Qué es el síndrome de las piernas inquietas (SPI)

  • El 90% de las personas que padecen esta enfermedad no saben que la tienen.
  • Produce cansancio, mal humor, dolor, bajo rendimiento tanto escolar como laboral e inapetencia sexual.
mujer con piernas inquietas

El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno neurológico del movimiento que consiste en la necesidad irresistible de mover las piernas. También llamado enfermedad de Willis Ekbom provoca sensaciones desagradables y molestas en las extremidades inferiores, sobre todo durante las horas de reposo. Por este motivo, tal y como explican los especialistas, en la mayoría de las ocasiones interfiere en la instauración del sueño y disminuye la calidad de vida del paciente al provocar sensaciones desagradables, déficit del sueño y estrés.

La prevalencia de esta patología se sitúa entre el 2 y el 15% de la población, de los cuales un 70% son mujeres y un 30% hombres. Aunque la edad de aparición es variable, los casos más graves lo hacen antes de los 20 años. Es curioso que el 90% de las personas que padecen SPI desconoce que tiene esta enfermedad.

Principales síntomas

Este síndrome es muy incómodo para quien lo padece y puede ser causa de insomnio. Sus síntomas son reconocibles y suelen aparecer cuando la persona está relajada o en reposo. Las investigaciones han detectado que las molestias disminuyen al iniciar el movimiento. Los principales síntomas son:

  • Sacudida de las piernas de forma inconsciente.
  • Calor en las extremidades.
  • Pinchazos.
  • Cosquilleo u hormigueo.
  • Dolor.
  • Tirones.

Estos síntomas generalmente se producen en las extremidades inferiores, pero también pueden darse en los brazos u otra parte del cuerpo.

En consecuencia, el síndrome de las piernas inquietas produce cansancio, mal humor, dolor, bajo rendimiento tanto escolar como laboral, inapetencia sexual a causa del cansancio y, en algunos casos depresión por la imposibilidad de llevar una vida normal.

Por qué aparece el SPI

El Síndrome de las piernas inquietas tiene un componente hereditario importante. Pero también hay otras causas que pueden provocarlo, como un déficit de hierro o anemia. Las investigaciones han concluido que el SPI puede deberse a un trastorno en el funcionamiento de la dopamina, una sustancia presente en el sistema nervioso, que es la que regula el movimiento. La dopamina necesita hierro para funcionar adecuadamente; se ha comprobado que en los pacientes con SPI hay un mal funcionamiento del hierro y/o disminución de los depósitos o niveles de ferritina.

También puede estar relacionado con un estado de estrés o ansiedad importante, el consumo abundante de cafeína o una situación familiar mala.

En un 20% de los casos conlleva otras patologías asociadas como la insuficiencia renal, la neuropatía periférica, la polineuropatía y la anemia en sangre. Asimismo, a veces aparece en el último trimestre del embarazo.

Recomendaciones para vivir con SPI

El SPI afecta a la calidad de vida de la persona y es uno de los trastornos del sueño más frecuente, causando somnolencia durante el día y cuadros de ansiedad y depresión. Su evolución es crónica y progresiva y puede ser diagnostica en consulta por un neurólogo, a través de análisis de sangre en los que se valore el hierro o estudios del sueño.

Los médicos recomiendan seguir las siguientes indicaciones:

  • Tener un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada.
  • Mantener una buena hidratación.
  • Realizar ejercicio de manera frecuente, gimnasia suave y deporte de intensidad moderada.
  • Evitar el sobrepeso y el estreñimiento, ya que ambas aumentan la congestión del sistema venoso.
  • Utilizar compresas frías y calientes en las piernas y dar masajes. El drenaje linfático activa la circulación, evitando la hinchazón.
  • Practicar yoga o relajación.  
  • Hacer estiramientos al inicio y final del día.
  • Intentar no luchar contra la enfermedad.
  • No cruzar las piernas.
  • No usar calzado ni ropa ajustada.

El médico es el encargado de recomendar el tratamiento más adecuado, que consiste en adaptar algunos hábitos del sueño, así como tratamiento farmacológico.

Si crees que puedes tener síndrome de piernas inquietas te recomendamos que acudas al médico para que realice un diagnóstico y ponga un tratamiento adecuado. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin largas esperas y a precios muy ajustados.

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