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Las enfermedades cardiovasculares son las responsables de muchos de los fallecimientos que se producen en España. El ritmo actual de vida (sedentarismo, estrés, tabaco, obesidad) tiene mucho que ver con el desarrollo de estas patologías. También la alimentación juega un papel destacado. Un dieta con exceso de grasas saturadas y con una ingesta de azúcar muy superior a la recomendada se asocia a un mayor riesgo de padecer una enfermedad del corazón.
¿Qué es el azúcar?
Cuando se habla de azúcar se hace referencia a diferentes monosacáridos o disacáridos, englobados como hidratos de carbono. Se trata de una sustancia dulce, consumida mayoritariamente por la población actual. Hasta hace unos años la preocupación de los especialistas encargados de conocer las causas del aumento de las enfermedades cardiovasculares eran las grasas saturadas. A día de hoy el azúcar le quitado el puesto, sobre todo la fructosa, que se erige como el enemigo número uno a combatir.
La fructosa y la glucosa son dos monosacáridos que componen la sacarosa, más conocida como azúcar de mesa. Es la que más se usa en el día a día, para endulzar los alimentos y las bebidas. Aunque es un importante su consumo, por el aporte energético que proporciona, cuando se ingiere en abundantes cantidades aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Cantidades recomendadas de azúcar
Ha cambiado la forma en la que la población se alimenta, con respecto a sus antepasados. Actualmente se consumen entre 150 y 300 calorías más que antes, en un momento en el que la vida es más sedentaria y la actividad física que realizan las personas es inferior a la recomendada. De esas calorías de más, casi la mitad las proporcionan los azúcares añadidos que se encuentran en algunas bebidas o refrescos, que están hechos en su mayoría de fructosa. En este sentido la consecuencia directa es que aumenta la obesidad de la población.
La Organización Mundial de la Salud desde 2015 recomienda que la toma de azúcar en adultos no supere el 5% del valor calórico total de la dieta. Además el consumo elevado de fructosa se relaciona un descenso de los niveles de HDL o colesterol bueno y con un incremento de:
- Los niveles de triglicéridos.
- El colesterol total.
- La grasa corporal, aumentando el número de obesos.
- La presión arterial, aumentando la sistólica.
- La resistencia a la acción de la insulina.
Todos estos síntomas están relacionados con la posibilidad de tener ateroesclerosis o alguna enfermedad cardiovascular.
Consumo responsable
Para evitarlos es importante que el médico establezca unas pautas a seguir en las que haya un equilibrio en la toma de este tipo de alimentos. Con esto no quiere decirse que haya que eliminar el azúcar por completo, porque sería muy difícil no comer turrón en Navidad, no celebrar un cumpleaños sin una tarta o no tomarse un cóctel de vez en cuando. Pero sí hay que hacer un consumo responsable en casa, intentando llevar una dieta equilibrada que limite los alimentos menos sanos, como el azúcar, las grasas o los precocinados. Asimismo es necesario tomar conciencia de la importancia que tiene el ejercicio físico para tener una buena salud.
La cantidad de alimentos con azúcar añadido que se recomienda al día debe situarse en torno a las 150 calorías/día como máximo, según señalan desde la Asociación Americana de Cardiología. Esto es, unos 25 gramos, que suponen aproximadamente unas seis cucharadas pequeñas al día. Especialmente relevante es que esta norma debería de cumplirse escrupulosamente en el caso de los niños.
Si tienes dudas sobre la cantidad de azúcar que consumes o quieres reducir su ingesta para mejorar tu salud cardiovascular lo mejor es que acudas a consulta con un especialista que pueda ayudarte. En SaludOnNet contamos con médicos dispuestos a ayudarte.
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