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La vista es uno de los sentidos más importantes que tenemos. La visión o capacidad de ver no sólo ofrece una idea de cómo funcionan los ojos, sino también del estado de otras partes como el sistema nervioso central o el sistema vascular. La agudeza visual es la capacidad que tiene el ojo para distinguir objetos muy próximos entre sí, separados por un ángulo. La magnitud de este ángulo determina la agudeza visual.
Pérdida de agudeza a diferentes edades
Los defectos de la visión se producen tanto en niños como en adultos y personas mayores de 65 años. En edades tempranas los más frecuentes son la ambliopía u ojo vago, el astigmatismo y la hipermetropía. Las medidas de cribado para los dos primeros están recomendadas en todos los niños de manera previa a que empiecen la etapa escolar, entre los 3 y los 4 años.
En personas mayores la disminución de la agudeza visual tiene que ver en un 33% de los casos con una enfermedad ocular, aumentando la probabilidad de sufrir un accidente y dejando a un lado las actividades cotidianas. El riesgo de pérdida visual y ceguera puede reducirse mediante programas que combinan métodos para la detección precoz con el tratamiento efectivo de la retinopatía diabética.
Las repercusiones en la vida diaria de las personas ante la reducción de la agudeza visual se manifiestas muchas veces como:
- Un menor estado funcional.
- Una disminución en las relaciones sociales.
- Pérdida de calidad de vida.
- Depresión.
- Mayor riesgo de caídas.
Tipos de pérdida de visión
A la hora de realizar un diagnóstico es importante que el especialista reconozca si está ante una patología urgente que debe ser atendida de inmediato o un problema que puede esperar. El oftalmólogo debe distinguir entre:
- Pérdida de visión de manera progresiva, en ambos ojos y sin que aparezcan más síntomas. En estos casos puede tratarse de:
- Pérdida de visión de manera brusca, solo en un ojo y sin molestias. En este caso las sospechas van encaminadas hacia una hemorragia en el humor vítreo, una oclusión de una arteria o vena de la retina y un desprendimiento de retina.
- Pérdida de visión de manera brusca con dolor. Las sospechas hacen pensar en glaucoma agudo, uveítis o neuritis óptica.
Cualquier persona que note disminuida su agudeza visual tiene que acudir a consulta con el oftalmólogo. En el caso de los ancianos está demostrado que el riesgo de pérdida visual y ceguera puede reducirse mediante programas que combinan métodos para la detección precoz con el tratamiento efectivo de la retinopatía.