibles a la sequedad. La Universidad de Carolina del Norte recomienda lavar este tipo de pelo cada uno o dos días, mientras que los cabellos lisos o finos tienen una cutícula más suave, así que incluso con frecuente lavado no se dañan tanto. Así, los cabellos lisos y finos se pueden lavar entre dos y cuatro veces por semana.

Lavar el cabello depende tanto del tipo como de la frecuencia, por lo que el mejor consejo es averiguar qué funciona mejor para cada persona y pelo.

Según la Academia Americana de Dermatología, se recomienda usar agua tibia, ya que el agua extremadamente caliente aumenta el riesgo de resecar el cabello y la piel. Asimismo, se aconseja aplicar un champú suave, por lo general uno diseñado para cabellos secos o dañados. Se deben evitar los contenidos de sulfato ya que esto puede resecar el cabello y una vez aplicado el champú, enjuagar.

Algunos consejos para el cuidado del cabello incluyen aplicar un acondicionador, echar un producto protector del calor si se usa secador de cabello y evitar peinados que utilicen calor excesivo como alisados y planchas.

Razones por las que no es bueno lavar el pelo todos los días

Aunque, como hemos comentado, depende del tipo de pelo, no se aconseja lavar el pelo todos los días por varios motivos. Los principales son:

  • Los productos de lavado del cabello a veces contienen productos químicos que pueden dañar el pelo, especialmente los cabellos finos, delgados o frágiles. El uso de productos con sulfatos puede privar los folículos de nutrientes necesarios para mantener el cabello saludable.
  • El exceso de limpieza también elimina la capa protectora natural sobre el cabello que ayuda a prevenir la rotura y daño. Así, los tratamientos térmicos como la plancha y el rizador, pueden ser difíciles de mantener sin una buena capa protectora.
  • Lavar el cabello con cierta frecuencia ayuda a mantener la humedad natural. Pero el exceso de humedad es una causa común de la acumulación de la grasa y la suciedad y también puede hacer que el cabello se desgaste e incluso enferme.
  • El cabello claro y fino en particular puede convertirse en áspero y encrespado, ya que se elimina la hidratación natural que mantiene el pelo flexible. A largo plazo, esto puede resultar en el encanecimiento prematuro y una destrucción de la resistencia de tus hebras del cabello.
  • Demasiado acondicionador y cepillado diario pueden llevar a la disminución de los niveles de proteínas del cabello, en la cantidad de cabello y en la densidad.
  • Resecar y dañar el cabello, lo que puede provocar la rotura.

Tipos de champús recomendados

En general, se recomienda el uso de productos sin sulfatos, parabenos y silicona, ya que estos elementos pueden dañar el cuero cabelludo y el cabello. Se deben usar productos específicos según el tipo de cabello, siendo los más recomendados los champús nutritivos, acondicionadores hidratantes, champús sin sulfatos, champús con aceite de coco o de argán, los champús suaves para bebés o los que contengan ingredientes naturales como aloe vera, extractos botánicos y aceites esenciales.

Además, es importante recordar que el champú debe ser elegido en función del cabello, no sólo por su precio o su packaging. Se debe tener en cuenta que:

  • Usar champú suave para ayudar a minimizar los efectos nocivos del producto químico sobre el cabello. Son productos hechos con ingredientes naturales y químicos menos agresivos. Son menos irritantes y ayudan a mantener el cabello húmedo y saludable.
  • Si tienes el cabello sin brillo y estropeado, es posible que desees buscar un champú especialmente diseñado para cabellos secos y dañados. Estos productos ayudan a fortalecer y restaurar el cabello que no está en buenas condiciones.

En resumen, ¿cuántas veces debe lavarse una persona el pelo? Pues depende en gran medida del tipo de cabello que uno tenga. El pelo sano y saludable generalmente necesita ser lavado una o dos veces por semana. Los productos de limpieza adecuados son esenciales y debe evitarse lavar el cabello demasiado a menudo para no dañarlo. Asimismo, es importante buscar unos productos específicos para mantener tu cabello saludable y lucirte bien.

Si necesitas ayuda con la higiene de tu pelo o se cae más de normal te recomendamos que acudas a un dermatólogo para que te aconseje lo mejor posible. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte. Puedes comprar una consulta de dermatología desde 26 euros, eligiendo entre mas de 4000 clínicas y hospitales en toda España.

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