Apendicitis: qué es, causas y síntomas

¿Qué es la apendicitis?

La apendicitis es una inflamación del apéndice, un pequeño órgano en forma de tubo localizado en la parte inferior derecha del abdomen. Se desconoce para qué sirve el apéndice, ya que no tiene ninguna función conocida. Cuando se inflama, se manifiesta a través de síntomas como dolor abdominal, fiebre y pérdida de apetito, pudiendo importantes problemas de salud y requerir tratamiento médico urgente.

Esta afección es bastante común y la padecen personas de todas las edades. Aunque puede presentarse en cualquier momento, es más frecuente en la población que tiene entre 10 y 30 años, siendo habitual la apendicitis en niños. La inflamación del apéndice puede ser causada por diferentes factores, por lo que conocer qué lo ha producido y los primeros síntomas de la apendicitis es crucial para buscar ayuda médica inmediata.

Causas de la apendicitis

La causa más frecuente es una obstrucción del apéndice, lo que provoca que las bacterias presentes en el órgano se multipliquen rápidamente, desencadenando una inflamación. Algunas de las causas más comunes de esta obstrucción son:

  • Acumulación de materia fecal. El depósito excesivo de materia fecal puede bloquear la abertura del apéndice, lo que lleva a la inflamación. Esta obstrucción puede ser causada por una dieta baja en fibra, lo que provoca que las heces sean duras y difíciles de pasar.
  • Infecciones.  Las producidas en el tracto gastrointestinal, como la gastroenteritis, pueden extenderse al apéndice, causando inflamación. Las bacterias pueden invadir el órgano y multiplicarse rápidamente, causando una inflamación. Esta infección puede ser el resultado de diversas bacterias, incluyendo Escherichia coli (E. coli), Enterobacter y Streptococcus.
  • Cuerpos extraños. A veces objetos extraños, como semillas o pequeños trozos de hueso, pueden quedar atrapados en el apéndice, lo que lleva a su obstrucción. Estos cuerpos extraños actúan como un punto de partida para la proliferación bacteriana, lo que finalmente conduce a la inflamación.
  • Enfermedades inflamatorias. Algunas patologías inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, pueden aumentar el riesgo de desarrollar inflamación del apéndice. Estas condiciones provocan inflamación en el revestimiento del intestino y pueden extenderse al apéndice.

Existen factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, como la genética, la obesidad y un sistema inmunológico debilitado.

Síntomas de la apendicitis

Los síntomas de la apendicitis en adultos son iguales que las de los niños.  Pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:

  • Dolor abdominal. Reconocer dónde duele la apendicitis puede ayudar a identificar esta inflamación. El dolor generalmente comienza alrededor del ombligo y luego se desplaza hacia el lado derecho del abdomen. A medida que avanza, puede volverse más agudo e intenso.
  • Náuseas y vómitos. Estos síntomas suelen aparecer después del inicio del dolor abdominal.
  • Pérdida de apetito. La persona afectada puede sentirse demasiado enferma para comer.
  • Fiebre. A medida que la infección progresa, puede provocar fiebre. Esta puede ser una ligera elevación de la temperatura o una fiebre alta.
  • Dolor al presionar el abdomen. Al aplicar presión en el abdomen, especialmente en el área del apéndice, la persona puede sentir un dolor intenso.
  • Cambios en los movimientos intestinales. Algunas personas pueden experimentar diarrea o estreñimiento como resultado de la apendicitis.

Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar y no todas las personas experimentan los mismos síntomas. Además, en algunos casos, pueden ser más sutiles y difíciles de identificar, lo que puede llevar a un retraso en el diagnóstico y tratamiento.

Diagnóstico de la apendicitis

Es importante identificar a tiempo esta afección ya que, si no se trata adecuadamente, puede llevar a complicaciones graves, como la perforación del apéndice y la infección generalizada.

Existen varios métodos utilizados por los médicos para diagnosticarla. El primero es la evaluación de los síntomas. Los síntomas más frecuentes incluyen dolor abdominal en la parte inferior derecha, náuseas, vómitos y fiebre. Sin embargo, estos síntomas también pueden estar asociados con otras enfermedades, lo que dificulta el diagnóstico preciso. Por lo tanto, los médicos suelen realizar pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.

Una de las más utilizadas es la exploración física. El médico examina el abdomen para detectar sensibilidad y rigidez. También puede usar técnicas de palpación para evaluar la gravedad del dolor y detectar cualquier masa en el área. Sin embargo, esta prueba por sí sola no es suficiente para confirmar la apendicitis, ya que también puede haber dolor en otras partes del abdomen.

Por eso los médicos suelen solicitar pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y orina. Estos análisis pueden mostrar signos de infección, como un aumento en el conteo de glóbulos blancos.

Una de las pruebas más comunes para confirmar la apendicitis es la ecografía abdominal. Se examina específicamente el apéndice en busca de signos de inflamación, como un aumento en su tamaño y la presencia de líquido alrededor de él. La ecografía es una prueba segura y no invasiva, que proporciona una imagen clara del apéndice, facilitando el diagnóstico.

En algunos casos, los médicos también pueden ordenar una tomografía computarizada (TC) del abdomen. La TC es una prueba más avanzada que utiliza rayos X y una computadora para producir imágenes transversales del abdomen. Puede ofrecer una visión más detallada del apéndice y ayudar a descartar otras enfermedades. Sin embargo, expone al paciente a radiación, por lo que solo se realiza si es absolutamente necesario.

Tratamiento de la apendicitis

El tratamiento se basa en la extirpación quirúrgica del apéndice inflamado, conocida como apendicectomía. Esta intervención suele realizarse de manera urgente, ya que, si se deja sin tratar, puede dar lugar a complicaciones graves, como la perforación del apéndice y la propagación de infecciones en el abdomen.

Existen dos enfoques principales para la realización de una apendicectomía: la cirugía abierta y la cirugía laparoscópica.

Cirugía abierta de apéndice

Es la técnica tradicional que implica realizar una incisión en el abdomen para acceder al apéndice inflamado y extirparlo. Aunque cada vez se utiliza menos, en algunos casos la cirugía abierta puede resultar más adecuada. Por ejemplo, si se sospecha que el apéndice está perforado o si hay complicaciones adicionales, como abscesos o infecciones extendidas, puede ser necesario realizar una apendicectomía abierta para garantizar una adecuada eliminación de la infección y un control preciso de la situación.

En esta intervención quirúrgica se calcula que el tiempo de hospitalización está entre los 3 y 5 días.

Cirugía laparoscópica de apéndice

La cirugía laparoscópica utiliza una serie de pequeñas incisiones a través de las cuales se introducen instrumentos quirúrgicos y una cámara para realizar la intervención. Según varios estudios clínicos, ofrece numerosas ventajas en comparación con la cirugía abierta. Por un lado, la recuperación postoperatoria es más rápida, ya que las incisiones son más pequeñas y requieren menos tiempo de cicatrización. Además, esta técnica suele estar asociada con menos dolor postoperatorio y menor riesgo de infección.

En términos de hospitalización, la apendicectomía laparoscópica suele requerir una estancia hospitalaria más corta que la cirugía abierta. En la mayoría de los casos, los pacientes sometidos a una apendicectomía laparoscópica pueden ser dados de alta en un plazo de 24 a 48 horas,

Una vez realizada la apendicectomía, los pacientes suelen experimentar una recuperación completa en un período de tiempo relativamente corto. Sin embargo, durante el proceso de recuperación, se recomienda evitar actividades físicas intensas y cargar pesos pesados para permitir una adecuada cicatrización de las incisiones.

Complicaciones y consecuencias de la apendicitis

Si la apendicitis no se trata rápidamente, puede tener complicaciones y consecuencias graves. Las principales son:

  • Perforación del apéndice. Si la inflamación no se trata a tiempo, el apéndice puede romperse, liberando bacterias y material fecal en la cavidad abdominal. Esto puede dar lugar a peritonitis, una inflamación severa del revestimiento del abdomen.
  • Absceso. Cuando el apéndice se perfora, puede formarse un absceso en la cavidad abdominal. Es una acumulación de pus que puede causar dolor intenso y requerir drenaje mediante procedimientos quirúrgicos.
  • Infección generalizada (sepsis). En casos graves de apendicitis no tratada, la infección puede diseminarse a través del torrente sanguíneo, dando lugar a una condición potencialmente mortal conocida como sepsis. La sepsis es una respuesta inflamatoria sistémica del cuerpo a una infección.
  • Peritonitis. La perforación del apéndice puede llevar a la peritonitis, una inflamación del peritoneo, que es el revestimiento de la cavidad abdominal. La peritonitis es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.
  • Obstrucción intestinal. En algunos casos, puede provocar la formación de tejido cicatricial alrededor del área inflamada, lo que puede llevar a una obstrucción intestinal.
  • Formación de adherencias. Después de una cirugía para tratar la apendicitis, pueden formarse adherencias, que son bandas de tejido cicatricial que conectan órganos entre sí. Las adherencias pueden causar obstrucciones intestinales en el futuro.

Peritonitis

La peritonitis es una inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal y los órganos internos. Los síntomas de la peritonitis incluyen:

  • Dolor abdominal intenso.
  • Fiebre alta.
  • Distensión abdominal.
  • Sensibilidad al tacto.
  • Dificultad para moverse.

Causas de la peritonitis

Las principales causas son:

  • Infección bacteriana o micótica. Pueden ocurrir cuando las bacterias ingresan a la cavidad abdominal a través de una perforación en el tracto gastrointestinal, como en casos de apendicitis, diverticulitis o perforación intestinal. Las infecciones micóticas también pueden desencadenar peritonitis, aunque son menos frecuentes. En pacientes inmunocomprometidos, como aquellos con VIH o en tratamiento con esteroides, los hongos pueden causar infecciones peritoneales.
  • Perforación de órganos abdominales. Una perforación en el estómago, intestino delgado, colon o apéndice puede llevar a la filtración de contenido gastrointestinal y bacterias al peritoneo, desencadenando una respuesta inflamatoria.
  • Complicaciones postoperatorias. Después de cirugías abdominales, especialmente aquellas que implican el tracto gastrointestinal, existe el riesgo de desarrollar peritonitis si hay una fuga de contenido intestinal hacia la cavidad abdominal.
  • Pancreatitis. La pancreatitis aguda, una inflamación del páncreas puede llevar a la liberación de enzimas pancreáticas y fluidos inflamatorios en la cavidad abdominal, causando peritonitis.
  • Enfermedades inflamatorias intestinales. En condiciones como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, la inflamación crónica del tracto gastrointestinal puede aumentar el riesgo de perforaciones intestinales y, por lo tanto, de peritonitis.
  • Traumatismos abdominales. Lesiones graves, como heridas de arma blanca o de fuego, accidentes automovilísticos o caídas, pueden resultar en daño a los órganos internos y provocar peritonitis.
  • Diálisis peritoneal. En algunos casos, la peritonitis puede ocurrir como complicación de la diálisis peritoneal, un método de tratamiento para la insuficiencia renal en el que se utiliza la membrana peritoneal como filtro.

Tratamiento de la peritonitis

La peritonitis es una emergencia médica que requiere atención inmediata. El tratamiento implica antibióticos para combatir la infección, así como intervenciones quirúrgicas para corregir la causa subyacente, como reparar perforaciones o drenar abscesos. En algunos casos, puede ser necesario realizar más de una operación de peritonitis para limpiar la cavidad abdominal de la infección.

Si crees que puedes tener apendicitis debes acudir a un médico lo antes posible para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. No ignorar los síntomas y buscar atención médica oportuna puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y complicaciones graves. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a unos precios muy asequibles.

Qué es la cirugía de Whipple y en qué casos se realiza

La cirugía Whipple, conocida como duodenopancreatectomía, es un procedimiento quirúrgico complejo que involucra la extracción de la cabeza del páncreas, el duodeno, la bilis y parte del estómago. Fue descrita por primera vez por Allen Whipple en 1935 y ahora se utiliza en una gran variedad de enfermedades como el cáncer de páncreas o de vesícula biliar, entre otros.

La cirugía de Whipple es un procedimiento de alto riesgo que requiere gran experiencia de los cirujanos, así como un trabajo en equipo entre varias disciplinas clínicas. Está asociada con una amplia variedad de riesgos, ventajas y complicaciones. 

En qué consiste la cirugía de Whipple 

La cirugía de Whipple es una intervención multi estadio, compleja y de alto riesgo que conlleva la extracción de la parte superior de la capa externa del páncreas, el duodeno, la vesícula biliar y una sección del estómago. Además, el lóbulo delantero del hígado y los ganglios linfáticos que se encuentran cerca del lugar de la incisión pueden ser removidos para evaluar los signos de propagación del cáncer. 

Es un tipo de cirugía que se utiliza para tratar el cáncer de páncreas y no para otras patologías de este órgano como la pancreatitis aguda o crónica que, aunque son molestas, no son tan graves. Consiste en remover una parte del páncreas, la cabeza, así como algunos otros órganos cercanos para detener su propagación. Aunque a menudo no puede curar la enfermedad, la intervención puede proporcionar un alivio significativo de los síntomas, mejorar la calidad de vida y alargar la supervivencia de un paciente.

La cirugía de Whipple o pancreaticoduodenectomía, se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de entre 4 y 6 horas

Los mismos pasos y tejidos removidos varían según la localización del cáncer y el tamaño del tumor, por lo que es frecuente que el cirujano hable con el paciente en detalle para poder determinar la extensión de la intervención. 

Después de la eliminación de los tejidos, el cirujano cierra la incisión cambiando el movimiento del contenido estomacal en el intestino delgado, conocido como repliegue entero entérico, con el fin de restaurar la absorción de los alimentos

Esta operación requiere una hospitalización prolongada para controlar los síntomas postoperatorios y permitir una recuperación adecuada.

Cómo prepararse antes de la cirugía de Whipple

La operación de Whipple ofrece numerosos beneficios, pero también conlleva algunos riesgos. Por eso se recomienda que los pacientes se preparen adecuadamente antes del procedimiento para minimizar estos riesgos.

Antes de la cirugía, el médico debe aconsejar al paciente sobre cualquier prueba o examen previos y sobre la preparación necesaria. Esto incluye exploraciones como tomografía computarizada abdominal, tomografía por emisión de positrones y pruebas de biopsia. Estos exámenes ayudarán al cirujano a comprender mejor el estado del paciente antes del procedimiento. 

El paciente, por su parte, debe ser honesto con el médico, contar sus antecedentes de salud y evitar tomar alcohol. 

Tipos de cirugía con los que se puede realizar este procedimiento 

Existen varios tipos de cirugía de Whipple. Estos incluyen: 

  • Cirugía abierta. Es el método más comúnmente utilizado. Se realiza una incisión de gran tamaño en el abdomen para acceder a los órganos afectados para su extirpación. Es muy eficaz para diagnosticar y tratar una amplia gama de enfermedades.
  • Cirugía laparoscópica. En lugar de una sola incisión grande, aquí se llevan a cabo varias pequeñas incisiones para permitir el acceso a los órganos afectados. Las ventajas de esta intervención incluyen una recuperación más rápida, una menor pérdida de tejidos y menos dolor.
  • Cirugía robótica. Es el último enfoque. Esta técnica utiliza un brazo robótico para realizar cortes diminutos en el abdomen. Su uso permite a los cirujanos una mejor visibilidad y precisión para su mejor manejo y minimiza el sangrado en la zona de la cirugía.

El método de cirugía que se elija para la cirugía dependerá de la experiencia del cirujano, los procedimientos adicionales que sean necesarios y la condición del paciente. 

En qué enfermedades o problemas se aplica o se recomienda 

La cirugía de Whipple se recomienda principalmente para el tratamiento de

  • Cáncer de páncreas. Se utiliza para retirar el tumor y parte del estómago, el duodeno, el páncreas y la vesícula biliar. Se recomienda para extirpar tumores pancreáticos como tratamiento curativo.
  • Cáncer de vesícula biliar
  • Tumores benignos. Se recomienda para aquellos que no pueden eliminarse de manera oral, como los quistes pancreáticos.
  • Cáncer debido al abuso crónico de alcohol
  • Pancreatitis crónica
  • Cáncer de intestino delgado.
  • Cáncer ampular. 

También se usa como opción para reducir el tamaño de un tumor antes de la cirugía, cuando se utilizan otros tratamientos, como la radioterapia.  

Riesgos y ventajas de la cirugía

La cirugía de Whipple es una intervención complicada que muchas veces implica una intervención abierta. Por eso es importante conocer los riesgos y las ventajas. 

Riesgos o complicaciones de la intervención

La cirugía de Whipple se ha convertido en un tratamiento muy prometedor para diversos problemas de salud, como el cáncer de páncreas. Si bien esta cirugía ha demostrado ser una herramienta efectiva, hay que tener en cuenta sus posibles complicaciones. Algunas de ellas son: 

  • Infección postoperatoria. 
  • Lesión de los órganos (páncreas, duodeno…). 
  • Dolor. 
  • Hemorragia interna. 
  • Desnutrición. Resultados deficientes que provocan dificultades temporales para comer.  
  • Colecciones pélvicas. 
  • Complicaciones respiratorias. 
  • Reacciones alérgicas a los medicamentos o anestesia. 

Los efectos secundarios más comunes de esta operación son dolor abdominal, náuseas, debilidad, diarrea y cambios en el gusto. En este sentido puede ocurrir que los pacientes necesiten medicarse para controlar los síntomas o para prevenir las infecciones. Por ejemplo, la diarrea aparece cuando después de la cirugía el páncreas no produce una cantidad suficiente de enzimas digestivas. 

Asimismo, existe el riesgo de desarrollar una diabetes tras esta cirugía y de necesitar tratamiento insulínico de por vida, si el páncreas no produce una cantidad suficiente de insulina. 

Beneficios de la cirugía

En la mayoría de los casos esta cirugía conlleva muchos beneficios asociados, ya que es el único tratamiento que puede aumentar la supervivencia e intentar la cura de la mayoría de estos tumores. Entre los beneficios se incluyen: 

  • Disminución del dolor. 
  • Mejora del funcionamiento del tracto digestivo. 
  • Prevención de la progresión del cáncer. Ayuda a evitar que el tumor se disemine por el torrente sanguíneo.
  • Alivio de los síntomas. 
  • Mejora de la calidad de vida. 

Cómo es la recuperación de esta cirugía

La recuperación de la duodenopancreatectomía puede ser difícil y extenderse durante semanas o meses, aunque lo habitual es que lleve aproximadamente de 4 a 6 semanas. Los pacientes tienen que permanecer en el hospital durante varios días después de la cirugía. 

Una vez en casa debe descansar, procurar no salir y abstenerse de realizar actividades físicas moderadas durante ese tiempo

Asimismo, en ese periodo puede experimentar dificultades digestivas, como diarrea o vómitos. Además, pueden sufrir alguna pérdida de peso, por tener las necesidades nutricionales cambiadas. 

Tasa de supervivencia y afectación a la calidad de vida 

La tasa de supervivencia de la duodenopancreatectomía a largo plazo es aproximadamente del 60% a 5 años. Estudios recientes han demostrado que después de esta cirugía se observa una mejora significativa en la calidad de vida, al aumentar la esperanza de vida tras  Whipple. Esto incluye un mejor autocuidado, vida social y satisfacción con el tratamiento. 

Qué se puede comer y qué no tras la intervención 

Debido a los efectos de la técnica de Whipple, los pacientes deben evitar comer alimentos ricos en grasas y ácidos. Estos incluyen: 

  • Carnes rojas. 
  • Marisco. 
  • Algunos tipos de pescado. 
  • Frituras. 
  •  Helados. 
  • Refrescos. 
  • Productos lácteos pasteurizados. 

Los pacientes también deben evitar tomar frutos secos y algunos tipos de verduras

Por el contrario, deben comer alimentos ricos en proteínas y fibras para ayudar con la recuperación. Estos incluyen: 

  • Verduras. 
  • Frutas. 
  • Granos enteros. 
  • Carnes blancas. 
  • Pescados. 

Se recomienda que los pacientes coman alimentos bajos en grasas y calorías

Cuanto esta cirugía se realiza correctamente los pacientes pueden esperar una mejoría significativa de sus síntomas, así como un aumento en la supervivencia y la calidad de vida.

Si tienes que someterte a una cirugía de Whipple lo recomendable es que te pongas en las mejores manos. En SaludOnNet tenemos cirujanos con mucha experiencia que te indicarán cuál es la mejor opción para tu caso. Ahora puedes comprar una consulta de cirugía desde 25 euros, sin esperas y con un trato personalizado. 

Qué es una toracotomía: indicaciones, tipos y riesgos

¿Qué es una Toracotomía? Es una cirugía mayor en la que se realiza una incisión en el tórax para permitir el acceso a los órganos que se encuentran en la cavidad torácica. Esta operación se puede llevar a cabo para tratar afecciones que afectan los órganos dentro del tórax, como el corazón, los pulmones, el esófago y los vasos sanguíneos, entre otros. La cirugía también se usa para diagnosticar, tratar y prevenir problemas del tórax. 

Indicaciones de la toracotomía

La toracotomía se realiza con anestesia general. Se abre el tórax para proporcionar mejor acceso a los órganos y tomar muestras de tejido para su respectiva biopsia. Esta intervención se usa principalmente para identificar y tratar problemas pulmonares que no pueden solucionarse con otros procedimientos no invasivos o cuando los resultados de estos son poco convincentes.

Las indicaciones más comunes de una toracotomía son: 

  • Resección y/o biopsia de tejido pulmonar. Son procedimientos quirúrgicos que involucran extraer una parte del tejido pulmonar.
  • Cirugía resectiva para el tratamiento de tumores, como el cáncer de pulmón. Tanto la lobulectomía como la neumonectomía se realizan con mayor frecuencia para tratar el cáncer de pulmón.
  • Intervenciones torácicas para los procedimientos de reemplazo de la válvula cardíaca o reemplazo de la caja torácica por dispositivos mecánicos. 
  • Acceso para cirugías cardiacas como cirugías del corazón abierto. 
  • Resección parasitaria del pulmón. Es un método para eliminar los quistes y/o larvas de parásitos que se han alojado en los pulmones. 
  • Acceso para la abolición de colecciones pleurales (líquidos) mediante drenaje. 
  •  Drenaje de abscesos pulmonares. 
  • Reparación de hernias diafragmáticas
  • Tratamiento y/o biopsia de patologías torácicas. 
  • Diagnóstico de patologías traumáticas agudas del aparato respiratorio.
  • Implante de marcapasos
  • Reemplazo de válvulas cardíacas.
  • Algunos procedimientos de diagnóstico o tratamiento de patologías torácicas pediátricas. 

También se realiza para aliviar el dolor y/o la presión en la zona del pecho. Así, una toracotomía puede ser útil para facilitar los procedimientos necesarios para, en la reparación de heridas en el tórax, debido a lesiones o condiciones médicas. 

Los cirujanos torácicos son los responsables de realizar esta intervención. Estos cirujanos tienen capacitación especializada en el tratamiento de problemas y condiciones médicas relacionadas con el tórax. 

Tipos de toracotomía según su extensión

Existen varios tipos de toracotomía según la situación del paciente. Cada una de estas técnicas quirúrgicas tiene sus indicaciones y aplicaciones específicas.

  • Toracotomía parcial. Se realiza cuando el cirujano necesita acceder al pulmón y/o al corazón, pero está limitado por la forma del tórax. Esta técnica se suele utilizar en el tratamiento de lesiones traumáticas, infecciones, neoplasias y para colocar algunos dispositivos médicos
  • Toracotomía completa. Con ella se accede a los órganos del tórax y se pueden realizar diversos procedimientos, como una cirugía principal o la preparación para un procedimiento pequeño, como una biopsia. Se emplea frecuentemente en casos de traumatismos, neumonías graves, para la extracción de cuerpos extraños o incluso para realizar una resección pulmonar.
  • Toracotomía abierta. Se utiliza cuando el acceso al tórax es limitado. En este caso, los cirujanos pueden establecer unas incisiones más grandes en el pecho (incisión vertical larga en el lado izquierdo del tórax) para tener mejor acceso y mayor visualización de los órganos internos. Esta técnica se utiliza principalmente para las neumonías, así como para la extracción de líquido y algunas lesiones tumorales. Es segura y los resultados a largo plazo son buenos.
  • Toracotomía limitada. Se refiere a un tipo de incisión quirúrgica más pequeña que se puede realizar en el tórax de los pacientes en situaciones clínicas donde la cirugía abierta no es necesaria o no es recomendable. Esta técnica se emplea normalmente para extirpar tumores o lesiones localizadas, así como para realizar algunos procedimientos de biopsias

Tipos de toracotomía según su abordaje

Se puede clasificar en función de la ubicación de la incisión, el lugar en el que se realiza la intervención. Cada tipo se lleva a cabo en una ubicación diferente, dependiendo de la cirugía que se esté realizando.

  • Toracotomía anterolateral. Se realiza en el tercio medio del intercostal entre el 4to y el 6to, o entre el 5to y el 7mo espacio costal.
  • Toracotomía medial. Se realiza en el hemidiafragma.
  • Toracotomía posterolateral. Es un tipo de cirugía en la que se realiza una incisión en la parte posterior y lateral del tórax. Esto permite al cirujano acceder a los órganos del tórax y realizar procedimientos como la extracción de fluido pleural, la biopsia de los órganos, la extracción de tumores, la extracción de nódulos, etc. La toracotomía posterolateral puede ser parcial o completa y generalmente es abierta o limitada, dependiendo de la extensión de la manipulación quirúrgica necesaria. Se realiza a través del sexto espacio intercostal a lo largo del borde inferior de la escápula.
  • Toracotomía axilar. Se realiza entre el 2do y el 4to espacio intercostal en la axila.
  • Toracotomía de clavícula. Se coloca tangencialmente al sexto espacio intercostal, por la línea media, desde la línea axilar anterior hasta un tercio medio del pliegue del borde lateral de la clavícula. 
  • Toracotomía de columna vertebral. Se realiza en el borde anterior vertebral, desde el 5to espacio intercostal hasta los bordes laterales de las apófisis transversas. en base a qué se ha hecho esta clasificación
  • Toracotomía pulmonar. Es un tipo de cirugía que se realiza para diferentes enfermedades pulmonares, como la neumonía o el enfisema. Esta cirugía incluye la remoción de partes del pulmón afectado y la reparación de la salida del aire. Puede incluir otras técnicas, como la neumonectomía, en la que se remueve todo el pulmón, o la toracoplastía, en la que se cierra la cavidad torácica abierta para sellar la herida. La toracotomía pulmonar se usa para el tratamiento quirúrgico de algunas enfermedades pulmonares, como el cáncer de pulmón, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la tuberculosis.

Usos médicos de la toracotomía

Existen diferentes usos de la toracotomía, en función de los objetivos principales de la cirugía. Hablamos de descompresión, exploración diagnóstica, terapéutica o de drenaje.

  • Descompresión. Esta técnica se usa principalmente para aliviar la presión en el interior del tórax y permitir la restauración de la circulación sanguínea adecuada. Se realiza para tratar enfermedades y afecciones cardíacas, pulmonares, vasculares y torácicas.
  • Exploratoria. Se utiliza para evaluar la presencia de problemas de salud de los pulmones, el corazón y el tórax. También se usa para extraer una muestra de tejido para realizar pruebas y tratamientos complementarios. 
  • Terapéutica. Esta técnica se usa para el tratamiento de condiciones como cáncer de pulmón, hemotórax (acumulación de líquido en el tórax) y neumonía. La cirugía consiste en la remoción de una parte de los pulmones para tratar y curar la condición.
  • Toracotomía para drenaje. Esta técnica se usa para drenar líquido acumulado dentro del tórax. El líquido se succiona mediante una sonda para ayudar a aliviar la presión dentro del tórax y restaurar el funcionamiento normal de los órganos.

Toracotomía: técnica quirúrgica 

Una toracotomía es un procedimiento quirúrgico en el que se practica una incisión en el tórax para acceder a los órganos del tórax como el corazón, el pulmón o el hígado. Puede llevarse a cabo con el fin de realizar procedimientos quirúrgicos complejos, reparar lesiones o tomar biopsias. Abarca una amplia gama de procedimientos, desde cirugías menores hasta procedimientos más grandes. 

La incisión se realiza generalmente en el lado izquierdo del pecho para permitir al cirujano tener acceso a los órganos internos.

  • En el caso de una cirugía menor, el médico realizará una incisión corta en el tórax para extirpar un tumor pequeño o un órgano dañado. 
  • Para los procedimientos más complejos, el cirujano realizará una incisión significativamente más grande para extraer el órgano afectado, realizar reconstrucciones y fijaciones complejas de diversos tejidos, coser una herida grande, y así sucesivamente. 

Durante la operación, también se pueden realizar procedimientos como la aplicación de stents o el posicionamiento de tubos o sondas, dependiendo de la naturaleza del problema a tratar. 

La cirugía de toracotomía es un duro proceso tanto para el cirujano como para el paciente. Los cirujanos deben operar con sumo cuidado y habilidad para asegurar que el procedimiento sea exitoso. El paciente debe ser consciente de los riesgos y complicaciones que conlleva una operación de esta naturaleza, ya que cada caso es diferente y es importante seguir el buen consejo de un médico profesional.

Toracotomía: recuperación y postoperatorio

Después de una cirugía de toracotomía, el paciente permanecerá en la unidad de cuidados intensivos por un período de tiempo, dependiendo de la naturaleza de la operación practicada. Existen algunos síntomas típicos como el dolor, la fatiga, la tos, la inflamación y la falta de aliento, los cuales durarán entre semanas y meses.

El proceso de recuperación después de una toracotomía va a depender del tipo de cirugía y el estado de salud del paciente. En general, los pacientes deben esperar entre una y dos semanas antes de volver a sus actividades normales. Puede incluir: 

  • Descansar el área de la incisión. 
  • Reducir el nivel de actividad física. 
  • Hacer ejercicios para mantener el movimiento de la articulación torácica. 
  • Prevenir la infección. 

La toracotomía debe realizarse con precaución, ya que puede comportar diversos riesgos para la salud. Los principales son: 

Riesgos de la toracotomía

  • Daño en los órganos internos, ya que el área alrededor del tórax es muy delicada y pueden surgir complicaciones durante el procedimiento quirúrgico. El cirujano debe tener precaución para evitar dañar o perforar órganos vitales como el corazón, los pulmones, el esófago y los vasos sanguíneos. 
  • Hemorragias.
  • Infecciones, ya que el tórax suele estar lleno de bacterias. El cirujano necesita tener cuidado al manipular los órganos para evitar el desarrollo de infecciones que pueden ser graves. 
  • Neumonía de inmovilización después de la cirugía. El paciente está inmovilizado durante el procedimiento, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una neumonía en los pulmones. 
  • Neumotórax o fuga persistente de aire al interior de la cavidad pleural. 
  • Asociadas con el anestésico. Si se administra de manera inadecuada o el paciente tiene problemas médicos subyacentes, esto podría contribuir a una reacción adversa al anestésico, lo que podría ser una amenaza importante para la salud. 

Se recomienda que los pacientes hablen con sus médicos sobre los potenciales riesgos y beneficios de este procedimiento antes de someterse a esta cirugía. En SaludOnNet contamos con cirujanos dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy competitivos. Con nosotros puedes comprar una consulta de Cirugía General desde 25 euros. Elige entre más de 4.000 clínicas y hospitales, y ahórrate las listas de espera aunque no tengas seguro médico.

¿En qué consiste la anestesia epidural?

La anestesia epidural es un tipo de anestesia local en la que se administra un sedante en el espacio epidural para generar un bloqueo del estímulo vegetativo, sensitivo y motor. Se puede colocar un catéter en la zona para ir administrando los fármacos y graduar la dosis utilizada.

Así, esta técnica, usada desde principios del siglo XX, se utiliza para diferentes procedimientos. Los principales son:

  • Analgesia obstétrica en los trabajos de parto o cesárea.
  • Combinada con anestesia general.
  • En la cirugía abdominal infraumbilical, pélvica y de extremidades inferiores.
  • En el tratamiento crónico o postoperatorio del dolor.

Tipos de anestesia local

La anestesia local, a diferencia de la anestesia general, actúa durmiendo solo una pequeña parte del cuerpo. Así pues, con la anestesia local el paciente está despierto, aunque a veces se utiliza alguna sedación. Actualmente existen diferentes tipos de anestesia local, que se usan en procesos ambulatorios por su corta duración. Las principales son:  

  • Local: afecta a una zona muy reducida del cuerpo.
    • Superficial o tópica. Se aplica en las mucosas o la piel parta bloquear las terminaciones nerviosas de la zona.
    • Infiltrativa. Se inyecta en el tejido subcutáneo y bloquea la conducción nerviosa.
  • Regional: Afecta a una región concreta (brazos, piernas… etc).
    • Troncular. Es una inyección próxima a los plexos nerviosos que provoca la pérdida de la sensibilidad.
    • Raquídea o espinal. Inyección en el espacio subaracnoideo lumbar. Se produce un bloqueo motor, sensitivo y neurovegetativo.
    • Epidural o peridural. Se inyecta en el espacio epidural de la región lumbar y se produce un bloqueo de la conducción motora y neurovegetativa.

Administración de la anestesia epidural

Para inyectar la anestesia epidural el médico posiciona al paciente de dos formas posibles.

  • Decúbito lateral izquierdo. Se utiliza en mujeres embarazadas para disminuir la hipotensión por vasodilatación que se produce ante el bloqueo.
  • Sedestación. Posición en la que el paciente permanece sentado. Se recomienda que pegue la cabeza al pecho y que saque la espalda, manteniendo los hombros relajados.

Los anestesistas suelen poner la anestesia epidural en la L3/L4, a nivel de las crestas ilíacas. En algunos casos pueden utilizarse niveles torácicos e incluso cervicales en algunas cirugías.

Al respecto, los anestesistas usan en la epidural un equipo de trabajo específico. Consiste en:

  • Una aguja de Touhy de 18G. Es larga y hueca y curvada en su punta.
  • Un catéter multiperforado.
  • Una jeringa de pérdida de resistencia.
  • Un filtro
  • Un sistema de sujeción.
  • Anestésicos locales.

A medida que se va introduciendo la aguja se hace presión con la jeringa cada medio cm hasta llegar al espacio epidural. Así pues, el médico reconoce que ha llegado al espacio epidural cuando se pierde la resistencia.

Diferentes técnicas para la anestesia epidural

Existen diferentes técnicas que se utilizan para inyectar la anestesia epidural. Las principales son:

  • Pérdida de resistencia, con aire o suero fisiológico en una jeringa. Es la más utilizada y consiste en la pérdida de resistencia del émbolo de la jeringa, una vez se atraviesa el ligamento amarillo, por la presión negativa del espacio epidural.
  • Técnica de gota pendiente. Consiste en dejar una gota de suero pendiendo de la aguja de Touhy e ir avanzando. Así, cuando el médico llega al espacio epidural la presión negativa de este aspira la gota hacia dentro de la aguja.

Complicaciones en la anestesia epidural

Aunque este tipo de anestesia se utiliza a menudo y con éxito, existen algunas complicaciones que pueden aparecer. Por eso, para que no ocurra nada, se utilizan algunas medidas de seguridad como la prueba de aspiración, en la que se aspiran entre 2 y 3 cc con una jeringa y se comprueba que no sale aire, sangre o líquido cefalorraquídeo. También se puede realizar una dosis de prueba o administrar de forma fraccionada el anestésico.

Las principales complicaciones son:

  • Cefalea post punción. Se produce por la salida continua de líquido cefalorraquídeo que causa tracción de las meninges. Consiste en dolor de cabeza de predominio occipital que aumenta con el movimiento y mejora en decúbito supino. Asimismo desaparece en unos 5 días y se trata con antiinflamatorios no esteroides y reposo.
  • Punción hemática. Consiste en la salida de sangre a través del catéter o la aguja de Touhy.
  • Neumoencéfalo. Es secundario a la inyección de aire intratecal o subdural. Produce una cefalea inmediatamente posterior a la punción o cuando el paciente cambia de posición
  • Inyección intravascular. Causa una toxicidad sistémica por anestésicos locales. El tratamiento de intoxicación consiste en parar inmediatamente el suministro de anestésico local, valorar la administración de una emulsión lipídica desde la aparición de los primeros síntomas, oxigenoterapia al 100% y evitar hipotensión o bradicardia.
  • Bloqueo espinal total. Las causas son la inyección accidental en el espacio subaracnoideo en lugar de en el espacio epidural o una sobredosis del fármaco en el espacio intratecal. En este caso los síntomas son graves y se presentan en un breve espacio de tiempo.
  • Hematoma epidural. Se manifiesta como un dolor de espalda tipo radicular.

A pesar de las posibles complicaciones las anestesias son cada vez más seguras. Por este motivo, tanto la general como la local, entre la que se encuentra la anestesia epidural, se utilizan cada día en los quirófanos para muchas cirugías.

¿Qué son los prebióticos y probióticos y en qué se diferencian?

Las personas que tienen problemas digestivos, dolor abdominal, hinchazón y gases necesitan tomar determinados suplementos para eliminar estos problemas que afectan a su calidad de vida. Para mejorar la flora intestinal y la salud hay algunos alimentos de origen natural que tienen bacterias vivas y favorecen el buen funcionamiento del organismo. Se trata de los prebióticos y los probióticos.

Microbioma para un buen funcionamiento del organismo

En el cuerpo existen muchas bacterias; unas son buenas y otras pueden causar enfermedades infecciosas.  Las que benefician a la salud cuentan con unos ácidos que disminuyen el PH del intestino grueso y crear un microsistema que se llama microbioma. También se encargan de acabar con las bacterias que pueden hacer daño.

El micriobioma es el encargado de que el organismo funcione correctamente y lo hace a través de la dieta ingerida. Se puede mantener ese equilibrio de dos formas: introduciendo microbios vivos a través de los probióticos o favoreciendo que crezcan las bacterias buenas con prebióticos. Ambos son alimentos funcionales que tienen cualidades nutricionales y, tomados adecuadamente, aportan beneficios a la salud.

Beneficios de los probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias o levaduras) que, administrados en cantidades adecuadas, aportan beneficio en la salud fortaleciendo el sistema inmunológico. Sobreviven a la digestión y benefician la salud de quien los consume, al mejorar el equilibrio microbiano intestinal.  Actúan aumentando la función de barrera y sintetizando sustancias antimicrobianas. Lactobacillus y bifidobacterium son utilizados como probióticos y ayudan a neutralizar los efectos secundarios de los antibióticos. Entre sus efectos positivos destaca:

  • Aumento de la inmunoglobulina A, uno de los principales anticuerpos del organismo, creando un hábitat hostil para los posibles patógenos.
  • Eliminación de los radicales libres.
  • Tratamiento del estreñimiento, disminución de gases, ruidos y malestares digestivos.
  • Modulación del metabolismo lipídico.
  • Prevención de las infecciones intestinales y genitales.
  • Mejora de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
  • Reducción del riesgo de cáncer de colon.

Los probióticos se encuentran en alimentos como la levadura de cerveza, los yogures, el queso, el kéfir o los productos derivados de la soja. Actualmente el uso de probióticos se considera una opción terapéutica segura.

Beneficio de los prebióticos

Los prebióticos son productos alimentarios que benefician al organismo de quien los toma. Favorecen o estimulan el crecimiento de bacterias o probióticos que se encuentran en el colon, esto es, que sirven de alimento para las bacterias beneficiosas de la flora digestiva. Sus efectos son:

  • Mejoran la microbiota intestinal.
  • Ayudan a una buena función intestinal.
  • Disminuyen el riesgo de infecciones intestinales.
  • Mejoran el curso de las enfermedades inflamatorias intestinales
  • Reducen el riesgo de cáncer de colon.
  • Previene el estreñimiento, aumentando la frecuencia de las deposiciones.
  • Recolonizan la mucosa intestinal

Los prebióticos se encuentran en alimentos como la cebolla, el ajo, los espárragos o las alcachofas.

Si tienes problemas digestivos y necesitas más información sobre los beneficios que tiene la toma de probióticos y prebióticos acude al médico para que te informe y te asesore. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles.

Gastroenteritis: síntomas y tratamiento

La gastroenteritis es la causa de muchas consultas de atención primaria. Consiste en una inflamación de la mucosa del estómago y el intestino delgado, que puede tener varias causas. Las principales son infecciosas, algunos fármacos y toxinas químicas.

Las infecciosas pueden estar causadas por virus, bacterias y parásitos.

Dentro de los virus más frecuentes se encuentran:

  •  Norovirus, cuyo contacto es más frecuente en niños de edad escolar.
  •  Adenovírico entérico, responsable de la mayoría de los casos de gastroenteritis en niños pequeños. Es el segundo agente viral más común que causa diarrea.
  • Astrovirus, asociado a brotes de diarrea también en niños.
  • Rotavirus. Es la causa más importante de gastroenteritis, tanto en niños como en adultos.

En el grupo de bacterias que con mayor frecuencia causan gastroenteritis hay que mencionar la shigella, bacillus cereus, yersinia y escherichia coli (E.coli).

Entre los parásitos están la giardia lamblia y la entamoeba histolytica.

Síntomas y signos de la diarrea

Los síntomas más importantes de la gastroenteritis son los siguientes:  

  • Diarrea . Sus características dependen de la causa que lo haya producido, aunque generalmente suele ser una diarrea líquida, pastosa o semi pastosa.
  • Vómitos. Pueden acompañarse de restos alimentarios o tener aspecto bilioso.
  • Dolor abdominal. Puede presentarse de diversas formas, aunque lo más frecuente es que aparezca a nivel de epigastrio (boca del estómago) a ambos flancos o tener una localización difusa.
  • Otros síntomas importantes serían la fiebre y el dolor de cabeza, generalmente relacionado con el aumento de la temperatura o no.

Dentro de los signos que pueden aparecer en la gastroenteritis hay que hablar de:

  • Sequedad bucal, cuya intensidad está relacionada con el número de vómitos y diarreas.
  • Hipotensión arterial, que puede guardar relación con la pérdida de líquidos.
  • Confusión, cuya intensidad depende de la gravedad del cuadro.
  • Vértigo, puede acompañar el cuadro hemético (vómitos) o aparecer de forma independiente.
  • En casos extremos de deshidratación, sobre todo en niños, pueden aparecer pliegues cutáneos (al pellizcar la piel el pliegue producido dura varios segundos).

Prevención de la gastroenteritis

Lo más importante en la gastroenteritis es la prevención. Por este motivo hay que realizar un lavado de manos frecuente, tanto quien tiene la patología como las personas en contacto con ella. Asimismo es primordial cumplir con los programas de vacunación para prevenir la gastroenteritis por virus, frecuente en niños, como es el caso del Rotavirus. También se debe mejorar la calidad del agua y, en caso de ser agua no tratada, hervirla y realizar un lavado de vegetales y frutas.

Tratamiento de la gastroenteritis

Si hablamos del tratamiento de la gastroenteritis es recomendable un periodo de reposo alimenticio con aporte de electrolitos a través de sueros orales. Si no tenemos una farmacia cerca, se puede recurrir al uso de agua con bicarbonato o sal o bebidas carbonatadas, con vistas a reponer las pérdidas sufridas a través del vómito y la diarrea. El uso de antibióticos solo está indicado cuando la causa es bacteriana.

En caso de vómitos frecuentes se puede indicar antiheméticos como el Primperan, que solo debe usarse por vía oral dos horas después de la ausencia de vómitos o, de lo contrario, usar la vía parenteral. En muchos casos es aconsejable el uso de probióticos para contrarrestar la prolongación de la diarrea.

En relación a la dieta, en niños lactantes se recomienda fraccionar las tomas y en los mayores de un año se debe introducir la dieta habitual pero de forma gradual.

En los adultos se aconseja, como método de elaboración de los alimentos, cocinarlos a la plancha o al vapor. Dentro de los alimentos prohibidos hay que mencionar: helados, dulces, chocolates, condimentos, productos grasos, bollería, salsas, verduras de hoja verde. En relación a las frutas no es aconsejable ingerir ni naranja ni kiwi.

Si cree que puede tener un cuadro de gastroenteritis debe acudir al médico para que le ponga un tratamiento. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte a que recuperes tu salud.

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